El uso de la Entrevista en la Psicología Clínica.
Enviado por Ninoka • 5 de Enero de 2018 • 3.624 Palabras (15 Páginas) • 505 Visitas
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Podemos afirmar que la forma en que se estructura una entrevista depende, en lo esencial, de la intencionalidad o propósito de dicha misma pero también depende de muchos otros factores coyunturales como el contexto de la entrevista, su curso, la información relevante que vaya apareciendo, así como también de las características personales del entrevistador y de su adhesión o no a determinada orientación teórica, todo ello visto en su conjunto:
“... La estructura también depende de la orientación teórica, el entrenamiento y las preferencias personales del entrevistador. Existe mucha variabilidad entre los clínicos particulares como para justificar estereotipos para cada modelo clínico”. (Bernstein, 176)
Y mas adelante:
“ Sin embargo, estas diferencias son muy generales..... Por esto no se debería sorprender el hecho de que a menudo hay una gran semejanza en la manera en que llevan a cabo las entrevistas varios clínicos experimentados de diferentes orientaciones teóricas”
La entrevista estructurada es posiblemente la menos utilizada por el psicólogo clínico, salvo con propósitos investigativos[2] y es, en muchos aspectos, similar a un cuestionario con las ventajas de este instrumento, fundamentalmente el control que el entrevistador asume durante toda la entrevista y la búsqueda (Smith) de respuestas correspondientes a categorías preestablecidas que pueden, incluso, ser codificadas y numéricamente procesadas. A su vez tiene las desventajas inherentes a los instrumentos cerrados -e impersonales- que intencionalmente limitan lo que pueda decir espontáneamente el entrevistado, no importa lo novedosa o valiosa que pueda ser esta información, y se ajustan a lo preestablecido por el entrevistador quien previamente definió la información que le interesaba encontrar.
Las entrevistas estructuradas requieren de un orden estricto, guía o “schedule” y entre otras exigencias presuponen (Smith y cols): el uso de preguntar cortas específicas, hacer las preguntas utilizando con exactitud el lenguaje de la guía y la formulación de las preguntas en un orden preestablecido, a la par que idealmente se debe disponer de un aparato categorial previamente elaborado que permita al entrevistador ubicar lo que la persona dice o hace, en una de estas categorías.
En una entrevista semiestructurada, posiblemente la mas eficiente y utilizada, también se construye o se parte de una guía con una serie de preguntas preestablecidas, pero que en este caso constituyen una “guía flexible” que el entrevistador puede manejar de acuerdo a la información valiosa, útil o novedosa que vaya apareciendo, dándole a la persona entrevistada la opción de ser un participante mas, un “sujeto activo” en el proceso de búsqueda de la información relevante de su propia vida.
Según Smith (1995) la Entrevista Semiestructurada privilegia el intento de establecer “rapport” con el entrevistado y de aquí que la entrevista siga los intereses y preocupaciones de este; de igual manera el orden y el modo de formular las interrogantes es menos importante y siguen la “expertisidad” y la intención del entrevistador, permitiéndole a este incursionar en informaciones interesantes que vayan apareciendo, a pesar de que ello implique cierto alejamiento de los objetivos y propósito previamente establecidos. Esto, por supuesto, trae aparejadas las desventajas de que el entrevistador pueda perder el control de la entrevista, si se deja atrapar por el discurso de la persona entrevistada y se desentiende de su propósito inicial, así como que la información puede ser difícil de ubicar dentro de un aparato categorial preexistente. Es por ello que mientras menos estructurada sea una entrevista se requiere de mayores habilidades y de implicación y compromiso profesional por parte del psicólogo clínico, que permitan conservar la profesionalidad del proceso, en oposición a convertirlo en una conversación habitual. Mas allá del tipo de estructuración de la entrevista resultan sumamente importantes algunas reglas que hacen mas fluida y eficiente la comunicación interpersonal cotidiana, pero que en el caso de la entrevista clínico psicológico resultan esenciales (ver cuadro).
La entrevista no termina en el momento en que el entrevistador abandona el consultorio del psicólogo clínico. Es importante que el entrevistador dedique un tiempo después que concluya la entrevista al análisis de lo sucedido: ¿en que media logre lo que me propuse?, ¿Cuáles fueron las informaciones mas relevantes que se obtuvieron?, ¿Qué confirma y que contradice mis expectativas?, ¿Hacia donde debo conducir mis esfuerzos en la próxima entrevista?,.... y otras interrogantes mas que se convertirán en la guía de la siguiente entrevista.[pic 1]
En cualquier caso una recomendación valiosa es que el entrevistador nunca se “despegue” ni de los libros (tanto clásicos como actuales), ni del debate profesional, éticamente conducido, con colegas y/o supervisores que le permiten al profesional no sólo un mejor conocimiento de lo que está ocurriendo con su “caso”, sino un “abordaje” tan rigurosamente científico como sea posible, de la compleja labor humana en que esta implicado.
¿Como transcurre una entrevista?
Por lo general, casi todos los procesos en que están implicados las interacciones entre personas han tratado de reducirse a un “modelo de tres etapas” que incluye una introducción, un desarrollo y unas conclusiones y que implícitamente asumen una duración e intensidad similar a una curva estadística de distribución normal, donde el desarrollo sería la parte mas productiva del proceso. Esta concepción puede resultar útil desde un punto de vista didáctico, pero en el “mundo real” rara vez transcurre de esta manera homogénea y por el contrario pasa por multiplicidad de requerimientos contextuales del proceso en cuestión que pueden varias sensiblemente tanto la presencia como la duración e intensidad de cada una de las etapas .
Sólo asumiendo este punto de vista es válido hablar de etapas de la entrevista.
Según Bernstein (1989, pag. 176):
“Por lo común, se piensa que las entrevistas tienen un principio, un desarrollo y un fin como cualquier evento que se desarrolla a través del tiempo. Sin embargo, esta es una grande y excesiva simplificación, ya que tales etapas “puras” pueden no estar presente o no ser distinguibles en todas las situaciones”.
Esta expresión de Bernstein resulta sumamente sintetizadora de las etapas de la entrevista, no solo de una entrevista en particular
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