Psicologia del desarrollo.

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integración de los primeros esquemas reflejos. Se pasa de un marcado egocentrismo (a los 9 meses) hasta una primera inteligencia práctica (hacia el año y medio o 2 años) que implica una comprensión más objetiva de sí mismo y de su entorno. Se da la primera estructura intelectual equilibrada, una adecuada estructuración espacio-temporal y causal de los objetos y las acciones.

Desarrollo II 15/16 Cristina Gil

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Periodo de las Operaciones Concretas: Con la emergencia de la función simbólica comienza un segundo periodo de inteligencia representacional que tras un periodo preparatorio (7-8 años) culmina con la construcción de las estructuras operatorias concretas con esquemas de acción interiorizados y reversibles. Permite al niño discernir entre elementos y propiedades de los objetos.

Periodo de las Operaciones Formales: Partiendo de las operaciones concretas se desarrollan las operaciones formales que capacitan al sujeto para el razonamiento proposicional e hipotético deductivo, trascendiendo las situaciones concretas. Esas operaciones se organizan en torno a dos estructuras lógicas: el retículo de las 16 combinaciones proposicionales y el grupo INCR.

Esta secuencia de estadios debe poseer tres características principales:

1) Cada una de las estructuras-estadio debe explicar la diversidad de las conductas observadas en el estadio correspondiente.

2) Debe mostrarse cómo cada nueva estructura proviene de la precedente integrándola y aventajándola como una forma superior de equilibrio.

3) Como consecuencia directa de lo anterior, debe evidenciarse un orden constante de sucesión en las distintas estructuras y estadios.

Organización diacrónica o vertical: continuidad y cambio

El proceso constructivo supone situar cada estructura-estadio sólo como “un paso más” dentro de una secuencia general. La universalidad se refiere a que todos los individuos pasan por los mismos estadios, mientras que el orden de sucesión alude a que la secuencia de estados siempre es la misma.

El organismo trata primero de encajar las nuevas experiencias en sus esquemas previos, la asimilación favorece la estabilidad, la continuidad de las estructuras y su consolidación.

2.3 MECANISMOS Y FACTORES DEL CAMBIO: EL PRINCIPIO DE “EQUILIBRACIÓN”

La maduración y la experiencia no son ideas “innatas” ni conocimiento directo del mundo, sino una interacción que va actualizándose a través de la acción individual y de la interacción social (epigénesis constructivista). Por tanto hay un conjunto de influencias de herencia, del medio y del funcionamiento interactivo implicadas en el proceso. Piaget propone añadir a los tres factores clásicos (maduración, experiencia física e interacción social) un cuarto factor que los coordina: un factor de “equilibración”.

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Autorregulación y coordinación de factores

El factor de equilibración se refiere a este “proceso dinámico” por el que se van alcanzando formas de equilibrio más satisfactorias a través de la continua coordinación de los distintos factores en juego.

Esta capacidad de equilibración es una manifestación de la capacidad de auto-regulación que cualquier organización vital tiene como forma de preservarse frente a cambios internos y externos mediante compensaciones adaptativas. Las estructuras preexistentes son, en un principio, asimiladoras, y según encuentran resistencia se van acomodando para restablecer el equilibrio. Llega un momento de gran desajuste que demanda una mayor acomodación de las estructuras disponibles, entonces es necesario cambiarlas y construir esquemas nuevos y una nueva organización de conjunto: un cambio estructural.

La abstracción reflexiva

Piaget liga la equilibración con la experiencia lógico-matemática y con la capacidad de la que se deriva: la “abstracción reflexiva”. El conocimiento adquirido por la experiencia es un factor heterogéneo en el que distinguimos tres categorías: el simple ejercicio con el objeto (que no implica necesariamente nuevo conocimiento) la experiencia física y la experiencia lógico-matemática. En la experiencia física se obtiene conocimiento de las propiedades de los objetos a través de una abstracción simple y directa. En la experiencia lógico matemática lo que se conoce no son los objetos, sino las acciones mismas y sus relaciones: la acción sobre un objeto puede crear nuevas propiedades que antes no existían y que se basan en nuevas combinaciones de los esquemas de acción aplicados. Es un conocimiento referido a una relación entre dos acciones, no a propiedades de los objetos. Es un proceso de nueva construcción que se basa en una abstracción reflexiva.

La clave es que las coordinaciones de acciones (de esquemas) en que se basa la experiencia lógico matemática (que pasa a ser esencial) implica una autorregulación de esas acciones. El progreso cognitivo se presenta como una necesidad interna, y es así como la “equilibración” se convierte en el principal factor explicativo del desarrollo en el doble sentido: como coordinador de otros factores y como coordinación autorregulada de los esquemas.

2.4 VALORACIÓN DE LA TEORÍA PIAGETIANA

La principal crítica a Piaget y su modelo es que atribuye escasa importancia al lenguaje y a factores sociales en el desarrollo. El lenguaje no aparece ni como parte de estructuras operaciones, ni se le atribuye responsabilidad en su construcción. En el factor social se critica el “vacío social” en el que se sitúa el desarrollo cognitivo. Sin embargo Piaget considera ambos factores como necesarios en el desarrollo: el lenguaje como instrumento esencial para la integración de acciones y operaciones y el desarrollo social como mediador en el logro completo de la conservación y reversibilidad.

Piaget tiende a subestimar el nivel de competencia de los niños, y también se encuentran datos en contra de la sincronía de la ejecución de cada estadio del desarrollo. Tachan la teoría piagetiana de ser fundamentalmente descriptiva, no recogiendo de forma satisfactoria los aspectos funcionales del desarrollo. Parece incapaz de explicar adecuadamente las diferencias intra e inter individuales, sin tener explicación para los factores y procesos que median entre las competencias generales y las actuaciones concretas.

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