La administración de Empresas es la ciencia que se encarga de la planificar
Enviado por Rebecca • 11 de Marzo de 2018 • 12.167 Palabras (49 Páginas) • 439 Visitas
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Sin embargo, como consecuencia de graves errores de política interna y dos grandes recesiones internacionales, el crecimiento promedio fue modesto entre 1974 y la mitad de la década de 1980.
Con todo, las reformas estructurales en las décadas del 70 y 80 pavimentaron el camino para el muy fuerte crecimiento de las últimas dos décadas.
La estabilización macroeconómica y las reformas estructurales fueron profundizadas por los sucesivos gobiernos que han dirigido el país a partir del retorno a la democracia en 1990.
Después de el panorama económico de chile, expuesto anteriormente y donde se ve como ha crecido económicamente nuestro país, es necesario aclarar el concepto de crecimiento económico, ya que se suele mal interpretar o confundir con desarrollo económico y entre estos conceptos existe un abismó de diferencias, mientras el crecimiento económico mide cuantitativamente el, desarrollo económico mide cualitativamente por lo cual, el crear un indicador de desarrollo económico, es relevante para la medición de las metas de la políticas económicas existente o modificar estas.
El solo mirar el crecimiento económico dentro de la economía de un país nos lleva inexorablemente a ser una sociedad con grandes diferencias sociales entre clases o zonas geográficas, además de depredar nuestros recursos naturales, sin crear una conciencia de sustentabilidad para las nuevas generaciones, concentrándonos solo en el primer nivel de una economía como lo es la extracción y comercialización de los recursos naturales, sin poner ningún incentivo o fomento en agregar valor a estos y dejando absolutamente de lado la investigación, que es otra forma de lograr el desarrollo económico.
Sin dudas Chile es un país en vías de desarrollo mirando su crecimiento económico, pero para lograr este ansiado sueño, es necesario lograr un gran acuerdo nacional que incluya, políticas claras y reformas estructúrales como por ejemplo; la matriz energética, reformas tributarias y otras.
La base de nuestra economía principalmente radica en la minería y en especial en la del cobre, y aunque nuestras reservas nos permiten proyectarnos en más
de un siglo, no podemos alejar de nuestra memoria el terremoto económico que provocó la caída del salitre y extrapolarlo a lo que significa el cobre, para Chile, hoy en día.
Por esto es necesario estar preparados y tomar las medidas pertinentes, pensadas en que el metal rojo, es un recurso no renovable, y la importancia económica que para Chile, significa la explotación de este.
2.2 La minería en Chile [5]
“Chile cobre y mineral”, así canta el himno a Sudamérica “Vientos del Sur” dejando ver claramente, como se nos reconoce en el mundo entero, un país esencialmente minero.
Aunque se podría pensar que el inicio de la principal actividad nacional se remontan al siglo XVI, con la llegada de los conquistadores españoles, deseosos de encontrar riquezas, en especial el oro que abundaba en la región según los indígenas comentaban en Perú, y que con gran empeño el conquistador Diego de Almagro, busco aproximadamente un año, pero con gran decepción y desencanto no logró encontrar.
La minería está lejos de ser una actividad reciente, existen vestigios y restos arqueológicos que demuestran que la actividad minera formaba parte de cultura de los pueblos precolombino de nuestro país, donde destacan utensilios y la famosa momia del indio minero, descubierta en Chuquicamata en 1899.
Después de la Conquista y luego de explotar los lavaderos de oro a manos de los indígenas esclavizados por los Españoles, la minería desapareció casi por completo, pero resurgió durante el siglo XVIII, gracias a la consolidación del comercio al exterior, siendo el producto principal la plata y luego el oro, esto ayudó a incrementar las riquezas de los altos círculos sociales en esta época y, a través del “quinto real”, impuesto que ayudó al Estado español a costear sus gastos en Chile en cambio, el cobre, se produjo en muy poca cantidad, solo para satisfacer las necesidades locales, exportando ocasionalmente a Perú, o al otro lado de la cordillera.
En el 1800, tras la Independencia de Chile, e impulsados por la Revolución Industrial y las libertades de comercio entregadas por la independencia, reaparece la actividad minera transformándose en uno de los pilares de la economía, los descubrimientos de nuevos yacimientos, iniciaron los ciclos de la plata con el mineral de Chañarcillo, en Copiapó y del carbón en Lota, luego de la Guerra del Pacífico, se da inicio al ciclo del salitre, proceso con el que Chile ingresa al siglo XX.
El siglo XX, fue el siglo del cobre, en la primeras década después de un duro revés por el progresivo agotamiento en las minas de alta ley, lo que provoca la preocupación en las grandes corporaciones cupríferas, y las incentiva a buscar una pronta solución, esta se encuentra a través de la innovación en la explotación en gran escala, a las grandes reservas de cobre porfírico, metal de baja ley. Esta revolución tecnológica, tanto para la extracción del mineral como para su concentración y refinado, hace necesaria la inversión de enormes capitales para poner en marcha su explotación.
Chile contaba con las mayores reservas mundiales de cobre porfírico, geólogos e ingenieros norteamericanos recorrieron el territorio en su búsqueda, surgiendo el interés de las grandes corporaciones norteamericanas por los yacimientos de Chuquicamata, Potrerillos en el Norte Grande y El Teniente en la zona central de nuestro país.
De inmediato se organizaron empresas Estadounidenses para explotar estos yacimientos, surgiendo la Braden Copper Company para explotar el mineral El Teniente en 1904, la Chile Exploration Company para explotar Chuquicamata en 1912 y la Andes Copper Mining para explotar Potrerillos en 1916.
Estas empresas invirtieron millones de dólares para poner en marcha la explotación de los nuevos yacimientos cupríferos, denominados “Gran Minería del Cobre”, logrando que a fines de la década del veinte tuvieran 16,7% de la producción mundial.
Las grandes ganancias generadas por estas empresas, en comparación a los minúsculos impuestos que contribuían, la libertad de que gozaban los norteamericanos en estos yacimientos creando verdaderos enclaves dentro del país, incitaron un hondo malestar en la población principalmente en los sectores nacionalistas y socialistas del país, germinando un movimiento de rechazo que exigiría la nacionalización y estatización del cobre, demandas que en las décadas
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