Ensayo Desarrollo Profesional Docente

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El propio concepto de profesionalización se asocia a una tensión entre poderes y voluntades que consideran la educación más o menos técnica y más o menos moral. El análisis del “concepto” de profesionalización permite observar el conjunto de fuerzas que actúan sobre la práctica docente.

El origen en torno a la profesionalización pone en evidencia el discurso que entraña el término cuando éste es acogido por los “administradores” de la educación para, en lugar de ofrecer autonomía real, ejercer control y burocratización sobre el profesorado además cabe destacar el papel de las familias en la actualidad que tratan de controlar y cuestionan también la labor de los docentes , como es indicado en Tenti Fanfani (2007) actualmente pocas o casi ninguna familia se acerca al ideal hegemónico de familia que existía en a mediados del siglo xx, algunas de estas familias no acompañan el aprendizaje de los alumnos como antaño, sino que mantienen una actitud relajada y no les preocupa lo que suceda en la escuela y las familias, generalmente de clase media, se convierten en “profesionales” del control del trabajo escolar. Con lo mencionado anteriormente podemos destacar:

Los dos grandes peligros para la profesión son las administraciones públicas, que tratan de fiscalizarla desde arriba por medio de mecanismos burocrático, y las familias, que tratan de controlarla desde abajo sirviéndose de mecanismos de participación o de mecanismos de mercado más o menos soterrados (como la elección de centro) e induciéndose en un terreno que no es el suyo. (…) Se ignora así que la información (el conocimiento) es un elemento tan esencial para el sistema económico y social como son la materia (los medios de producción) o su peculiar energía (la fuerza de trabajo). La utilización masiva y cooperativa (no individual y autónoma) de esos tres tipos de recursos y su desigual distribución es la base de las distintas formas de poder en la economía: la propiedad, la autoridad y la cualificación. (Fernández, 2001, p 45).

Gran parte de las reformas promovidas a lo largo de la carrera docente convirtieron la docencia en una tarea constantemente burocratizada.

La estandarización de las prácticas de contratación, la uniformización de las políticas curriculares y el desarrollo de la evaluación del profesorado erosionaron la autonomía, término que es erróneamente confundido con el aislamiento y el individualismo, ya que las reformas educativas que surgen constantemente suelen implantar modelos excluyentes en los que el profesor es obligado a trabajar con sus pares docentes para responder a las necesidades del sistema y no las propias de estos, añadiendo también una la labor bastante cuestionada por algunos docentes que sería la aplicación de pruebas estandarizadas o más bien la preparación “adecuada” de los alumnos para estas evaluaciones ya que como es indicado en la presentación de la revista Temas de Educación en su volumen 22 algunos profesores en ejercicio y los que se están formando consideran que actualmente la tarea de enseñar se ha limitado a preparar a los alumnos para estas pruebas, y también la disminución de las atribuciones de los profesores como consecuencia del aumento de la autoridad y el control ejercido por los “administradores” y las familias, tema mencionado anteriormente. Bajo lo anterior es relevante destacar:

La autonomía como no intromisión resulta ser, por una parte, una descripción equivocada de la función que desempeña la enseñanza, ya que ésta se sitúa en el terreno de la transmisión de valores y saberes sancionados socialmente. La institución educativa representa un espacio sobre el que se proyectan, de forma contradictoria y conflictiva, distintas pretensiones y aspiraciones tanto culturales como económicas y sociales. El oficio docente no puede entenderse, por tanto, al margen de las condiciones sociopolíticas que le dan carta de naturaleza a la propia institución escolar. (Contreras, 1997, p. 46).

Cita que resalta que la autonomía en el ejercicio de la docencia suele ser sancionada socialmente. En el caso de la formación que se realiza frecuentemente para los docentes es difícil comprender que aún se mantiene una visión tan simple sobre el aprendizaje profesional y sobre la función que cumple un docente, su formación y teniendo en cuenta que la carrera docente se ha ido convirtiendo en una tarea constantemente burocratizada.

Debemos también ver el tema de la profesionalización con cautela, tener en cuenta que toda idea lleva implícito el peligro de no atenerse a las condiciones reales. Al tiempo que esto es necesario, estamos obligados a auto distanciarnos puesto que como vimos anteriormente la mayoría de las definiciones de profesionalización promueven un modelo excluyente.

Además se asocia a la profesionalización con distintas características con las cuales quizás no se esté de acuerdo como la de vestir de manera “correcta” para ejercer una profesión, característica con la que algunos docentes no están de acuerdo ya que los docentes no deben disfrazarse para ejercer su trabajo como educadores. Entendemos que no basta con decir que los profesores deben ser reflexivos y disfrutar de más de autonomía dentro de su trabajo. Antes es necesario comprender el concepto de profesión ya que podemos estar de acuerdo con el término de profesionalización pero los problemas comienzan con lo que entendemos por “profesionalización” para ello, debe haber experiencias reales de búsqueda de lo que puede significar en cada contexto. Aunque esto no sería una labor simple.

En consecuencia podemos afirmar que como indica Contreras (1997) la discusión sobre lo que significa profesionalismo está lleno de ambigüedades que son arrastradas por la definición de “lo profesional” ya que esta definición, depende de distintos contextos y también de diferentes “intereses” con los que el termino es empleado considerando que muchos de ellos son contradictorios entre sí, además destaca que el término “profesionalización” podría traer la perdida de cualidades propias de la docencia y no necesariamente la obtención de un prestigio, un status o una remuneración que sería lo que identifica a los “profesionales” como tal.

Algunas definiciones de profesionalización nos indican que este término obedece a la reglamentación, especialización, estructuración e institucionalización de la docencia. Sin embargo, la profesionalización docente no puede quedarse en una definición tan plana, ya que sobre esta tienen influencia las condiciones en que esta se desarrolla como hemos visto anteriormente.

Con la implementación de nuevas reformas