El término problema está relacionado con algo que es negativo, a un obstáculo inesperado y a algo que no es deseable ya sea familiar, económico, de salud, etcétera.

...

.

Como enfrentar los problemas

Al enfrentar problemas en la vida diaria, tenemos varias alternativas:

- La primera consiste en oponer resistencia. Esto es ineficaz, pues todo aquello a lo que nos resistimos, persiste. La resistencia perpetúa y complica el problema en el tiempo.

- Ignorarlo o darle el avión. Preferir no arriesgarse y esperar a que todo vuelva a su cauce.

c) Hacer algo para solucionarlo recurriendo a nuestras habilidades para entender su naturaleza, analizar sus posibles soluciones al establecer las estrategias más adecuadas y encontrar respuestas que nos den la solución.

Ricardo Camacho Segura propone algunas actitudes para resolver problemas:

Optimismo: Es la capacidad de encontrar aquello que es útil y bueno en cualquier circunstancia, aun la más difícil y complicada. Es importante tener cuidado de no caer en el extremo de no reconocer que las dificultades existen, es preferible mantener la postura de buscar el porqué sí se pueden resolver los problemas. Ver las cosas con optimismo ayuda a caminar con mayor firmeza hacia las metas.

Confianza: Es estar consciente del potencial del ser humano, de las capacidades propias que lo distinguen y caracterizan, de su inagotable poder de crear e innovar con el propósito de encontrar estrategias adecuadas para resolver cualquier tipo de situaciones problemáticas.

Toma de decisiones: Es seleccionar una opción entre dos o más posibilidades ante una determinada situación y con repercusiones para otras personas, grupos o instituciones. Implica, en función de una información disponible, determinar una línea de acción. Aprender a tomar decisiones es una gran actitud que todo individuo debe poseer; nunca debe permitirse que otros decidan por uno. Para bien o para mal, las decisiones deben ser nuestras.

Esfuerzo: Es la actitud de aplicar a la realización de un propósito determinado, hasta lograrlo. Es un ingrediente fundamental para alcanzar cualquier resultado. Requiere de una participación personal que marca la intensidad aplicada.

Serenidad. Es encontrar la paz en todas las actividades, por difíciles que sean, para tener la capacidad de tomar las mejores decisiones. Por fuertes que sean las situaciones, una mente serena tiene la claridad para ver lo que sucede y la seguridad de actuar en consecuencia y en forma eficaz.

Y completamos estas actitudes recordando aquellas actitudes que poseen los grandes hombres:

Motivación intrínseca. Es sentir el gusto y el placer por encontrar soluciones nuevas e innovadoras a los grandes problemas que plantea la vida diaria.

Independencia y autonomía. Es actuar con confianza y sin el afán de agradar ni ser aceptado por los demás frente a las propias capacidades y habilidades de resolución de problemas. Simplemente enfrenta los problemas porque así lo quiere, por libertad y compromiso consigo mismo.

Iniciativa personal. Con ella, la persona hace lo que tiene qué hacer y no como respuesta única a los requerimientos o peticiones de otras personas. Eso le permite ampliar su horizonte y moverse en total libertad.