La cotidianidad del grupo escolar.
Enviado por karlo • 4 de Febrero de 2018 • 3.423 Palabras (14 Páginas) • 476 Visitas
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Quizá una de las principales diferencias aunque no la más obvia entre la autoridad de los padres y la de los profesores sea la diferencia de los fines para los que esa autoridad se emplea. La autoridad paterna es principalmente restrictiva.
El objetivo principal es poner límites a los impulsos naturales y a los temas espontáneos, especialmente cuando esos impulsos e interés ponen en peligro o amenazan destruir algo de valor para los padres. La autoridad del profesor, en cambio, es a la vez restrictiva y preceptiva. A los profesores les interesa no solo impedir comportamientos anómalos, sino también asignar tareas a los niños.
Podríamos considerar la autoridad el profesor desde otro ángulo: el proceso de sustitución mediante el cual los proyectos del profesor suplantan a los proyectos del alumno. Lo importante es que los alumnos tienen que aprender a emplear su capacidad de ejecución al servicio de los deseos del profesor, en vez de realizar sus propios deseos. Aunque les moleste.
Conclusiones
Como se puede analizar en la presente lectura el proceso de adaptación y de relaciones interpersonales inician antes de la edad escolar, sin embargo es en la época escolar que estos tienen un gran avance y proyección, lo que será determinante en el desarrollo del alumno en su vida futura.
Es precisamente dentro del aula de clases que mediante la dinámica diaria que comienza a tener más interacción con sus compañeros y tiene que aprender a resolver situaciones que se le presentan, lo que desencadena una nueva forma de comunicación y desarrollo social.
Por ello la importancia del papel del maestro en la dinámica áulica, pues en gran medida dependerá de las situaciones que éste propicie el avance de las competencias comunicativas y de convivencia que sus alumnos desarrollen.
También el docente debe trabajar en cuanto al respeto y autoridad, debe poner reglas dentro del aula y el alumno aprender a respetar normas y acuerdos de convivencia, lo que le apoyarán a tener una madurez intelectual y socio-afectiva, donde aprenda a resolver problemáticas presentadas mediante el diálogo y la tolerancia, pues hay que recordar que como ya se mencionó: la escuela es la primera institución importante, después de la familia, en la que el individuo se inmersa y aprende a relacionarse en la vida en sociedad, así que depende en gran medida de los logros alcanzados en ella lo que el alumno proyecte o desarrolle fuera del aula en su vida cotidiana.
3.-LA RELACIÓN ALUMNO-MAESTRO-CONTENIDOS
De acuerdo a la lectura Marcel Postic explique detalladamente:
DIÁLOGO
El diálogo educativo presenta un carácter asimétrico, puesto que el diálogo asimétrico supondría un progreso paralelo de los interlocutores en el descubrimiento de un hecho, en la elaboración de un conocimiento, un paso simultáneo de etapas, gracias al apoyo recíproco. Se trata de un movimiento dialectico nacido no de un enfrentamiento, sino una investigación nutrida del choque de ideas contrarias, de un itinerario, por la confrontación de los universos subjetivos y que desemboca en encuentros de la investigación de un conocimiento, tiene la finalidad y está orientado por uno de los componentes.
El carácter asimétrico del diálogo educativo es inherente a la situación; sin embargo la dismetría a veces toma tales proporciones que el diálogo, el encuentro de sujetos que se escuchen, que se saben retirar en el momento oportuno o intervenir para aportar su contribución, para perseguir el mismo fin. El educador necesita centrarse en el niño o el adolescente, aceptando las limitaciones de su propia posición. Muestra el camino, después deja saltar al alumno ante él, marchar, explorar, interviene para hacerle evitar el paso en falso o la caída; le guía por que el conoce el final de la etapa, pero le deja elegir el itinerario. El error del educador sería negarse a asumir su función o desnaturalizarla por exceso de poder o prolongarla cuando ya no es útil. Ya que su acción es temporal; está ahí para hacer franquear una etapa y después desaparecer. El niño, el adolescente, sigue su camino, bien sea con otro guía o bien de una manera autónoma.
El segundo caso de la asimetría del diálogo educativo proviene de la dimensión temporal. Esta escapa al alumno, incluso si tiene un conocimiento parcial del fin a alcanzar y si tiene conciencia del carácter profesional de su ejecución. El enseñante conoce el significado de su acción en un tiempo dado, que está caracterizado por una dirección. El alumno es informado de un objetivo parcial. El educador detenta significación de conjunto y domina el desarrollo del diálogo pedagógico.
DIÁLOGO CONSTRUCTIVO
En este caso reviste formas diversificadas según los niveles de conocimiento, según la naturaleza del mensaje, el género de tratamiento de la información que el alumno puede aplicar. Es en la formación de adultos donde tiende más hacía la simetría; los interlocutores, formadores o formados, por sus diversas experiencias, no de una verdad que sería impuesta por uno de ellos, sino dando sentido a su propia gestión. Sus relaciones se establecen en una base de complementariedad funcional. En el diálogo en formación de adultos, el formador quía la evolución del grupo en formación, este experimenta a su vez una influencia que entraña su evolución. Por el intercambio de diálogo educativo se convierte entonces en el medio de una evolución conjunta.
TRANSACCIÓN EDUCATIVA
La palabra “transacción” ha sido adoptada en el sentido de una operación “económica” concluida por un acuerdo entre esas partes, sobre la base de una mutualidad de ventajas mutuas.
L. Bradford, se ha consagrado al estudio más específico de la transacción educativa, sobre todo al examen del sistema de equilibrio que supone entre los participantes, variable según las percepciones que tienen de sus deseos y de sus aportaciones respectivas. Estudia el aspecto contractual de la relación pedagógica en términos de percepción y de utilización de los recursos de cada uno, determinados por su aportación personal en el grupo.
Los recursos del enseñado residen en un saber adquirido, sus experiencias personales, y varían en función de las representaciones que se hace de sus necesidades de aprender, desarrollarse, cambiar, de lo que espera de la vida en clase, de la ayuda que puede recibir. Según sus concepción de aprendizaje, unida a la experiencia pasada, espera ser
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