LA GERENCIA SOCIAL COMO [a]GENERADORA DE UNA EDUCACIÓN PARA LA PAZ

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CAPITULO I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Contexto y Formulación

Actualmente la sociedad se mueve aceleradamente y esto hace que las organizaciones continuamente cambien para dirigirse hacia la excelencia, de allí que la gerencia debe involucrarse completamente en los procesos de cambio aprovechando sus capacidades al máximo ya que como líderes deben lograr eficientemente el cumplimiento de objetivos y metas de acuerdo a las necesidades de la institución. Por ello debe desarrollar nuevas tendencias gerenciales fundamentadas en el aprendizaje social, ya que en el proceso de globalización que actualmente se está inmerso debe existir un personal con una amplia visión que permita alcanzar la excelencia.

Ante esta situación, Isturiz, (2006:12), expresa que “el Director de instituciones escolares deberá asumir el rol de Gerente Social de Servicios, concibiendo sus acciones como un proceso que anime, acompañe y modele los procesos educativos”, esto facilita la participación activa de todos los miembros de la organización, quienes en forma integrada logran una educación de calidad, entendida ésta como el modelo de seleccionar de forma no arbitraria la formación-capacitación para la convivencia con la distribución equitativa de conocimientos, el uso de nuevas tecnologías, con el fin de obtener un máximo de eficiencia en las acciones que le competen en el ámbito institucional.

La educación es un proceso social en el que deben participar activamente todos los sujetos que intervienen en ella, y es la unificación de los diversos elementos involucrados en el proceso educativo, en el marco de una gestión autónoma y participativa, la base para alcanzar el desarrollo holístico del estudiante, incorporando la participación conjunta y cohesionada de todos los sectores del contexto educacional, dentro de una línea permanente de mejoramiento y adaptación constante a los cambios y transformaciones que requiere el país.

De acuerdo con este planteamiento y ante el creciente convencimiento de la necesidad de centrar la atención en los procesos que afectan la educación, en Venezuela se requiere que los directivos practiquen el rol de gerente social, para lograr insertar la escuela al quehacer comunitario y elevar la calidad de la educación. Dicho rol social debe estar fundamentado en la planificación y desarrollo de acciones que hagan posible que los recursos se manejen de manera racional y eficiente en la prestación de servicios sociales para satisfacer las necesidades tanto de la escuela como de la comunidad

Bajo esta perspectiva, la realidad actual comienza a exigir nuevas modalidades en la asistencia de los múltiples problemas que surgen en la sociedad. De tal modo, en el contexto urbano de Latinoamérica inician su establecimiento y dan curso a un conjunto de instituciones sociales, para lo cual el gerente social educativo ha venido generando un espacio inédito como parte de los grandes debates que comienzan a establecerse, para darle mayor organización al proceso educativo, donde el asistido sea sujeto de su propio proceso de cambio y el gerente se encargue de la gestión de políticas así como de programas en las áreas sociales, por medio de la cual se le asigne un papel protagónico a la modernización de la educación en el marco de las políticas de transformación productiva, equidad social y democratización.[pic 1]

En este contexto, la educación se enfrenta al gran dilema y al compromiso de desarrollar valores dirigidos a fortalecer actitudes en sentido humanista. Un análisis completo de la situación del mundo contemporáneo, ha puesto de manifiesto que el hombre vive en un mundo pleno de injusticias sociales: la economía de mercado que prevalece en el mundo trae como consecuencia la pobreza extrema de la mayoría de la población y su exclusión social.

Así también, “La educación para la paz y la educación en general, no es solo un hecho educativo, sino también una experiencia política” (Freire, 1987:12). Por lo tanto la educación para la paz resalta la especial incidencia en la necesidad de que provoque una toma de posición que genere un comportamiento activo en la vida real.

Por lo tanto cabe señalar, lo que establece Zambrano (1996:159) “Nos parece que queda señalado con suficiente claridad que la paz ha de nacer desde el interior del hombre, allí justamente donde la educación tiene su campo apropiado su acción más especifica”; puesto que “Sin educación para la paz, no habrá paz durable, una vez más, el maestro es el responsable aunque no él solamente, de la suerte del mundo” (Lares, 1989:55[g]).

Partiendo de lo que antecede, la tolerancia se hace indispensable, y exige ser incluida dentro de objetivos concretos que impliquen el desarrollo de otras dimensiones de la persona en la educación. La escuela contribuye así, antes aún que con los conocimientos; con la integración en las costumbres, tradiciones, creencias, modos de pensar y vivir. Existe dos acepciones en la terminología entre las cuales se pueden determinar las de Hicks (1980); Yong, (1984). Un ejemplo de esta distinción son los “dilemas” de Young (1984:105), cuya clasificación consiste en la división que señala en las orientaciones o enfoques en dos grandes grupos: educación sobre la paz y educación para la paz

Lo planteado debe dar respuesta a la instituciones educativas que implementado como alternativa en la búsqueda de posibles soluciones al problema educacional, sin embargo, no se ha previsto de manera absoluta la actualización de los directores para adecuarse a las nuevas realidades, actuaciones, que se manifiestan cuando en la comunidad se presentan algunos conflictos, desconociendo la manera de definir y detectar las causas y posibles soluciones. A su vez, el autor señala que el personal directivo de las instituciones educativas carece de un marco teórico referencial que permita conocer el perfil de gerente social.

Es evidente, que la situación descrita prevalece en la mayoría de las instituciones educativas del país, pues, tal como lo señala Linares, (2007) en su investigación sobre los roles del gerente educativo para optimizar las relaciones escuela – comunidad en los contextos escolares y comunitarios, resalta las debilidades presentes en el rol social de los directivos, traduciéndose en limitaciones para optimizar la calidad de su gestión gerencial, reafirmando la carencia tanto de valores como de formación gerencial que tienen los directores de Escuelas Bolivarianas, reflejada en una comunicación unidireccional, el centralismo en las funciones sociales, falta de motivación, la poca disposición