El éxito deportivo de Muhammad

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esgrimista le permitía usar el hiyab, y así honrar la fe musulmana.

Pero su talento deportivo fue lo que realmente le permitió demostrar al mundo que las mujeres musulmanas estadounidenses son capaces de destacar en los deportes. La medalla de bronce que obtuvo en Río de Janeiro en 2016 fue solamente uno de sus muchos logros. Como ganadora en tres oportunidades del premio "All-American" otorgado por la Asociación Atlética Colegial Nacional (NCAA, por su sigla en inglés) en la Universidad de Duke, Muhammad ha tenido un ascenso constante hacia la cima de la comunidad de esgrimistas, pasando del doceavo al octavo lugar en la clasificación mundial de esgrima en 2016 y ganando la medalla de oro del Campeonato Panamericano de Esgrima en Panamá en junio de ese mismo año.

"Hemos recorrido un largo camino", dijo Muhammad, refiriéndose al equipo olímpico estadounidense, y agregó: "El esfuerzo para llegar a competir al nivel para el cual nos preparamos, en el escenario mundial más importante, los Juegos Olímpicos, es para nosotros una verdadera bendición. Nunca olvidaré este momento".

Las compañeras de equipo de Muhammad tampoco olvidarán ese momento. Para ellas, la presencia de Muhammad en el equipo no tiene el propósito de llamar la atención pública o ser la primera atleta estadounidense en usar un hiyab en la pista, sino el hecho de ser una gran estrella del deporte y parte de un equipo ganador.

"De esto es de lo que se trata el deporte; no importa el color de tu pelo o la religión a la que pertenezcas. El punto es salir a competir y dar lo mejor de ti", dijo Wozniak. "Somos la mejor definición de lo que es ser estadounidense: una mezcla de diferentes culturas y razas y muchas otras cosas, todo combinado".