LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS.(THOMAS KUHN)
Enviado por poland6525 • 5 de Marzo de 2018 • 2.314 Palabras (10 Páginas) • 411 Visitas
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A su vez, la presencia de las anomalías será el inicio de periodos de crisis. Un caso muy conocido de anomalía es el que se produjo en la Astronomía Antigua. De acuerdo al paradigma vigente en aquella época, se sostenía que los planetas estaban inscritos en esferas celestiales que se desplazaban en movimiento uniforme hacia el Este, los planetas deberías desplazarse invariablemente y sin interrupciones a dicha dirección, sin embargo, los planetas no siempre se mueven hacia el Este. En determinados momentos hay breves intervalos en que se produce un movimiento de “retroceso” hacia el Oeste. Este fenómeno, conocido como movimiento retrógrado, se observa, por ejemplo, en el planeta Marte, dentro de la constelación de Tauro. Luego del movimiento de retroceso, parece detenerse brevemente para recomenzar otra vez su recorrido original en dirección este. Algo similar sucede también con Venus, Júpiter y Saturno. Estas desviaciones desconcertaban a los astrónomos de la época, quienes intentaron elaborar diversas explicaciones con la finalidad de –como diría Kuhn– salvar el paradigma. Una de estas hipótesis fue aquella que postulaba la existencia de epiciclos, o sea, círculos sobre otro círculo mayor, a través de los cuales se pretendía describir y explicar satisfactoriamente el movimiento de retrogradación.
Si se descubren anomalías, en un principio los científicos intentan incorporarlas al modelo explicativo vigente, tradicional. Sin embargo, más adelante, ante la imposibilidad de lograr su objetivo, se las pone de lado como cuestiones incómodas cuya solución ha de encontrarse –así piensan– oportunamente. Pero, entonces, cuando se multiplican las anomalías en tal forma que, o no pueden seguir dejándoselas de lado, o se pone en evidencia que no se puede dar una explicación de ellas en el marco de la ciencia “normal”, es cuando se produce una crisis del paradigma. El sentimiento de seguridad que hasta entonces había presidido la investigación, es sustituido por otro de insatisfacción. Diremos, parafraseando a Kuhn, que se produce una proliferación de esfuerzos en competencia. Se manifiestan una especial disposición para ensayarlo todo, un descontento explícito y un afán por apelar al auxilio de la Filosofía con el consiguiente debate sobre los fundamentos.
Cierto es que, previamente, se intenta precisar y ampliar el modelo explicativo, pero –irónicamente– al mismo tiempo que se va aparentemente consolidando, se va facilitando su progresivo debilitamiento. Por ejemplo, cuanto más se corrigió el modelo explicativo ptolemaico, estudiando y corrigiendo el movimiento de las estrellas, tanto más se fue acumulando material para su refutación. Es entonces cuando sucederá que: “Cuanto más preciso sea un paradigma y mayor sea su alcance, tanto más sensible será como indicador de la anomalía (…)”
Por supuesto, deberá presentarse algo más que una simple anomalía para que se produzca la crisis, será necesario que se pongan en tela de juicio generalizaciones explícitas y fundamentales de un paradigmas, como lo hizo el problema del arrastre del éter para quienes aceptaban la teoría de Maxwell; o que provoque consecuencias de importancia práctica particular, como en el caso de la que precipitó la revolución de Copérnico, que afectó el calendario y la Astrología; o que, como en la química del siglo XVIII, transforme una anomalía que era una simple molestia en causa de la crisis.
Finalmente se produce una transición, más o menos paulatina, de la investigación normal a la no-ordinaria, creándose al mismo tiempo las condiciones para la aparición de un nuevo modelo. Hemos ingresado, así, a una etapa de crisis, en cuyo advenimiento las anomalías han tenido un papel fundamental.
Tiene lugar entonces un “desplazamiento”, similar al que se observa en el campo de la percepción cuando, de acuerdo con lo que nos dice la Gestaltpsychologie, se ve, de pronto, una figura distinta de aquello que hasta ahora hemos venido observando. Los mismos hechos serán vistos desde una perspectiva diferente, debido a que la observación se hace desde otro paradigma.
En otras palabras, se ha producido una revolución científica.
- Las revoluciones científicas.
Las revoluciones científicas son “(…), aquellos episodios de desarrollo no acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado, completamente o en parte, por otro nuevo o incompatible”. La revolución científica es el resultado de la paulatina pérdida de prestigio del paradigma, la que, a su vez, se deriva de la aparente incapacidad de los científicos para encontrar solución a los problemas anómalos.
“¿Por qué debe llamarse revolución a un cambio de paradigma?”, se pregunta Kuhn, tratando de justificar el uso metafórico del término “revolución”. La respuesta que da, que nos vamos a permitir repetir in extenso, es la siguiente:
Las revoluciones políticas se inician por medio de un sentimiento, cada vez mayor, restringido frecuentemente a una fracción de la comunidad política, de que las instituciones existentes han cesado de satisfacer adecuadamente los problemas planteados por el medio ambiente que han contribuido en parte a crear. De manera muy similar, las revoluciones científicas se inician con un sentimiento creciente, también a menudo restringido a una estrecha subdivisión de la comunidad científica, de que un paradigma existente ha dejado de funcionar adecuadamente en la exploración de un aspecto de la naturaleza hacia el cual, el mismo paradigma había previamente mostrado el camino. Tanto en el desarrollo político como en el científico, el sentimiento de mal funcionamiento que puede conducir a la crisis es un requisito previo para la revolución.
Pero este paralelo guarda un segundo aspecto, más profundo: las revoluciones políticas tienden a cambiar las instituciones políticas en modos que esas mismas instituciones prohíben. Esto generará una crisis que ha de conducir, paulatinamente, a una polarización de la sociedad. Como consecuencia, ésta se dividirá en campos o partidos enfrentados, uno de los cuales tratará de defender las instituciones antiguas. Cuando esto sucede, el recurso político fracasa y las partes en conflicto han de recurrir, finalmente, a técnicas de persuasión de masas y, de ser necesario, al empleo de la fuerza para dirimir sus controversias. Algo similar sucederá con las revoluciones científicas: de una parte, habrá quienes se aferren al estado de cosas antes existente y defiendan el modelo objeto de cuestionamiento; de la otra, quienes lo rechacen decididamente y propongan uno nuevo. Una revolución científica es, pues, rechazar
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