EL DESEO DE ENSEÑAR Y APRENDER EN LA ESCUELA

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de dispositivos, la pedagogía es un espacio y un momento de la educación. Es la razón de la educación, la cual permite que los educadores se armen de un discurso humanista’’ (p:154 - 155).

En resumen, la pedagogía es acompañar y cuidar de los niños, y esto es precisamente lo que los alumnos requieren hoy en día, necesitan de atención y acompañamiento tanto del docente como de los padres.

Pienso que nosotros como futuros docentes debemos de escuchar sus dificultades, sus inquietudes, comprender sus problemas, más que ser sus maestros debemos de convertirnos en su familia, en sus amigos, en sus compañeros. Ya que la educación está regida principalmente por el amor, y como menciona Spranger (1957:15) “El amor es quien mueve el alma del otro”.

Si nosotros como docentes despertamos el interés, la confianza y el apoyo en nuestros alumnos logaremos cosas maravillosas, pero lo que es mejor aún lograremos cambios enormes en cuanto a la educación. Ya que para hacer hombres buenos es preciso ser niños felices, y un niño o un adolescente que tiene dificultades escolares no puede ser feliz.

Por consiguiente, considero que la educación es un pilar fundamental en la formación y desarrollo de un individuo. Por esta razón, se dice que los profesores somos los protagonistas en el proceso educativo, que de la educación que nosotros impartamos depende el desarrollo económico, político y social del país.

La enseñanza es un camino complejo en el cual se necesita una formación continua, una relación integral con los alumnos y la elaboración de estrategias didácticas para el proceso educativo, ofreciendo un servicio de calidad. La enseñanza busca favorecer el aprendizaje, esta, no es solo ´´ayuda’’, sino también ´´guía’’ y su principal objetivo es el traspaso de competencias del enseñante al aprendiz. Como lo menciona Meirieu´´ la verdadera enseñanza a todos los niveles adopta a la vez el carácter inquiérame del encuentro con lo desconocido y el apoyo que aporta la tranquilidad necesaria´´ (2005, p: 25).

Seamos maestros dedicados, trabajadores y únicos, interesémonos en la buena educación y aprendizaje de nuestros alumnos, no seamos como aquellos maestros que como menciona (Carrizales, 2003) ´´les importa poco la formación intelectual del alumno’’ (p: 28), adentrémonos a descubrir lo maravillosos que suelen ser los alumnos, explotemos y saquemos su máximo potencial, debemos formas buenos alumnos.

Nosotros como docentes en formación enseñaremos lo que sabemos o bien por qué sabemos. Somos nosotros quienes debemos impartir una educación basada en la interacción con los alumnos, donde la comunicación sea la base principal y fundamental del aprendizaje, donde los conocimientos sean compartidos y el aprendizaje sea mutuo. Que el alumno aprenda del maestro y sobre todo que el maestro también aprenda del alumno.

Hoy en día como menciona Meirieu:

´´Todo profesor de primaria y secundaria puede y debe ser un investigador de su propia enseñanza. Alguien que vuelva a cuestionar permanentemente los saberes que enseña. Alguien que escapa una vez de la pereza expositiva y del enquistamiento recurrente’’. (2005, p: 59).

Debemos ser buenos docentes, y esos, son aquellos que están enamorados de su profesión, aquellos que se entregan para prepararse, para no faltar, son aquellos que se preocupan y ocupan del otro. Este debe cautivar con el saber, el ejemplo y la actitud. Debe que seducir a la educación por medio de la palabra que tiene conocimiento, por medio del saber, ya que este es aquel que impulsa y motiva al alumno a querer ser cada día mejor.

Por lo tanto, la persona que educa puede ser nombrada de muchas formas (maestro, docente, educador, profesor entre otros), su significado es el mismo, pero no todo el que educa, merece que se le sea nombrado con alguno de los anteriores.

Seamos educadores y pedagogos a la vez, ‘’veamos lo que otros no ven en nuestros alumnos’’ (Armando sambrano, 2006, p: 159), hagamos que nuestros alumnos se sientan cada día mas orgullosos de lo que hacen, que se sientan motivados, pero mejor aún que sientan el deseo de aprender.