Límites y desafíos del peronismo en la oposición - José Natanson

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Efectivamente, siendo la Argentina un país federal, resulta que en la práctica los gobernadores gozan de un gran poder en los sectores de salud, educación y seguridad interna; tiene a su cargo dos tercios del empleo público, contando además de prerrogativas tributarias, lo que el kirchnerismo debe tomar en cuenta, más tomando en cuenta que durante el periodo de su mandato no fue capaz de penetrar y consolidar los territorios de las gubernaturas; pero en palabras del autor “…nada garantiza que esta situación vaya a durar para siempre.”

Deja constancia el autor que si bien existen tres frentes peronistas de oposición, éstas no deben verse como antagónicas en lo ideológico ni la práctica política, en la medida que sus elementos transitan entre si, espacios en los que se suman otros actores sociales y políticos como los sindicatos, los movimientos sociales que agremian a los desocupados, los trabajadores de la economía popular, los cooperativistas.

Por su parte Macri, aplicando políticas macroeconómicas de ajuste, derivó en recesión aquello que contuvo el kirchnerismo y, que a su vez, derivó en menor calidad de vida, desempleo y pobreza, sin tocar acaso las políticas de protección social del kirchnerismo. Sorpresivamente, sostiene el autor, Macri se muestra conciliador, conservando sus índices de aprobación.

Ante este escenario, el peronismo se ha dividido, pero tomado en cuanta su demostrada inherente capacidad adaptativa y de recomposición este desdoblamiento podría más bien significar una oportunidad, lo que desde la mirada del autor, se definiría en las elecciones de 2017 como las preliminares a las presidenciales de 2019 en las que se enfrentarán el peronismo con el macrismo.

El autor nos presenta un escenario político en la que el peronismo, como si se tratará de un buque insignia, en la Argentina representa el referente identitario de su política, siendo esta línea política ideológica a la que las demás fuerzas políticas en tensión deben enfrentar, ya sea desde una posición de dominio o desde una perspectiva opositora.

Este escenario histórico político, desde mi perspectiva no tiene parangón en el Perú, siendo quizá el APRA en la figura de Víctor Raúl Haya de la Torre lo que más se le aproxime en estas últimas décadas.

Dicho esto, debo decir que de lo disertado por el autor y que nos presenta una clara descripción de la política argentina, sí logro encontrar algunos elementos coincidentes entre la política argentina y la peruana. Efectivamente, se evidencia que en ambos el surgimiento de partidos como el Peronismo (o el Justicialismo) y el APRA se fundan sobre la base de una figura mítica, la que pasada décadas sigue siendo el referente de aquellos que como vicarios políticos de estos se erigen como sucesores mesiánicos. Notemos que ello acurre en Argentina con los esposos Kirchner-Fernández y en el Perú con Alan García.

Otro punto coincidente está en que en ambos casos, en ninguno de estos partidos emblemáticos se ha procurado o impulsado la identificación y promoción de nuevas figuras políticas que aseguren un recambio regeneracional[1]. Además, en ambos casos, en el peronismo y en el aprismo, aun cuando sus gestiones presidenciales, por decir lo menos, no han sido exitosas, han tenido la capacidad de adaptarse, reconstituirse hasta el punto de ganar el favor electoral de las masas en base de la figura de un líder carismático.

Sin embargo, pudiera darse que, a consecuencia de la modernización, la forma de hacer política evolucione y requiera de actores políticos que estén en consonancia con las nuevas generaciones[2], convirtiéndose la virtualidad, la conectividad informática en la muralla histórica contra estos gigantes y experimentados guerreros políticos se estrellen y pierdan la batalla política adaptativa de la que hasta ahora han resultado victoriosos; eso sólo el futuro nos lo podrá revelar.

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