La vanguardia argentina: revolución del pensamiento
Enviado por Ninoka • 21 de Mayo de 2018 • 1.536 Palabras (7 Páginas) • 428 Visitas
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De esta forma, se puede analizar el movimiento vanguardista de principio de siglo que va a sentar las bases del pensamiento revolucionario de muchos artistas de la década del ´60. Escritor representativo de esta época, Julio Cortázar, publica en 1963 su novela Rayuela que se convirtió en un best-sellers del famoso boom latinoamericano y que lo consagra como novelista. Rayuela es una novela experimental que se conecta con las vanguardias europeas, principalmente con el surrealismo y la patafísica. Representa el paradigma de la revolución literaria, una creación desafiante en varios aspectos: a la retórica, a la tradición literaria, a la realidad, al lector.
Al igual que Girondo, Cortázar busca la innovación, la provocación y la crítica. Con Rayuela intenta despertar en el lector la búsqueda, la rebeldía, el desafío a las nuevas cosmovisiones. Rayuela impulsa un “lector activo, complice, creativo” frente a una “obra abierta” a la que tiene que reconstruir. En el primer capítulo se presenta un elemento varguardista: el Tablero de dirección, “A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El lector quda invitado a elegir una de las dos posibilidades...” Esta posibilidad de elección aparece como un síntoma de cambio en la concepción de la novela tradicional y del quehacer del novelista. Cortázar propone una ruptura de la narración lineal y la coherencia del relato. Al plantear una doble lectura o muchas lecturas de una obra se producen saltos temporales y espaciales, se quiebra los principios de causa efecto y se desarrolla una actitud lúdica y transgresora: encontramos juego de palabras “... minouche morrongos miaumiau kitten kat chat cat gatto...”(4), cambios ortográficos satíricos “En konkreto, Abila Sanhes fue ombre de pensamientos y aksión, de moral i de kultura.”(69), neologismos “Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes.”(68).
En Rayuela encontramos un meta-relato, o sea, la configuración de una poética de la novela, dentro de la misma, llamada Morellianas: son esas notas que nos permiten construir la propuesta estética que ofrece la novela. Se integran al discurso de los personajes, como por ejemplo en las ideas expuestas por el escritor Morelli, que plantea cuestiones reales relacionadas con el quehacer del escritor y las actitudes del lector frente a la obra. Claramente, en el capítulo 79 se expresa estos propósitos de “provocar, asumir un texto desaliñado, desanudado, incongruente, minuciosamente antinovelístico”. Pero también configura la situación de un nuevo lector: “... hacer del lector un cómplice, un camarada del camino...” este “lector activo” dará unificación a los fragmentos de vida de los personajes, tal cual como en la vida cotidiana, dar unidad y sentido a la existencia misma. En contraposición, Cortázar nomina al lector tradicional como “lector-hembra”, que se caracteriza por su gusto del orden espacio-temporal convencional: “...lector-hembra, al tipo que no quiere problemas sino soluciones, o falsos problemas ajenos que le permitan sufrir cómodamente sentado en un sillón, sin comprometerse en el drama que también es suyo.”(99).
Otra cuestión importante que se plantea en las morellianas es la discusión sobre la utilización del lenguaje: “Lo que Morelli busca es quebrar los hábitos mentales del lector.” A través de esta cita se puede llegar al objetivo de Morelli/Cortázar, el de crear una anti-novela. La misma pone en tensión las convenciones literarias de un escritor sometido al lenguaje y a las normas tradicionales; revoluciona las formas y los fondos de la literatura mediante una verdadera transgersión del lenguaje y del hecho literario, pero cuestionar el criterio de realidad anticipaba ya su rebeldía a las ideas heredadas, a toda normativa cultural. En definitiva, la obra de Cortázar propone “hacerle la guerra al lenguaje emputecido, a la literatura por llamarla así”. Desestructurando el lenguaje se desestructuraba el pensamiento, ya que el lenguaje no siempre representa la realidad.
Para finalizar, se pudo analizar muchos puntos de encuentro entre la propuesta estética de Girondo y de Cortázar. Pero, en la década del ´60, los debates en el ámbito literario se relacionaban con las cuestiones políticas y sociales. Este vínculo estrecho permitió que, escritores como Julio Cortázar, se comprometieran con la causa revolucionaria de la época. Para el autor de Rayuela la palabra constituía el instrumento de lucha y adoctrinamiento de las masas.
“Escribir es dibujar mi mandala y a la vez recorrerlo...” desafiarlo todo, crear un nuevo mundo... y volver al ser mismo.
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