REALIDAD AGROECOLÓGICA

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surge como un nuevo campo de conocimiento científico con diferentes implicaciones epistemológicas, metodológicas y prácticas, que delinean una disciplina, y ayuda social, política y éticamente a resolver problemáticas en el agro nacional”; lo que significa que, la agroecología pretende no sólo la maximización de la producción de un componente particular, sino la optimización del agroecosistema en lo económico, social y ecológico.

En fin, la agroecología se opone a la reducción de la biodiversidad y uso de todo agroquímico, con la consiguiente contaminación y destrucción del ambiente, al excesivo e inadecuado uso de la mecanización y el riego. También, se opone al desplazamiento del pequeño agricultor, que favorece las mejores tierras a los más pudientes, provocando un proceso de concentración de la tierra, con su premisa falsa de que el hambre en el mundo se resolvía aumentando la producción de alimentos, obviando las causas sociales de este fenómeno y postergando su abordaje real.

Siendo así, el enfoque agroecológico, presenta un modelo alternativo para el desarrollo agrícola, que se enfrenta al modelo desarrollado y propugnado por países industrializados, con sus mecanismos de investigación internacional y organismos financieros, denominado “revolución verde” (agroquímicos) y la agrobiotecnología (transgénicos) al servicio de las transnacionales y pequeños grupos de poder nacional.

A ello obedece que en el ámbito educativo Venezolano, el Sistema Bolivariano, mantenga la concepción de un enfoque que tiene como base la creación de espacios en pro del desarrollo agrícola ambiental; de hecho, se ha insistido en el trabajo de la tierra, incluyendo experiencias agroecológicas a través de la siembra bajo la figura de huertos escolares, definidos por la Fundación de Capacitación e Innovación para Apoyar la Revolución Agraria / Ciara (2012), como: “la organización de cultivos sobre canteros construidos “in situ” sin utilizar gualderas, costaneros u otro tipo de estructuras que los conformen lateralmente”(p.5).

En fin, estos constituyen un sistema abierto al tener las plantas y los procesos que se desarrollan en el medio de crecimiento (cantero) con una vinculación directa con el suelo, a través de los que se conciben a los ecosistemas agrícolas como unidades fundamentales de estudio, donde las transformaciones de energía, los procesos biológicos y las relaciones socioeconómicas son indagadas y analizadas como un todo.

De este modo, a través de los mismos se ha buscado el interés tanto en la maximización de la producción de un componente particular, como en la optimización del agroecosistema total, por lo que tiende a reenfocar el énfasis en la investigación agrícola más allá de consideraciones disciplinarias, direccionándola hacia interacciones complejas entre personas, cultivos, suelos, y animales. Sin embargo, pese al conocimiento de las bondades del desarrollo de los huertos escolares bajo tendencias agroecológicas en términos integrales, todavía la producción de materias primas, tiene como base la agricultura convencional, a partir de tecnologías y técnicas modernas para obtener mayor rendimiento.

En el caso de la Escuela Técnica de Agricultura “Don Ricardo Montilla” en los Bancos de San Pedro en Calabozo, estado Guárico, ello se hizo evidente, en vista de la observación y entrevista en profundidad sostenida con los actores sociales que forman parte de la misma (Familia, Escuela y Comunidad); a partir de las que se dio cuenta del abandono de la agricultura ecológica, por cuanto el factor fundamental no está en el cuidado del suelo, pues aunque se han hecho intentos de consolidar una producción de calidad, por encima de la cantidad, mediante el empleo de sustratos orgánicos obtenidos de las explotaciones pecuarias y el uso de mecanismos manuales, aún prevalece el dominio de prácticas de alto impacto negativo al hábitat.

De este modo, se considera que, más allá de recurrir al auxilio de agroquímicos, es común la utilización de productos de síntesis artificial para la obtención de un mayor rendimiento de las plantaciones, impidiendo futuros cultivos o inclusive causando la pérdida de fertilización