La Escuela Nueva tiene su origen entre fines del Siglo XIX

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Los manuales deben mermar o ser eliminados y ser sustituidos por el incremento de los trabajos manuales, los experimentos y el juego; pero la actividad del educando no puede surgir si éste no tiene libertad. Las investigaciones que impulsa la nueva concepción del aprendizaje, deben realizarse en libertad, predominando la espontaneidad y la autonomía.

Pestalozzi realiza estas ideas activas en sus escuelas, al hacer trabajar a los niños en el campo y en el taller tanto como en el salón de clases.

Como base principal de todos los métodos esta idea activa ha tenido alcance en todas las esferas de la vida infantil y escolar, en la zona de la vida orgánica y física, sensorial, emotividad, intelectual, moral y en lo social.

La idea de vitalidad está relacionada con la idea de actividad porque la vida es, para los educadores de la escuela nueva, ante todo, acción; de ahí que se centren en las experiencias cotidianas de la vida que se consideren capaces de despertar el interés y que aporten temas que formen parte del contenido de la enseñanza. Se considera que la escuela no debe ser una preparación para la vida, sino la vida misma. La vitalidad se desarrolla con el juego reciproco, o sea la interacción del hombre con el mundo.

La idea de la libertad en la educación, históricamente, empieza a reconocerse con el Humanismo, pero solo ha sido plenamente reconocida en la educación nueva. Sus principales precursores fueron Locke y Dewey, ellos reconocen la idea de libertad aludiendo que los niños son libres sin importar su edad y su independencia, es absoluta

La idea de la individualidad se refiere a la libertad personal; surge a partir de la educación tradicional. Intenta adquirir un carácter innovador en la educación nueva. La educación nueva se destaca en el aspecto individual. Desde la infancia se trata de elevar la personalidad individual.

En cuanto a la idea de la colectividad, es la más antigua de todas las ideas de la educación en general y de la educación nueva en particular. Se promueve la cooperación entre los niños a través de los trabajos en grupo, de manera que la relación unilateral maestro-alumno se sustituye por una nueva dinámica que se establece entre lo alumno, fundamentada en la solidaridad y cooperación. Pero, no se olvida el respeto a la individualidad y a la personalidad infantil que constituyen aspectos básicos de la escuela nueva.

El libro “Experiencia y Educación” del pedagogo norteamericano John Dewey fue publicado en 1938 y se consideró uno de los más importantes exponentes de la Escuela Nueva.

Dewey, filósofo que promovía el pragmatismo, en este libro defiende la necesidad de una “filosofía de la educación basada en una filosofía de la experiencia. Según él, es necesario construir una filosofía propia para diferenciarse de la escuela tradicional antes tomar como guía aquello que se rechaza, es decir una simple oposición. Para él, “la unidad fundamental de la nueva pedagogía se encuentra en la idea de que existe una íntima y necesaria relación entre los procesos de la experiencia real y la educación”. Vemos aquí la importancia de una idea correcta de la experiencia. Dewey va a identificar, dentro de la cualidad de cualquier experiencia, dos aspectos. Por un lado, el aspecto inmediato de agrado o desagrado. Por otro, su influencia sobre las experiencias siguientes. En síntesis, Dewey cree en un educador, lo valora profundamente e incluso le adjudica una gran responsabilidad a y no por ello desvaloriza los intereses y capacidades del niño, ya que si no negaría el principio de interacción. Asimismo da importancia a los conocimientos pasados. El problema no es que los conocimientos pertenezcan a este, el problema se centra en la forma en que estos se relacionan con la propia experiencia de los alumnos.

Para Dewey como vemos en los capítulos VIII Y IX de su libro “Democracia y Educación” la educación es un fin en sí mismo, y ésta no debe entenderse como medio, es decir, todos los objetivos o fines que se busquen mediante la educación han de ser considerados como consecuencias colaterales de la educación.

En conclusión, en base a todo lo leído, podemos apreciar que este movimiento renovador nos permite una educación para que los alumnos sean reflexivos, activos e innovadores. Es una nueva era de educar, el maestro será una guía y apoyo del alumno, impuesto a los interés didáctico de los niños y fomentar de que estos reflexionen, actúen y analicen determinadas informaciones y den soluciones a través de hipótesis. La Escuela Nueva logra la integración entre acción, sentimientos y pensamiento. La relación maestro-alumno sufre una modificación. Se sustituye la relación poder-sumisión propia de la Escuela Tradicional por una relación de afecto-compañerismo. La educación se entiende como un proceso para desarrollar cualidades creadoras en el alumno. Se introducen una serie de actividades libres para desarrollar la imaginación, el espíritu de iniciativa, y la creatividad. Se fomenta el respeto a la personalidad y al desarrollo intelectual y social de cada niño. El maestro es el orientador, partidario de un estilo más dinámico, comunicativo y libre, lo cual favorece el estilo de una educación no directiva en donde la imaginación y el pensamiento original infantil son importantes.

En la Nueva Escuela se prepara al futuro ciudadano para ser un hombre consciente de la dignidad de todo ser humano.