” LA ASESORÍA TÉCNICA PEDAGÓGICA COMO ESPACIO PARA EL DESARROLLO PROFESIONAL
Enviado por Ninoka • 12 de Abril de 2018 • 4.689 Palabras (19 Páginas) • 489 Visitas
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En el marco de la Reforma Integral de la Educación Básica, toma relevancia una figura educativa, que, si bien ya se encontraba inmersa en el sistema educativo, no contaba con sustento ni fundamentación dentro de sus funciones, me refiero a el Asesor Técnico Pedagógico. Con la implementación de la reforma, dicha función encuentra un marco referencial, especificidad en las funciones y campo de acción; de esta manera, la asesoría técnico pedagógica, se concibe como un conjunto de acciones, estrategias y actividades que se articulan para contribuir a mejorar la calidad de la educación, mediante un trabajo colaborativo entre directivos, docentes, padres der familia y asesores técnicos, con la finalidad de la mejora de la gestión escolar, apoyar a los docentes mediante una orientación en el desarrollo profesional, centrando a la institución educativa las necesidades y problemáticas.
Las funciones y acciones del ATP, se encuentran implicadas de manera directa con la gestión educativa ya que, ante las situaciones problemáticas que surgen al interior de los centros educativos, tendrá que implementar acciones para lograr un objetivo a corto plazo, organizando acciones considerando las dimensiones pedagógica, curricular, organizativa, administrativa y de participación social que le den cuenta del funcionamiento de las instituciones para así, planear una manera coherente de proceder, mediante un proceso sistemático que permita producir conocimiento sobre las situaciones observables (orígenes, causas, avances y resultados);para transformar y mejorar la práctica docente, que ayude de manera eficaz y eficiente a lograr los propósitos y fines propuestos en las metas consideradas desde la Ruta de Mejora Escolar., tomando en cuenta de igual manera los 7 ámbitos de gestión escolar propuestos en el CTE.: en el salón de clases, en la escuela, entre maestros, con los padres de familia, para medir avances, asesoría técnica y materiales e insumos educativos; que le permitirán tener una mirada amplia sobre las problemáticas.
Bajo esta mirada, el ATP se convierte en gestor del conocimiento en la función de acompañar a los docentes, ejerce un liderazgo educativo basado en la creación de comunidades de aprendizaje y práctica educativa.
Dentro de la dimensión pedagógica, se podría considerar el trabajo fuerte de un ATP, pues es en ella donde se retoma la importancia de la profesionalización docente, el trabajo compartido y colaborativo, corresponsable, la planificación didáctica, y todas aquellas acciones a implementar dentro del aula de manera directa con los alumnos, pareciera ser que, con tener esta dimensión atendida en su totalidad, el logro de los alumnos y la mejora educativa estaría garantizada, pero no es así.
Todo lo que pasa alrededor del proceso educativo que se vive dentro de las aulas, influye de manera directa en el mismo. Por ello, dentro de su función, el ATP, es vital considerar las dimensiones de gestión en su totalidad.
La dimensión organizativa aporta elementos para observar el liderazgo compartido, no importa que la escuela sea unitaria, pues el liderazgo compartido implica a los padres de familia, CEPS y APF en la toma de decisiones pensadas en beneficio del centro escolar; los climas y ambientes de aprendizaje establecidos dentro y fuera del aula, considerando a todos los actores educativos.
Para impartir una educación de calidad, es necesario crear acciones entre todos los actores, ello implica poner en marcha de manera efectiva y eficiente las comisiones de participación social, de esta manera se empata el trabajo con los programas estatales (estrategia 11+5, escuelas de calidad, escuelas de excelencia, escuelas al centro, etc.), con un enfoque encaminado a la dimensión de Participación Social, donde el ATP apoye y oriente a los docentes, consejos y comisiones en las dudas, necesidades y problemáticas.
Dentro de la Dimensión Administrativa, se implementan acciones para dar uso a los materiales, recursos e infraestructura de manera productiva, considerando adecuaciones para atender a la diversidad en pro de una educación inclusiva, en medio de un ambiente de respeto y trabajo colaborativo, es aquí donde el ATP, puede acompañar a los docentes en el proceso de identificar las necesidades y priorizarlas para atenderlas en base a los recursos económicos con los que se cuenta, y que los resultados impacten en la mejora de los aprendizajes.
Considerando todo lo anterior, el ATP se convierte en un asesor acompañante, ya que es él quien debe de conocer los actores que participan en la escuela, la dinámica de organización, las problemáticas, la ruta de mejora y las metas propuestas, para poder implementar acciones que respondan a las necesidades prioritarias de la escuela, a partir de un diagnostico contextual y educativo que de sustento a un plan de acción pertinente, flexible y coherente con la realidad, buscando sustento en documentos legales (acuerdos, planes, programas) y teóricos que se han de contrastar con la práctica educativa, con la finalidad de gestionar conocimientos y ambientes propicios para el aprendizaje.
La autonomía de gestión ayuda a los centros escolares a diseñar proyectos, que parten de un diagnóstico real institucional. El tránsito de una cultura marcada por el control, dependencia e individualismo, a una cultura de trabajo colaborativo, autónomo, reflexivo y abierto a toda la comunidad escolar, no es un proceso fácil, pero con apoyo del asesor técnico pedagógico, resulta ser muy productivo.
La gestión escolar comprende un conjunto de procesos de decisión, negociación y acción comprometidos en la puesta en práctica del proceso educativo, en el espacio de la escuela, por parte de todos los agentes que en él participan. La gestión escolar destaca la importancia de las relaciones y procesos de la vida cotidiana de las instituciones educativas, por medio de las cuales, cobre vida la práctica educativa; y, el asesor técnico pedagógico debe de guía, apoyar, conducir, asesorar y acompañar a los centros educativos en el proceso de gestión y autonomía para impactar en la mejora de los aprendizajes en el alumnado, y en la transformación de la práctica en los docentes y directivos que en ella participan.
Al ser el Asesor Técnico pedagógico una figura educativa de enlace y transición entre la administración educativa y el profesorado, tiene que visualizar al asesoramiento educativo, como un proceso sistemático de apoyo a las prácticas educativas en contextos variados y establecer propósitos bajo las necesidades detectadas y las necesidades sentidas por las personas implicadas en la asesoría, para poder orientar y satisfacer las demandas.
Para ello, el asesor
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