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FALTA DE MOTIVACIÓN INTRÍNSECA EN LA ACTUALIDAD EN ALUMNOS DE SECUNDARIA.

Enviado por   •  20 de Abril de 2018  •  2.326 Palabras (10 Páginas)  •  371 Visitas

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Por otra parte se tiene que contemplar la situación económica que hay en la región. La mayoría de nuestros estudiantes trabajan por la mañana y de cierta manera noto que los profesores justificamos el hecho de que no realicen alguna actividad porque tienen un trabajo.

Desafortunadamente hay muchos aspectos que debemos tomar muy en cuenta, en nuestra región los muchachos se ven influenciados por el clima de violencia. La narcocultura que se apodera de las mentes de los alumnos al querer parecerse y hablar como este tipo de personas.

Es de suma importancia considerar la etapa de la adolescencia…. En la motivación de los alumnos.

Analizar la influencia de la sociedad que muestra muy poco valor al estudio, pues invita a chicos de secundaria a formar parte de trabajos con pagos mínimos (que para ellos es mucho) e introduciendo en el chico una oración muy lastimosa “el estudio no sirve”.

Realizar una análisis de lo que nos corresponde como escuela realizar y fijarnos como meta; formar personas que sientan esa necesidad de aprender y de superarse profesionalmente día a día, pero me cuesta mucho entender la apatía que muestran algunos alumnos en el salón de clases.

Una mayor preocupación me surge al analizar la actitud frente a la obtención de calificaciones de algunos estudiantes ya que lo único que desean es obtener una calificación alta sin importar el medio (copiando) con que lo puedan conseguir, y dejan muy de lado lo que puedan aprender, ya que prefieren el reconocimiento que puedan obtener por los demás.

Lo que he observado últimamente también es la participación de los alumnos en actividades escolares pues solo participan en las que sean de mínimo esfuerzo, quieren obtener una buena calificación pero sin esforzarse tanto. Si se solicita al alumno realizar una actividad comienza a justificarse y a querer convencer al profesor de que lo que le solicita es muy difícil para él o que no sabe cómo hacerlo, finalmente quiere hacer lo que a él le represente menor esfuerzo. ¿Qué es lo que hacemos mal?

En lo personal me gusta preparar mis clases con actividades que yo considero que son atractivas para el alumno sin perder claro los el objetivo o los aprendizajes esperados. Pero es muy triste llegar a un salón de clases con toda la actitud de querer hacer un cambio, de querer motivar al alumno y que el muestre una apatía a cualquier cosa que les sugiera, eso en mi hace crecer una impotencia de no saber qué es lo que pasa con mis alumnos y me pregunto otra vez que es lo que hago mal.

A un y con esa apatía, con ese desinterés realizo las actividades planeadas aun viendo esas caras tristes a veces hasta me atrevo a decir que algunos alumnos son flojos, y es que en ocasiones hasta caminan arrastrando los pies, y llegan al salón de clases y dicen hoy no tengo ganas de hacer nada. Obviamente están pasando por una situación y la reflejan de esa manera en el salón de clases.

Últimamente los alumnos se distinguen como incapaces e incompetentes y se expresan mal de alguna asignatura que ellos consideran difícil por ejemplo “yo no nací para las matemáticas” o “mi coeficiente no da para tanto” o incluso llegan hasta aborrecerlas y tal parece que fuera epidemia pues cuando uno comienza a decir que no le gusta, los demás tienden a compartir la misma opinión.

Es común al hablar con profesores de lo desmotivados que llegan nuestros alumnos a la escuela. Al preguntar cuál es la causa de esto hemos llegado a una respuesta un poco superficial pues creemos que llegan desmotivados por miedo a ser evidenciados. (Algunos no saben leer o las operaciones básicas).

Aunado a esto me preocupa la poca disposición que tienen algunos alumnos a enfrentar los retos planteados por los profesores y por las asignaturas o la escuela en general, es decir que ellos tomaran una actitud positiva de querer superarse si no saben algo, pero es poca la disposición que tienen. Y la poca que tienen es solo para obtener una calificación.

Al hablar de motivación hago referencia al significado de la palabra como tal, proviene del latín y significa movimiento más el sufijo acción, entonces es “acción y movimiento” lo llevo hacia el campo de estudio que estoy realizando y lo traduzco como en aquellas cosas que impulsan a los estudiantes de secundaria a realizar ciertas acciones. (Todo lo que tenga que ver con el ámbito educativo).

Y es que desde muy pequeños nos movemos por todos lados con una motivación que viene desde dentro, con todas las ganas de explorar, investigar y es entonces cuando comenzamos a hacernos preguntas y es que todo nos causa curiosidad. ¿Dónde es que perdemos esta motivación?

Estudios realizados (Wentzel y Wigfield, 1998; Rao; Kobal, Lebarico y Kolenc, 2005; Covington, 2000; Schiltz, 2004; Flores, Stevens y Lo, 2005) indican que el rendimiento académico se relaciona con la disposición de los estudiantes hacia las actividades escolares. Aquellos con alto rendimiento sustentan su aprendizaje en estrategias cognoscitivas más complejas, son más autónomos en sus actividades académicas, perciben que son competentes para tener éxito en la escuela, sus metas están más enfocadas en desarrollar nuevos conocimientos, perciben mayor control sobre las situaciones de aprendizaje y manejan de forma adecuada situaciones de estrés derivadas de las obligaciones escolares.

Entonces considero que la motivación debe comenzar desde el inicio del ciclo escolar y mantenerse hasta lograr los aprendizajes o competencias deseadas.

Un estudiante desmotivado muestra muy poco interés por seguir aprendiendo, por desarrollar nuevos conocimientos y se vislumbran con un futuro poco alentador pues se perciben como personas con poca capacidad de aprender y entran en una situación de estrés y luego piensan en la idea de que es mejor dejar de estudiar.

Y es que también debemos analizar las múltiples demandas que hace la escuela; a un alumno al solicitar realizar actividades (ejemplo: investigaciones) que damos por hecho que saben hacerlas, sin tomar en cuenta además la situación por la que pasa el alumno. (Económica, social o hasta psicológica).

Quizá, si orientásemos la enseñanza hacia un modo abierto, divertido, participativo, en el que los estudiantes sean protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje, quizá, si suprimimos los exámenes y los sustituimos por trabajos en grupo, investigaciones, juegos, debates...; quizá, si dejamos de calificar (y clasificar) a los alumnos para que se comparen con sus compañeros, (los inteligentes y los malos) y por el contario los impulsamos a que se superen a sí mismos.

Quizá

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