LA CALIDAD INTEGRAL EN EDUCACIÓN

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Otro punto interesante planteado se relaciona con el contexto sociocultural, que tiene una particular importancia para nosotros, pues tenemos notables diferencias para nuestra comprensión del mundo y la manera como actuamos para aprovecharlo y transformarlo. Si el sistema educativo, no es capaz de entender esta realidad, como lamentablemente ha sucedido, estamos condenados al fracaso.

Siguiendo con el orden las ideas planteadas, se tratará el contexto institucional-organizativo de la calidad integral, factor donde convergen los elementos del PEI. Dígase dimensiones personales, base axiológica, infraestructura y estructura administrativa, los cuales enriquecen los indicadores de calidad educativa y aportan para construir procesos apegados a la realidad.

Una última dimensión planteada tiene que ver con el contexto didáctico pedagógico, que se relaciona con el rol y la capacidad docente y los elementos del currículo. Es fundamental considerar los contenidos (procedimentales, actitudinales y conceptuales), las orientaciones pedagógicas y el enfoque del sistema de evaluación, que debería ser integral.

Resulta recomendable considerar la propuesta y entender el fenómeno educativo como complejo, por lo tanto los elementos socioculturales deben estar presentes en todo momento dentro del accionar en educación. El uso del idioma materno y el respeto a la diversidad cultural son un punto de partida necesario, para creer en la calidad educativa.

Otro aspecto relevante es avanzar hacia la construcción del PEI, no como un molesto requisito, lleno de datos inconsistentes y repetitivos; sino como un instrumento articulador de los valores, las dimensiones personales y los recursos disponibles, necesarios para orientar procesos capaces de adaptarse a las circunstancias del medio y responder efectivamente a las necesidades y expectativas de la población.

Un docente motivado, consciente de su labor, bien preparado, actualizado y sensible a las necesidades de la comunidad, tendrá la posibilidad de contextualizar contenidos, proponer una evaluación integral y pertinente, y ubicarse en posturas pedagógicas, no porque estén de moda, sino porque las ha analizado y cree firmemente que dentro de las disponibles, son las que mejor responden a las necesidades actuales.

A manera de conclusión, es conveniente asumir posturas críticas frente a las nuevas condiciones y superar los modelos, que en su momento o en otras circunstancias pudieron ser útiles, para optar por aquellos que mejor respondan al ambiente. Desde esta perspectiva, se debe considerar las posturas integrales, y bajo ninguna circunstancia olvidar nuestra realidad cultural, las grandes diferencias sociales y económicas, y la necesidad de reducir las brechas que nos separan y amenazan con destruirnos.

Referencias bibliográficas

Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. Madrid: UNESCO.

Martínez, J. (s.f.). La calidad educativa un espacio de lucha por la hegemonía. Obtenido de Revista de educación y cultura: http://www.latarea.com.mx/articu/articu18/martinez18.htm

Seibold, J. (Agosto de 2000). Reflexiones sobre un nuevo concepto de calidad educativa que integre valores y equidad educativa. Obtenido de La calidad integral en educación: http://rieoei.org/rie23a07.htm