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PASEMOS LA NOCHE JUNTOS El sexo en la publicidad.

Enviado por   •  20 de Febrero de 2018  •  1.772 Palabras (8 Páginas)  •  275 Visitas

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Otra razón por la que la belleza no siempre vende, es el simple hecho de que los consumidores tienden a identificarse más con la gente que luce más como ellos y menos como Scarlett Johansson.

Esto podría explicar porque una de las tendencias en comerciales es la publicidad generada por el consumidor, en la que se le permite a la gente participar en las campañas publicitarias. Este tipo de campañas no muestra modelos, sino personas de apariencia común con las que se pueden identificar más fácilmente.

Debido a una necesidad de autenticidad, es que se responde más a lo “real” u “ordinario” en la publicidad hoy en día, y debido a que no se muestran modelos, sentimos en lo que se está vendiendo.

Lo que se ha comenzado a observar en el mundo de la publicidad es una unión entre el mundo de las modelos y el mundo del consumidor común, tal como la campaña de Dove “Belleza Real” contando la historia de mujeres reales, de todos los tamaños y formas.

Es debido a la neurosa especular que el sexo y la belleza prevalecen en la publicidad, aunque estos no necesariamente vendan por sí solos. Cuando vemos a una persona atractiva la neurosa especular nos permite imaginarnos siendo igual de atractivos que esa persona, funcionando de la misma manera en el ámbito de la sugestión sexual, haciéndonos sentir deseables ante el sexo opuesto. Este fenómeno es lo que reside en la mayoría de la publicidad hoy en día.

Y es así que se considera que la publicidad con temas sexuales continuará, debido a que hoy más que en otros tiempos, gracias a un simple clic. Y debido a este fácil acceso en los años venideros la publicidad se verá forzada a luchar por la atención de los consumidores mostrando cada vez más contenido sexual, pero se llegará a un punto en el que se perderá el efecto ante lo que se mostrará que el sexo en la publicidad no será perceptible y este irá en picada.

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Un nuevo día

Conclusión

En este libro ha unido a la ciencia como el marketing, la unión de dos opuestos, que se espera pueda esclarecer la forma en la que tomamos decisiones sobre lo que compramos y por qué lo hacemos. Ahora podemos entender mejor sobre lo que hay detrás de una campaña de publicidad que juega con nuestras preferencias, deseos inconscientes y sueños irracionales. Gracias a la neuroimagen, podemos entender mejor lo que conduce a ciertas formas de actuar, tener ciertas opiniones y preferencias.

Hasta hora los mercadólogos y publicistas no sabían que era lo que conducía ciertos comportamientos, por lo que confiaban en la suerte, las coincidencias, o la repetición de los mismos trucos una y otra vez. Pero ahora que se conoce que el 90% del comportamiento consumidor es inconsciente, es hora de un cambio de paradigma acerca del neuromarketing.

Los neurocientificos han estudiado como el cerebro toma decisiones acerca de lo que estamos dispuestos a pagar por un producto. Cuando se ve un objeto lujoso como un bolso Louis Vuitton venderse a precio completo, el núcleo accumbens y el córtex del cíngulo anterior se encienden, mostrando placer y una recompensa anticipada, mezclado con el conflicto de haber comprado tal objeto tan caro. Pero cuando se muestra el mismo objeto a precio menor o un descuento, la señal de conflicto disminuye y la señal de recompensa se incrementa.

Las empresas han aprendido del neuromarketing que los métodos tradicionales como preguntar directamente al consumidor por que compran un producto, solo les ofrece resultados microscópicos acerca del proceso cerebral de la toma de decisiones, pues la mayoría son conscientes. Nuestros cerebros toman decisiones y la mayoría del tiempo no somos conscientes de ello.

Un factor o influencia importante que del que las empresas toman ventaja es el temor. El temor puede conducir al consumidor lejos del producto, no hay negación que el temor tiene un efecto bastante fuerte en el cerebro y puede ser muy persuasivo. Recordando el estrés najo el que nos encontramos, y más nos volvemos dependientes de la dopamina, y mientras más dopamina se crea en el cerebro, más queremos comprar cosas. Poniendo como ejemplo a algunas mujeres que cuando sienten estrés o ansiedad, prefieren ir de compras.

Pronto más empresas harán uso del temor e inseguridades de la gente, para hacernos pensar que si no compramos cierto producto, forma careceremos de algo; tendremos piel seca, cabello maltratado, o tendremos sobrepeso, un mal sentido de la moda. Si no usamos esta crema, este perfume, si no compramos esta marca de ropa interior, nadie se va a fijar en nosotros. Este tipo de temor funciona, y las empresas lo saben más que nadie.

Le atribuimos valor a las cosas que percibimos, racional e irracionalmente, de alguna manera que es especial, por lo que nuestro cerebro al darle valor a algo, puede percibirlo mucho más especial y valioso de lo que realmente es.

El neuromarketing aún tiene bastantes años por delante, y a pesar de que nunca será capaz de decirnos exactamente donde reside el botón de comprar en nuestro cerebro, ciertamente ayudará a predecir qué tendencias lo alterarán en el comercio a través del mundo. Por lo que sólo nos queda tomar todo el conocimiento que nos brinda el marketing como consumidores, entender como nos afecta la publicidad a un nivel subconsciente para no ser manipulado por todas esas marcas que tratan de hacernos comprar sus productos

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