Fernad Braudel y la historia social.

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El hombre se ha tenido que enfrentar al ambiente, al espacio, y al clima de muchas maneras; Broudel muestra como ese movimiento del sujeto en la estructura es un síntoma de ello. Anteriormente mencione que este acápite contiene la esencia de la historia social, pues son en esas líneas donde comprendo también la incidencia económica. El nómada es estudiado desde varias perspectivas, una de ellas es desde la concepción pastores-nómadas; y otra, concepción como cazadores- recolectores. Por tanto, estas actividades me dirigen hacia el conocimiento de la vida económica y material, que en cierto sentido nos ayudan a comprender la vida cotidiana. Esta vida es una vertiente fundamental de la historia social, ya que, la historia social tiene dos dimensiones, una enfocada a las mentalidades y otra enfocada a la vida cotidiana.

Por consiguiente si queremos observar a Broudel frente a la historia social, tenemos que situarlo en la dimensión de la vida cotidiana. Esa vida cotidiana está llena de obstáculos, de esfuerzos, de prácticas, de costumbres. Claramente en el acápite Algunas certezas del segundo tomo Broudel dice lo siguiente hablando sobre Creta y la mayoría femenina basándose en un análisis cuantitativo: “Estas cifras indican la alta proporción de población activa. Hombres. Mujeres y niños, todos o casi todos, trabajan. Esta era la única ventaja de las poblaciones jóvenes, en las que apenas hay lugar para los viejos y los inútiles, sobre todo para los viejos. Cada uno se gana su pan cotidiano[2]”. De la anterior deducción, se evidencia el establecimiento de la relación de la historia con las ciencias sociales. En esta cita que por un lado destaca la dimensión de lo cotidiano, cuando se comprende el trabajo quienes pueden trabajar, para qué trabajan, y cuál es el grupo que tiene mayor beneficio al hacerlo. La interdisciplinariedad consta cuando se observa implícitamente el papel de la demografía, ejerciendo un análisis de la población en Creta.

En efecto, son estos tipos de análisis que proporcionan a la obra de Broudel una innovación historiográfica. Él como heredero de una “nueva historia” que rompe con la corriente historiográfica del historicismo y del positivismo, enfocadas a redactar e investigar una historia relato, basada en los episodios de grandes personajes y batallas majestuosas. En contraste a leer el Mediterráneo, nos topamos con un polo opuesto, ese polo opuesto estudia no un individuo ni una batalla como tal; esa historia, estudia la sociedad. En este caso las diversas sociedades, culturas, civilizaciones presentes en un Mediterráneo que transcienden los limites naturales del mar como tal.

Cuando observamos a Broudel frente a la historia social, nos encontramos con una historia problema del tamaño del Mediterráneo. La historia planteada por el francés nos direcciona a ver las estructuras que son parte fundamental de las ciencias sociales y de por tanto la historia, pues Broudel es uno de los estrucuturalistas del siglo xx, por ende, se deduce una concepción holista, que es una característica fundamental de la historia social, Broudel sostiene: de modo que el Mediterráneo continua siendo un mundo de campesinos y terratenientes, de estructuras rígidas[3].

Evidentemente, hay una estructura la cual no cambian los sujetos, pues hay, unas estructuras rígidas, dichas estructuras de carácter holista es la que caracteriza la historia social en su vertiente francesa. Entre tanto, hay que ser conscientes de la existencia de otros tipos de historia social; la alemana y la inglesa, que transitan en por otro tipo de factores. Ahora bien, se puede establecer que Broudel hace parte de la vertiente francesa, él establece diferentes conceptos. Uno de ellos son las duraciones, que se evidencian en el manejo de la correspondencia al establecer la elasticidad de las noticias, donde establece una duración media de los viajes.

Finalmente Broudel toca varios ámbitos de la vida cotidiana y material de las sociedades que componen el Mediterráneo. Él nos planteó una semantización del tiempo que se convierte en un legado para los historiadores actuales y en formación; la larga, mediana y corta duración son los síntomas más evidentes de una nueva historia, en la cual está Broudel como uno de los máximos exponentes con su obra El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II.

Bibliografía: Ferndad Broudel. El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. Tomo I y II.

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