OBESIDAD Y ACTIVIDAD FÍSICA
Enviado por Antonio • 29 de Septiembre de 2018 • 4.248 Palabras (17 Páginas) • 357 Visitas
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En el citado proyecto se indica inicialmente que es a obesidad la cual es considerada una enfermedad y se origina por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo. Existen distintos métodos para calcular la obesidad de una persona, pero el más conocido es el índice de masa corporal IMC, el cual se calcula dividiendo el peso corporal en kilos, por la estatura en metros al cuadrado de la persona.
Desde una perspectiva general, según donde se acumule grasa en el cuerpo de un individuo se pueden distinguir dos tipos de obesidad, el androide característico mayormente en los hombres, donde la acumulación de grasa se concentra en el abdomen. Y la obesidad ginoide que es típica en la mujer, donde la grasa se acumula mayormente en las caderas.
Hoy en día se le da especial importancia al perímetro de la cintura, donde se ha establecido que si su medida es superada por los 102 cm. En los hombres y los 88 cm. en las mujeres, aumentan exponencialmente los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares.
El tejido graso del organismo está formado por millones de células, las cuales son llamadas adipocitos y que desde la histología se pueden clasificar a la obesidad de las personas. Es así que conforme sus adipocitos son más grandes de los normal, existe una obesidad denominada hipertrófica; o bien si sus adipocitos aumentan en su cantidad celular, se denominada obesidad hiperplasica.
Para no aumentar el tejido adiposo y en consecuencia no engordar, debe haber un equilibrio entre los ingresos alimenticios y los gastos de estos que realiza nuestro organismo, denominado balance energético. Este balance energético a su vez, está determinado por cuatro factores, el primero de ellos es el metabolismo basal, el cual está representado por el consumo calórico mínimo que debe mantener una persona para poder mantener sus funciones fisiológicas básicas. El segundo es el efecto térmico de los alimentos, donde existe un porcentaje aproximado al 10% del aporte total del alimento que se está ingiriendo, que es destinado a la digestión de estos. El tercer factor está dado por la actividad física, situación determinante cuando existe gran nivel de inactividad física o sedentarismo para favorecer la obesidad, puesto que algunas personas no engordan por la cantidad excesiva de alimentos que consumen, si no que engordan por la inactivad física y sedentarismo que adoptan como mal hábito. Y por último factor, se encuentra el consumo de lujo, el cual está determinado por el porcentaje de tejido adiposo denominado marrón, el cual no almacena energía y por tanto degrada los alimentos produciendo solo energía.
Finalmente la obesidad es favorecedor que se declaren muchas enfermedades, respiratorias, esqueléticas, diabetes mellitus, además de las ya indicadas inicialmente. Por lo tanto la importancia del ejercicio físico para contrarrestarla se torna fundamental y nunca debe considerarse como complemento de una dieta, ya que una dieta por si sola nunca tendrá efectos positivos en la salud de una persona que quiera bajar de peso.
Conclusiones y recomendaciones.
Con todo lo expuesto entonces, se han presentado los aspectos y criterios mínimos sobre la obesidad, en el contexto internacional y nacional, sus implicancias y sus repercusiones nocivas en la salud de las personas, demostrándose que la actividad física y hábitos de vida saludable son las herramientas más favorables para su prevención. Las recomendaciones en tanto y a modo general, están dado por la adopción de nuevos hábitos saludables, romper la inactividad física y el sedentarismo, no solo con ejercicio físico si no con actividades tan simples como por ejemplo caminar.
En lo que se relaciona con las respectivas recomendaciones de actividad física, se decidió trabajar con lo propuesto por la Organización Mundial de la Salud en su informe sobre actividad física (2010) y el grupo que se escogió comentar fue el segmento de individuos adultos en primera instancia, ya que posteriormente se expondrán las recomendaciones para niños, en base a las cuales se trabajará en el respectivo programa de intervención. En consecuencia, se recomienda para personas adultas: realizar como mínimo a la semana 150 minutos de actividad física moderada o bien 75 minutos de actividad física vigorosa, pudiendo realizar combinaciones entre ambas actividades. Propone también que la actividad física pueda ser distribuida a lo largo de la semana, como 30 minutos de actividad física al día, 5 días a la semana. O bien que sea sumado periodos cortos al menos desde 10 minutos por cada periodo. Por otra parte, indica que al menos 2 días a la semana se realicen actividades de fortalecimiento muscular y mejora de la masa ósea, con trabajo de grandes grupos musculares, de 8 a 12 repeticiones, además de actividades de flexibilidad. Para obtener mayores beneficios, se aconseja que la actividad física moderada pueda alcanzar una duración de hasta 300 minutos semanales o 150 minutos de actividad vigorosa.
Propuesta de programa de actividad física adaptado
Contexto del programa
Todos los niños y jóvenes deberían realizar diariamente actividades físicas en forma de juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela y las actividades comunitarias. En el caso de los niños y jóvenes inactivos, se recomienda aumentar progresivamente la actividad física y sería apropiado comenzar con pequeñas dosis de actividad, para ir aumentando gradualmente su duración, frecuencia e intensidad. Hay que señalar también que, si los niños no realizan actualmente ninguna actividad física, la práctica de ésta en niveles inferiores a los recomendados les reportará más beneficios que la inactividad. (OMS, 2010)
Como bien se expone al término del párrafo anterior, realizar prevención en el área de la actividad física en edades tempranas de los individuos, repercutirá favorablemente en su calidad de vida a futuro, reducir las posibilidades de sufrir enfermedades no transmisibles derivadas del sedentarismo, inactividad física y una inadecua alimentación. Es así que el grupo investigador que suscribe, le pareció de suma importancia idear un plan de actividad física en escolares, pero que fuese entretenido y novedoso para quienes lo ejecutaran, con miras a crear hábitos y que no desertaran del programa.
Es por ello que sustentado en una investigación sobre cómo aumentar la actividad física de los niños durante el periodo del recreo en escuelas de Nueva York realizada por John Chin y David Ludwing ( 2013), propuesta
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