PARADIGMA DE LOS CICILOS HISTÓRICOS

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Según esta teoría las civilizaciones surgen a través de factores dobles los cuales son una minoría creativa y de condiciones ambientales ni muy favorables ni demasiado desfavorables. La creación y el mantenimiento de una sociedad se basa en la idea de desafíos y respuestas. Cuando la sociedad se sitúa en periodo de crecimiento las respuestas tienen éxito mientras que en la fase de desintegración y disolución dejan de ser creativos. A esto hay que añadirle un factor más que es la revuelta del” proletariado externo” que son aquellos barbaros que no aceptan a ser sometidos cuando la civilización se derrumba. El destino de todas las sociedades es su disolución.

El autor afirma que hay un modelo común a las sociedades que sigue una lógica general y que se manifiesta a largo plazo y es el progreso de la religión y la espiritualidad donde las civilizaciones son las sirvientas de la espiritualidad.

Dentro de las teorías del cambio cíclico existen varios autores que las recogen dentro de la sociología. Los autores más importantes son Pareto y Sorokin.

Pareto habla de cómo los ciclos sociales actúan dentro de las sociedades y su análisis no se dedica a las civilizaciones.

El autor realiza un análisis donde entiende a la sociedad como un sistema social que como sus componentes principales (política, economía e ideología) pasan por ciclos de equilibrio, desestabilización, desequilibrio y nuevo equilibrio. Donde en cada componente de la sociedad existen ciclos generales y ciclos específicos de cada uno. Para comprender como Pareto entiende los ciclos es necesario ver su concepción de sistema social. Pareto considera que un sistema social está compuesto por componentes abstractos interrelacionados que son: 1. Residuos, propensiones humanas inmanentes o propensiones.2. Intereses. Condiciones objetivas que sirven a las necesidades humanas.3. derivaciones. Justificaciones y racionalizaciones que la gente idea para legitimar sus acciones.

Los residuos son cruciales ya que proporcionan el factor primario, determinante de la vida social. Existen dos tipos de residuos fundamentales y son la astucia o la fuerza. Los rasgos del primer ejemplo de residuos se caracterizan por innovación, espíritu de empresa, activismo… mientras que los del segundo tipo se decantan por patriotismo, estabilidad, legalidad…

Las sociedades incluyen un principio de heterogeneidad ya que sus poblaciones están compuestas por miembros desiguales. Existen élites formadas por aquellos que destacan en un campo particular. El carácter de una élite depende de la distribución en el tipo de residuos de entre sus miembros.

Pareto entiende el cambio político y social como una sustitución de élites: ascenso, declive y reemplazo. El mecanismo que permite estos reemplazos depende de las diferentes olas de residuos que ganan en el núcleo de las élites. Los tres ciclos típicos de cambios son:

Dentro del ciclo político-militar se sitúan como los principales actores los gobernantes fuertes(leones) y administradores astutos(zorros). Si por ejemplo se toma al gobierno de los “leones” como el punto de inicio de un ciclo se entiende que ese gobierno se basa en la conquista y la fuerza donde el patriotismo y las tradiciones serán lo más importante. Una vez que se establezca un periodo de paz estos talentos no son necesarios y los zorros se sitúan en la élite eliminando a los leones del poder. Una vez esta fase termina comienza el segundo ciclo donde los zorros olvidan la política exterior donde los leones se volverán a movilizar y a expulsar a los zorros de la élite y el ciclo comienza de nuevo.

El ciclo económico-industrial está formada por distintos actores: los rentistas y los especuladores. En este ciclo ocurre básicamente lo mismo que en el anterior donde los rentistas son los que producen un reflujo conservador en contraposición con los especuladores.

En el ciclo ideológico-religioso los sacerdotes guardan la fe y los intelectuales defienden la razón donde los sacerdotes imponen en el orden social residuos de persistencia.

La mayor parte de la teoría de Sorokin está publicada en su obra Social and Cultural Dynamics en 1937 y el pilar de su teoría es la cultura. La cultura la define como “la suma total de todo aquello creado o modificado por la actividad consciente o inconsciente de dos o más individuos interactuando entre sí o condicionando la conducta del otro”. Los artículos culturales que entran en esta descripción componen un sistema integrado donde existe un principio de unidad lógico. Lo principal de la cultura se basa en el reino del significado y puede denominarse como “mentalidad cultural”

Los dos tipos de cultura antagónicas son denominados Ideacional y Sensato. Estos tipos de cultura son tipos ideales, es decir, no se encuentran puros en la realidad existente.

La cultura Ideacional se caracteriza por: 1. La naturaleza de la realidad es espiritual, inmaterial y es eterna e inmutable. 2. Las necesidades y los fines son especialmente espirituales. 3. Los medios para satisfacer los deseos se centran en el autodesarrollo de mente y cuerpo, sensaciones, deseos…etc. 4. La noción de verdad se encuentra a través de la experiencia interior. 5. Lo bueno está enraizado en valores inmateriales, interiores y espirituales.

La cultura Sensata tiene características antagónicas: 1. La única realidad es material y accesible a los sentidos. 2. Las necesidades son puramente carnales o sensuales. 3. Método para satisfacerlas es la modificación del ambiente externo. 4. La verdad se encuentra en lo sensible y es relativa y temporal. 5. Lo bueno está enraizado en los valores sensatos, empíricos y materiales.

La cultura Intermedia Idealista tiene características de ambos tipos de cultura: 1. La realidad tiene muchas caras como materiales y sobrenaturales. 2. Las necesidades son tanto materiales como corporales.3. Su satisfacción requiere la transformación del medio y la mejora del sujeto.

Para Sorokin el cambio histórico principal se basa en términos cíclicos. El principal aporte es cuando Sorokin utiliza su tipología analítica al proceso histórico.

Este autor reconstruye los ciclos históricos dentro de la cultura greco-romana estudiando más de 2500 años. Las conclusiones que de ahí saca son que los ciclos no significan una repetición completa sino representaciones de unos principios subyacentes. Estos ciclos tampoco tienen un ritmo predeterminado y una duración constante. Los cambios cíclicos se producen por el agotamiento de posibilidades creativas de cada sistema. Las potencialidades dependen de los miembros de