Martes con mi viejo profesor.

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Nos enseña a que siempre tenemos que aprovechar nuestro tiempo al máximo con nuestros seres queridos, porque hoy están mañana quien sabe, y porque esperar a su funeral para decirle cuanto los queremos, si podemos decírselo de enfrente y poder abrazarlos. “no des por supuesto que es demasiado tarde para hacerlo”.

“Son muchas las personas que van por ahí con una vida carente de sentido, persiguiendo cosas equivocadas y la manera de aportar un sentido a tu vida es dedicarte a amar a los demás, a la comunidad que te rodea, y a crear algo que te proporcione un objeto y sentido”. Hay que aprender a disfrutar de la vida no importa que tan dura logre ser siempre abra una parte feliz.

Siguiendo con el libro pensé que era demasiado sensible, que debería ser más rígido y que tenía que serlo lo menos posible, pero me di cuenta de que es lo que falta en este mundo tan globalizado, un poco de sensibilidad, la cual algunos la han perdido poco a poco, por tantas cosas que pasan hoy en día, balazos, masacres, robos, etc.

En estos días a la mayoría de la personas, casi a nadie le sorprende ver tantas cosas inhumanas, lo van tomando tan cotidianamente que se va perdiendo esto que están esencial en el ser humano, la sensibilidad antes las circunstancias, el llorar o sentir la pena de nuestro semejante, es triste ver que entre nosotros nos destruimos y no hacemos nada para cambiarlo, quisiera ser como ese maestro, una persona que siempre da lo extraordinario de lo ordinario, aquella persona que ve por el bien del otro, que cuando esta con un persona, la que sea, ella es el todo.

Quisiera ser como ese maestro tan sensible, tan admirable, con coraje, con esa fuerza para seguir adelante ante cualquier situación que se le ponga, saber dar tiempo al tiempo, saber disfrutar la vida, no arrepentirme de nada y si cometo errores aprender de ellos para mejorar como persona. Una de las frases que más se me quedaron fue la de: aprender a dar amor y dejarlo entrar, si soy capaz de amar a los demás seré capaz de dejar que me amen. Estoy de acuerdo con el profesor de que uno tiene que tener su catálogo de valores, para no tener problemas y de no ser corrompidos por las demás personas.

Para poder vivir la vida tenemos que aprender a apreciar el mundo que nos rodea, desde las diminutas y pequeñas cosas hasta las más grandes y complejas. De tratar de encontrar la perfección en un día típico y corriente. Porque no siempre apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos o nos pasa algo malo, pero ahora que podemos debemos disfrutarlo como si fuera el último, porque puede que lo sea.

Este es uno de los libros que más me han gustado y que le he encontrado sentido a la lectura, una historia con muchos valores, una historia que dan ganas de vivir, de sentirse siempre persona digna con valor y más, con ganas de triunfar, de sentir querer a nuestros seres amados más cerca de nosotros, a sentir una espiritualidad libre. Por otra parte es una historia que te hace pensar ¿estoy viviendo correctamente?, ¿estoy disfrutando realmente de la vida?, ¿soy feliz?