INVESTAGACION JUDICIAL SOBRE CASOS DE VIOLENCIA CONTRA SINDICALISTAS

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Pero a la par también se iría generando una cultura antisindical que empezaría a convertir a los líderes sindicales en objetivos militares llegando al exterminio de mas de 2500 trabajadores, llenando de tristeza y de luto a muchas familias y estigmatizando a los sindicatos de corruptos y vinculándolos con grupos de izquierda, especialmente con las guerrillas colombianas. Muertes que a la fecha siguen en la impunidad por la falta de pruebas y elementos que sindiquen a personas, empresas u organismos estatales como los responsables de estos crímenes.

Ante tanta antipatía y falta de protección, las tres grandes centrales obreras (CUT, CTC y CGTD), presentaron una queja de manera formal en la 86 Asamblea anual de la Organización Internacional del Trabajo[4], realizada en Ginebra – Suiza, en donde contaron con el apoyo de los países miembros de la OIT, denunciando el incumplimiento de los convenios relacionados con la libertad sindical y la persecución a la cual se han visto expuestos por razones de su actividad, igualmente indicaron la indiferencia del Estado Colombiano frente a estas denuncias y la falta de garantías para ejercer esta labor social. Esta denuncia hizo que el estado Colombiano llegara a un acuerdo con las centrales obreras para que se nombrara una misión de contactos directos para evaluar la situación que en materia de libertad sindical se venía presentando en Colombia. Cabe recordar que en casos similares se han nombrado comisiones de encuesta que es la máxima sanción que un país que este afiliado a la OIT puede recibir, trayendo también sanciones o represalias comerciales por parte de países desarrollados.

No obstante esta situación y a pesar que el Estado Colombiano designo grandes partidas para la protección de los dirigentes sindicales, para finales del año 2000, el presidente de la Federacion Nacional de Trabajadores al Servicio del Estado FENALTRASE, WILSON BORJA, fue víctima de un atentado que por poco le cuesta la vida, no contó con tan buena suerte el dirigente de SINTRAINAGRO José Luis Guette quien fue asesinado en marzo de 2001. Lo que aterra de esta situación, es la ineficacia con que las autoridades han desarrollado las investigaciones, con falta de garantías, generando impunidad, indignación e inconformismo de los movimientos sindicales. La situación llego a tal punto que durante los primeros cuatro meses del año 2001, ya habían sido asesinados 31 sindicalistas de la CUT.

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