Carta A mis docentes

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De hecho, no hay que perder la mirada introspectiva. En mi caso personal, a pesar de ser “nuevo en la docencia” y no tanto en la vida, me decidí por no olvidar algunos detalles que la práctica comunicacional me ha enseñado:

- Es normal que los interrogantes aparezcan. Si no hay repuestas claras, me preocuparía si la incertidumbre no te enciende una luz de alarma.

- Sé curiosa y ocupá tu agenda educativa con varios temas, para no dar lugar a espacios en “blanco”. El tiempo libre se puede convertir en un caldo de cultivo para los pensamientos negativos, que nada te ayudarán.

- Tenemos que aceptar los miedos. Subjetivamente he comprobado que las indecisiones son un indicador de las cosas que realmente necesitamos y debemos hacer. Si tenés miedo de implementar alguna actividad innovadora en el aula, ejecutala, porque sólo así, ganarás confianza.

- He observado que los educadores exitosos, nunca se quedan en una “zona de confort”. ¡Lo tradicional es una trampa! Sin darte cuenta te transformará en mediocre. Si no querés que te atrape la regularidad, y tu deseo es avanzar en tu rol de docente, tendrás que aprender a estar cómoda, haciendo lo incómodo.

- La imaginación y juegos educativos, muchas veces terminan siendo más importantes que el conocimiento. Personalmente, al no sentirme demasiado creativo e inteligente, opté por sumar acciones por encima de mi competencia (priorizando un espacio destacado a las actividades) y los resultados aún me sorprenden. Multiplicá tus acciones y convertite en una máquina de producción educativa. Te aseguro, los sobresaltos desaparecerán.

Ahora bien, una vez vencido el miedo, lo más importante es EMPATIZAR y asumir el compromiso de seguir capacitándonos para mantenernos en el pensamiento fronterizo.

Trabajar desde la inteligencia emocional es vital para desarrollar tus proyectos. Un docente que empatiza con sus alumnos promueve que éstos se vuelvan más abiertos, comunicativos y participativos en la actividad. Y es en la integración donde se produce el fenómeno de aprendizaje, con clases activas, constructivas, colaborativas, intencionadas, conversacionales, contextualizadas y reflexivas.

Y no te olvides, que las personas que pueden crear, son aquellas que no están dentro de un paradigma, sino que están en las fronteras. Sé feliz y take it easy.

Cordialmente, Adrián Ituarte

Pd:/ La escuela es un espacio de oportunidades, porque no hay educación sin imaginación, sin creatividad. En este camino observo que la enseñanza de mañana, debe pasar obligatoriamente por la educación de las emociones. Entiendo que existe otra inteligencia, tanto o más importante: la inteligencia emocional. En un aula es primordial cultivar la empatía, para luego desnaturalizar la imagen que muchas veces los alumnos tienen de sí mismos (sobre todo cuando te dicen “-No nací para el estudio”). Comprendiendo sus experiencias particulares y con ejercicio de la responsabilidad, podemos ser capaces de inspirar y cambiar un destino. Claro, sólo comunicándonos y sin esperar nada a cambio.