Programa curricular de derecho. Proceso de paz en Colombia

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Dentro de esta conceptualización la corte suprema de justicia se refiere a la dignidad humana como “la dignidad humana está vinculado con tres ámbitos exclusivos de la persona natural: la autonomía individual (materializada en la posibilidad de elegir un proyecto de vida y de determinarse según esa elección), unas condiciones de vida cualificadas (referidas a las circunstancias materiales necesarias para desarrollar el proyecto de vida) y la intangibilidad del cuerpo y del espíritu (entendida como integridad física y espiritual, presupuesto para la realización del proyecto de vida) “ y bajo estos términos se puede afirmar que la guerrilla comete actos que debilitan la concepción que se tiene de dignidad, actos irreversibles y altamente agraviados.

Por otro lado se cree que la justicia que será aplicada para las víctimas no es suficiente, primero porque no es posible llegar a reparar a aproximadamente siete millones de víctimas registradas en el país[2] de forma tal que se cumpla con el ideal de satisfacción planteada en el “plan de reparación” y por otro porque las violaciones a los derechos humanos cometidos por la guerrilla son irreparables, puesto que se cree que a pesar de un proceso de reparación nunca será devuelta la dignidad, ni de las personas ni del país, y que a pesar de que no se pueda sentir la empatía suficiente por las víctimas directas se sobreentiende así que esta guerra nos afecta a todos.

Por otro lado, se encuentra la postura que reafirma que se debe continuar con el proceso de paz, bajo argumentos más progresistas y humanizados; aquí se pone en discusión el valor de la justicia, la reparación y la reivindicación bajo términos del perdón, y con miras hacia un futuro.

En términos de derechos humanos no se puede negar que los victimarios también son sujetos de derechos, y que merecen un trato garantista por parte del estado, adjudicado a esto se debe entender que cierta parte de la población guerrillera está compuesta por familias de campesinos que fueron prácticamente obligados a aceptar unirse al grupo guerrillero.

Desde este punto de vista también se comprende que no se puede cubrir la reparación de la inmensa cantidad de víctimas afectadas por el conflicto, pero se acepta que esto es un pasó para lograr la paz.

Personalmente considero que el proceso de paz debería continuar, puesto que a pesar de que no se logre garantizar una total reparación a las víctimas, o que la justicia aplicada a los victimarios sea insuficiente, este proceso es un avance para lograr la tan anhelada paz; se entiende que nadie nunca podrá ponerse en los zapatos de las víctimas que nos ha dejado el conflicto, pero colombianos lo mejor que podemos hacer es perdonar.

La paz es un largo proceso, y como colombianos debemos poner de nuestra parte, la paz es algo que tiene génesis en lugares como la academia, y es allí donde debemos prepararnos para el posconflicto, es necesario entender como estudiantes que nosotros seremos los futuros profesionales que tendrán la responsabilidad de guiar este proceso, y que debemos hacerlo de la mejor forma posible.

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