Para toda persona profesional, jurista o estudiante de derecho, es muy importante la aplicación de la deontología profesional en su vida, porque son el conjunto de principios que sistematiza la conducta del profesional.

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El agente de paz debe ser desinteresado, no se quiere decir que debe regalar su trabajo, es as que todo que si ya contrajo una obligación debe estar hasta el final del proceso, sin importar la clase social del cliente o la cantidad de dinero que se acordó, porque no debe tener afán por el lucro, su aspiración debe ser la de ayudar a la persona que creyó en su trabajo y coloco toda la confianza en él.

El principio de corrección, le demanda al abogado el cumplimiento de las labores pertenecientes a su profesión, la honestidad es el punto más importante de este principio, la razón es sencilla, no puede engañar a su cliente, mostrando documentos falsos, apropiarse de dineros pertenecientes a su cliente, cobrando honorarios desmesurados solo por la codicia, porque al realizar alguno de estos casos el que va a ser afectado es el cliente por la irresponsabilidad del jurista, causando con esto un gran daño irreparable solo por ser un profesional mediocre que tomo como poco importante el bienestar de su cliente, y mereciendo ser reprendido y castigado por el ente regulador.

Algo importante es la información suministrada a su interesado, nunca debe engañar o dando información a medias, siempre debe comunicar todas las posibilidades que tienen, y cuál sería la mejor estrategia en ese asunto, pero esto solamente puede realizarlo, estudiando a fondo el tipo de asunto encomendado, planteándose todo los escenarios posibles, y las formas procesales adecuadas para enfrentar el asunto, con esto también se puede entender que el jurista debe saber la materia, en otras palabras tiene que tener el conocimiento adecuado para la labor asignada.

El agente, debe guardar completa discreción ante los hechos contados por sus clientes.

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