La Universidad Panamericana brinda una formación de valores por excelencia
Enviado por mondoro • 28 de Noviembre de 2018 • 5.770 Palabras (24 Páginas) • 414 Visitas
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Con ello podríamos afirmar que los valores son aquellos que nos permiten tener una mejor convivencia en la sociedad, definiendo la manera de actuar en los diferentes ambientes en que se relaciona el ser humano, por lo que se puede asegurar que los valores se constituyen en una guía, un camino a seguir para el buen comportamiento.
Por ello es importante saber si los valores de la sociedad están cambiando en relación con la sociedad en general, o si la sociedad de consumo influye en la configuración de estos valores, entre otras cuestiones. Es verdad que existen diversos comportamientos y actitudes que pueden ser el resultado de los valores dominantes de la sociedad o, posiblemente, el resultado de una reacción o de un cambio en relación con la sociedad.
CRISIS DE VALORES Y AUTORIDAD MORAL EN GUATEMALA
Actualmente en Guatemala vivimos una de las más grandes crisis de valores, que va desde los comercios informales que no declaran sus impuestos, hasta uno de los fenómenos de corrupción recientes como lo es el caso ¨la línea¨ que no es más que personas que con un grado académico alto pero con valores son nulos. En este caso los valores no solo afectan a la persona que carece de los mimos si no a quienes se encuentran a su alrededor.
Se debe de considerar que la familia es el primer agente socializador del niño/a y, por tanto, es donde se fundamentan los pilares esenciales para la construcción de la personalidad de la persona. Aquí es donde radica la importancia que tiene el contexto familiar para el desarrollo de la función socializadora, así como también transmisora de actitudes, conductas y valores necesarios para que se adapten a la sociedad en la que tienen que vivir.
El ser humano es perfectible a lo largo de la existencia. Por tanto, la adquisición de un sistema de valores completo y ético no se alcanza generalmente hasta después de la adolescencia y con dificultades, pues hace falta trabajar sobre uno mismo, desarrollar capacidades, dominar habilidades intelectivas y tener el coraje de decidirse por uno u otro valor cuando se presentan varios, igualmente buenos y provechosos, y entran en confrontación (p. 68). Para él la transmisión de valores puede obtenerse a través de dos vías:
- La vía implícita que se cumple en aquellos valores que forman parte de la atmósfera social en la que vivimos, una especie de agenda oculta según los psicólogos.
- La vía explícita es el sistema manifiesto de la transmisión de valores. Todas las familias, escuelas, religiones, partidos políticos, asociaciones, etc., presentan preferencias axiológicas claras.
La labor primordial de la familia es su influencia decisiva en la configuración moral de las personas y, por ende, de sus valores debido a que posee las características que la determinan como uno de los grupos humanos de mayor reputación.
Si bien la familia no es el único agente educativo, se la considera como el más influyente en el aprendizaje de valores y de patrones de conducta. Y, obviamente, cuando esto no ocurre es muy difícil reemplazarlo.
Nos encontramos viviendo en una sociedad tan violenta, que todos los días recibimos desagradables sorpresas, lamentablemente henos descuidado las normas que regulan el comportamiento social, por lo tanto nuestros niños se están formando sin un medio de respuesta o de defensa frente a todas estas situaciones violentas que se presentan a su alrededor, y por consiguiente no tienen otra alternativa de beber de la misma pócima de su entorno en clara descomposición.
Lo que más nos debe aterrar es que los crímenes que se están cometiendo contra nuestros menores, salen de su entorno familiar, es triste y angustioso ver cómo los mismos padres son los responsables de asesinatos, violaciones y todo tipo de delitos que atentan contra nuestros niños, los hermanos mayores, los tíos y abuelos, también se han convertido en todos unos verdugos de explotación: sexual, social y económica.
Los valores son el motor de nuestras vidas. Son esos bienes hacia los cuales tendemos.
Sean grandes valores que realmente nos importen, sean mínimos que no tengan importancia o, por el contrario, que en vez de ayudarnos nos destruyan.
Cabe recordar aquel episodio donde Jesús se encuentra con Marta y María, dos amigas de Él, María escoge quedarse con el Señor, escuchando su palabra, mientras que Marta se preocupa por los afanes de la casa.(Lucas 10, 38-42).
Jesús nos dice en Mateo 6, 19-21 que nuestros ojos estén puestos en los tesoros del cielo, no en lo que se acaba y corrompe. Donde esté nuestro tesoro, nuestros valores, ahí estará nuestro corazón.
Hemos de tener mucho cuidado con los valores que ofrece el mundo. Muchos de ellos son verdaderos antivalores, pues apartan de Dios. Este mundo ofrece el placer, el sexo desenfrenado, la comodidad, la envidia, el querer tener más cosas, el despreciar a los demás, el divorcio, la violencia, lo pornografía, la infidelidad, el egoísmo.
Sin lugar a dudas, la familia es la mejor escuela donde se aprenden a vivir los grandes valores. La familia es ese lugar querido por Dios donde aprendemos a ser personas. En el hogar es donde nos ejercitamos y vivimos los valores universales. La familia es la mejor escuela de la formación de las personas.
En la familia se aprende a ser amado, a ser generoso, a ser fiel; ahí mismo aprendemos a amar a la Patria; en ella se aprende a amar a Dios, a ser responsable, a compartir.
Este estudio tomara como referencia una encuesta realizada a personas que son integrantes de una familia, con ello pudiendo percibir como hoy en día se están viviendo los valores.
A través de la transmisión de valores la familia ayuda a que conozcan y entiendan que existe un mundo interior que es totalmente intangible, pero esencial para la vida de las personas; que gracias a él se pueden desenvolver en el mundo exterior o social y deben aprender a vivir en él como miembros activos, reflexivos y críticos, aunque siempre basándose en su propia experiencia interior.
Por otro lado, en nuestra sociedad las instituciones pedagógicas como la familia, la escuela, la religión y la comunidad educativa tienen la responsabilidad de instruir a en los valores cívicos y universales. Nos encontramos en una sociedad atiborrada por el consumo, por las Tecnologías de la Información y la Comunicación, y por los medios de comunicación y la publicidad, todos ellos con una gran influencia en la población.
Ante este panorama, y para contrarrestar los efectos de las características
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