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Narrativa educación parvularia

Enviado por   •  24 de Noviembre de 2018  •  2.299 Palabras (10 Páginas)  •  294 Visitas

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Gracias a mi historia y experiencia de vida me han traído hasta acá, tuve un buen jardín y buenas educadoras que, en vez de mantenerme enfocada principalmente en aprender a sumar, restar, leer y escribir (lo hicieron, pero de manera no tan invasiva, no como objetivo principal), me motivaron a recitar, a bailar, a actuar, a pintar, permitieron el desarrollo de mi creatividad, eso es lo que quiero entregar a mis niños en materia educacional. Por otra parte, en mi niñez tuve la imagen materna mucho más marcada por mi abuela (mi madre trabajaba) y la de padre no tanto, pues no vivíamos juntos, lo que propició a sentimientos de desprotección y de una niña más solitaria, es por esto que me hace mucho sentido el trabajar en conjunto con los padres o apoderados, para hacerle saber al niño o niña que en todo este proceso tiene el apoyo y contención de su familia, así se desenvolverá mucho más y se sentirá más cómodo.

- ¿Cómo podría llegar yo a ser una buena educadora?

En primer lugar, es necesario empezar por la forma más básica, tomar noción de uno mismo, es decir, el autoconcepto para así saber las capacidades conforme a la experiencia y lo que los demás dicen sobre uno mismo. Sin embargo, este autoconcepto va de la mano con la autoestima, la cual viene con muchos componentes emocionales que lleva a la satisfacción o frustración en relación a la toma de conciencia. Mis capacidades se han ido desarrollando a lo largo del tiempo conforme a la experiencia de tener familiares pequeños, también las frustraciones que estas actividades conllevan y actualmente con la experiencia de practicante con niños en etapa parvularia en liceos y colegios.

“Acabamos valorándonos positiva o negativamente según sea la imagen que vamos elaborando sobre nuestras disposiciones, capacidades, comportamientos, etc. Y todo ello, obviamente acaba llevándonos a una forma peculiar de ser y de comportarnos, a un estilo de adaptación particular y complejo porque constituye la síntesis de un gran conjunto de dimensiones.” (Zabalza, p.3)

Sin embargo, también tuve un proceso de duda previo a la toma de una decisión importante como lo es elegir estudiar educación de párvulos, pues existen presiones tanto sociales, económicas y familiares debido a las creencias que se tienen acerca de la carrera y, que la mayoría de estas, son muy negativas. Esto desmotiva a cualquiera, sobre todo la desprofesionalización actual en Chile, que a mí por lo menos me hace sentir muchas veces infravalorada siendo que la educación en sí y más la educación parvularia es algo tan importante, pero uno decide si tomar en cuenta o no estos comentarios y creencias. También es importante destacar la motivación y fuerza que mis familiares me aportaron, que, en los momentos de cobardía, impulsaron mis decisiones que actualmente se están sembrando. Es por esto que poco a poco se va construyendo la identidad personal y la profesional a raíz de todos estos factores positivos y negativos, relaciones retroalimentarias entre pares que a la larga serán la base de la vida personal y profesional de cada uno, así como también los conocimientos teóricos y prácticos que se van adquiriendo y que son fundamentales para el crecimiento de una educadora.

“El saber pedagógico constituye una intrincada red de temas referidos a la educación y a la didáctica, asociada esta última con el gran tema de la enseñanza y el aprendizaje (…) La construcción de este saber facilita que los futuros profesores aprendan a develar por sí mismos los tópicos significativos y cruciales de su formación profesional, y favorece la construcción de perspectivas más inclusivas, que evitan la transmisión e internalización de visiones estereotipadas (…)” (Prieto, M. 2004)

Por otro lado y siguiendo la línea de lo anteriormente tratado se encuentra el quehacer y el saber pedagógico que en mi nueva concepción y en contraste con la que tenía antes de las prácticas efectuadas, se han ido modificando en el transcurso de las sesiones pues hay muchas prácticas pedagógicas que están normalizadas en el Chile actual que no comparto, tales como gritar a los niños, obligarlos a mantenerse sentados por largos periodos de tiempo, no motivarlos a pensar e integrarles solamente información o en lo más básico, el exceso de niños en sala de clases, cosificando al docente y masificando el aprendizaje del niño ya no siendo sujeto de derechos sino uno más en el sistema educativo.

Haciendo el contraste con mi respuesta previo a la práctica, una buena educadora para mí no solamente es la que tiene los conocimientos entregados en las universidades y con la continuación de estas, una buena educadora es la que motiva a sus niños en la creación de nuevas experiencias para ellos, la que motiva la imaginación de estos y los alienta a más, la que los educa no imponiendo información sino que crea nuevas instancias conforme a los intereses de los niños y niñas, la que se toma el tiempo de trabajar no solamente con el equipo educativo sino que también con los padres y apoderados y finalmente la que entrega amor.

Para concluir me gustaría finalizar brevemente con la valorización social, como lo dije anteriormente, gracias a las creencias y estereotipos sociales en relación a la carrera y pedagogía en sí, me surgieron muchas dudas si estudiar esto u otra cosa (cabe destacar que mi otra opción era otra carrera de educación pero con mejores ingresos y otra muy distinta a enseñar), sin embargo aquí estoy, comenzando lentamente mi formación como educadora de párvulos pero ¿qué se puede hacer para cambiar esta cuestión que cada día impide a muchos jóvenes estudiar una carrera de educación y en especial educación de párvulos? Nos podemos movilizar, exigir nuestros derechos de diversas maneras públicas, sin embargo, el cambio cultural es lento y las leyes no ayudan en mucho, una como educadora de párvulos tiene el poder de cambiar las cosas de forma micro, siempre poniendo énfasis al trabajo entre padres, apoderados, niños y educadoras o educadores, es una meta ardua y lenta pero poco a poco se va a educar a toda una sociedad que tomará conciencia y dirá ¿en qué pensábamos cuando no valorábamos a nuestros profesores?

Bibliografía:

- Chárriez, M. (p. 52). Historias de vida: Una metodología de investigación cualitativa. San Juan, Puerto Rico: Universidad de Puerto Rico.

- Guil, A. y Vera, S. (2010). “Amanda Labarca, pionera de la educación y la política de las mujeres en Chile.” Sevilla, España: Universidad de Sevilla.

Cita sacada de “Educadoras de párvulos

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