“EL VIAJE A LA FELICIDAD” LAS NUEVAS CLAVES CIENTÍFICAS
Enviado por Ensa05 • 24 de Diciembre de 2017 • 7.391 Palabras (30 Páginas) • 455 Visitas
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- LA FELICIDAD UBICADA EN EL CEREBRO PRIMORDIAL.
Como sabemos las emociones se gestionan desde la amígdala y el hipotálamo en la parte primitiva de nuestro cerebro reptiliano o primitivo. Un organismo con mucha inteligencia pero falto de emociones estaría incapacitado para evolucionar, x lo que en definitiva, sería menos inteligente.
Según la ciencia hay dos canales de decisión con los cuales gestionamos los recuerdos: uno más lento y preciso, es decir el canal de la lógica, cuando necesitamos llegar a la respuesta y tenemos tiempo e información, se recurre al racionamiento de las cosas; y uno rápido y turbio, las emociones trabajan cuando no hay tiempo y la información es escasa, la búsqueda de respuesta se anticipa al sentimiento. No hay un mecanismo consciente.
Las emociones afectan, por tanto, a la memoria, nos explican que en los seres humanos el cerebro trabaja con datos reales y también imaginarios, ya que es un órgano en constante transformación que para ser capaz de conservar la información, necesita reescribir sobre la que ya existía. Por lo que, cada vez que recordamos algo lo estamos reconstruyendo. Creemos recordar fielmente aquello que nos sucede y la realidad es bien distinta, ya que si tuviésemos que volver a recordar lo mismo pasado el tiempo, los datos serían muy distintos. La felicidad por lo tanto, se construye de algún modo con recuerdos reales e imaginarios.
Es decir, a la hora de interpretar los recuerdos, cuando no hay tiempo ni información se acude a la memoria, es decir, a los recuerdos. La gestora de las emociones de la felicidad es en primer término la memoria real e inventada. La memoria no siempre evoca recuerdos reales, sino que creemos con certeza que las cosas sucedieron en nuestra vida de un modo y que si se comprobase dicha historia serían inciertas. Al recordar, volvemos a recordar.
Ej.: Un experimento demostró que cuando explosionó la nave Columbia un profesor pidió a los alumnos lo que sabían sobre el tema, al año siguiente les hizo la misma pregunta y habían cambiado mucho lo que ellos describieron aun estando convencidos de que lo recordaban a la perfección.
La mente sufre transformaciones y se relaciona el significado que algo tiene para nosotros con la información verídica. La felicidad por tanto, es una emoción compartida con otros animales, se gestiona desde la misma parte del cerebro primitivo y que se inicia en el pasado.
El autor nos dice que en cualquier proyecto para alcanzar la felicidad, tanto al principio como al final, es necesario que exista una emoción. Sin emociones, nuestra especie se hubiese extinguido hace muchos años. Hoy en día se puede afirmar que una persona sin emociones es menos inteligente que otro que si disponga de ellos o sepa controlarlos. Según el autor, es tan negativo no tener emociones como no ser capaz de controlarlas.
La parte del cerebro que controla las emociones, es la amígdala, dentro del sistema primitivo o reptiliano. Parte del cerebro que compartimos con los animales, de ahí que, no debamos pensar que estos no tienen emociones.
Como decíamos anteriormente, es fundamental que la emoción forme parte de cualquier proyecto, si no fuese así, el proyecto fracasaría. Al principio, ante cualquier proyecto personal, profesional, hay una emoción, que posteriormente se convierte en un proceso racional acompañado de organización, información, decisiones, valoración de consecuencias…etc. Pero para alcanzar la decisión final es la emoción la que decanta la balanza finalmente hacia una opción u otra.
Cuando tomamos una decisión 1º partimos de una emoción 2º hay un proceso racional de la información lento y tedioso y 3º al final reaparecen las emociones. Si solo contásemos con la razón nunca decidiríamos nasa, es la propia emoción la que inclina la balanza de un lado a otro.
- FACTORES INTERNOS QUE INFLUYEN EN LA FELICIDAD
Lewis Wolpert escribió su historia de depresión en el libro “Tristeza Maligna”. Nos cuentan que la depresión es uno de los factores internos de la persona más destructivo y menos controlados que provocan la infelicidad.
El miedo junto con otras emociones depende de “circuitos neuronales”, que reaccionan automáticamente ante las amenazas para protegernos de ellas. El cerebro automáticamente asocia la percepción que tenemos de algo con una emoción (tigre-miedo) a lo que se le llama marcador somático (esto no es más que el repertorio de aprendizaje emocional adquirido en la vida). La imposibilidad de evitar las emociones y la dificultad de controlarlas nos aleja más a la felicidad.
La depresión tiene dos efectos: la infelicidad y las enfermedades mentales. La depresión es la mayor incapacidad del mundo. Las causas de la tristeza maligna o depresión son el miedo, la ansiedad y la desesperación. Debemos aprender a valorar más las emociones incluso por encima de la conciencia y no reprimirlas, rechazarlas, controlarlas…etc. y debemos dejarnos llevar por ellas.
Sin embargo, nuestro cerebro presenta una serie de limitaciones, ya que, es incapaz de acumular y recordar toda la información de forma veraz por lo que, crea modelos abstractos de lo que creemos como ideal, y por tanto, cuando no alcanzamos aquello que esperamos entramos en un estado de insatisfacción constante (que es la base de la depresión). Nuestro cerebro necesita tener la sensación de controlar la situación y cuando la pierde tiene como consecuencia la depresión y la infelicidad.
Si por ejemplo, elegimos un puesto de trabajo en el que podamos tener el control de algo o que alguien dependa de nosotros o de lo que hacemos, disminuyen algunos tipos de depresión, nos sentimos más útiles.
Dentro de los factores internos encontramos la carga o factor hormonal. Las hormonas, determinan el estado físico de las personas y también su estado emocional, es más, los científicos dicen que podrían conocer el estado emocional de alguien tan solo con sus datos hormonales (como la temperatura y la presión arterial).
A diferencia de los animales, los seres humanos solo necesitamos imaginarnos que algo puede suceder, para que las descargas hormonales nos causen idénticos estragos físicos a lo que sucedería si realmente ocurriese. Por ejemplo: los celos.
Los flujos hormonales son los responsables de estrés, afectan a la memoria, el aprendizaje, la orientación sexual y la diferenciación en etapas prenatales.
Pero no todos nos deprimimos frente a las adversidades, muchos ante las dificultades se crecen. Los estudios dicen que la inestabilidad emocional
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