El liderazgo educativo y su papel en la mejora: una revisión actual de sus posibilidades y limitaciones.

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Como lo dijeron: (Pont, Nusche y Moorman, 2008, pp. 919), El liderazgo escolar se ha convertido en una prioridad de los programas de política educativa a nivel internacional. Desempeña una función decisiva en la mejora de los resultados escolares al influir en las motivaciones y capacidades de los maestros, así como en el entorno y ambiente escolares. El liderazgo escolar eficaz es indispensable para aumentar la eficiencia y la equidad de la educación. Los responsables de política educativa necesitan mejorar la calidad del liderazgo escolar y hacerlo viable.

Un liderazgo para el aprendizaje toma como núcleo de su acción la calidad de enseñanza ofrecida y los resultados de aprendizaje alcanzados por los alumnos. Para lograrlo, entre otros, deja de ser un rol reservado al director, siendo dicha misión compartida por otros miembros del equipo docente.. El liderazgo para el aprendizaje implica en la práctica, al menos, cinco principios como lo dijeron: (Macbeath, Swaffield y Frost, 2009) centrarse en ¿aprendizaje como actividad, crear condiciones favorables para el aprendizaje, promover un diálogo sobre el liderazgo y el aprendizaje, compartir el liderazgo, un responsabilización común por los resultados, centrado en el aprendizaje ;del alumnado, del profesorado y de la propia escuela como una de las tareas centrales de la dirección escolar, hasta ahora entendida como alejada de su competencia, es contribuir a mejorar las prácticas docentes y actuación profesional del profesorado, con el objetivo último del incremento de aprendizajes del alumnado, es decir, un “liderazgo centrado en apoyar, evaluar , por eso, un liderazgo para el aprendizaje toma como núcleo de su acción la calidad de enseñanza ofrecida y los resultados de aprendizaje alcanzados por los alumnos a desarrollar la calidad docente se reconoce ampliamente como un componente esencial del liderazgo eficaz.

Además de las prácticas ya mencionadas existen tres más; que van enfocadas en el del liderazgo instruccional como lo dijeron: (Hallingery Murphy, 1985; Ali-Mielcarek y Hoy, 2005; Robison Etal, 2008). En primer lugar se identifican prácticas relacionadas con la definición de metas y prioridades que se focalizan en los procesos pedagógicos; en segundo practicas relacionadas la comunicación y motivación de objetivos académicos y en tercer lugar practicas relacionadas al desarrollo y rediseño de las capacidades organizacionales para mejorar la enseñanza.

Este análisis lleva a pensar que las organizaciones con futuro son aquellas que tengan capacidad para aprender a desarrollarse frente al cambio. Si, como primera responsabilidad del establecimiento educacional, es preciso garantizar el éxito educativo a todo su alumnado, esto no puede quedar enteramente al arbitrio de lo que cada profesor, con mayor o menor suerte, haga en su aula. Si los profesores son clave de la mejora, los directores han de crear el clima adecuado para que los docentes sean mejores, supervisando los resultados y alentando el progreso. Como dijo: (Fullan, 1998), romper estos vínculos de dependencia junto a otras regulaciones externas, es necesario para un cambio educativo la sobrecarga de actividades burocráticas-administrativas impide el ejercido de un liderazgo pedagógico.

Este trabajo ha sido de gran ayuda a la hora de adquirir diferentes conocimientos en, teorías y estudios desconocidos. Es de gran importancia leer e instruirse de cuáles son las nuevas tendencias y estrategias instruccionales educativas en otros países. De cómo los resultados de investigaciones y estudios realizados por personas instruidas y educadas en el campo; pueden ayudar a rediseñar, resolver y reformar las problemáticas y necesidades del sistema educativo en P.R. El beneficio de realizar trabajos de este tipo es que capacita a los educadores con nuevos conocimientos para tener un mejoramiento profesional efectivo; que sea de ayuda a la hora de aplicar el liderazgo instruccional en una escuela.

Referencias:

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