RESÚMEN CONTROL DE LECTURA DERECHO ECONÓMICO.

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CAPÍTULO DOS: La producción y el empleo.

Una de las particularidades más reconocidas es la estrecha relación existente entre el crecimiento del PIB y del empleo. Así, por ejemplo, en las recesiones suele darse una baja en la creación de empleo y, en las expansiones, se da el caso contrario. Ahora bien, esta relación no se da entre el PIB y la tasa de desempleo, la cual mide la proporción de personas que no tienen trabajo respecto de la fuerza laboral (quienes están dispuestos a trabajar y en condiciones de hacerlo).

La relación entre producción y empleo:

La función de producción es el nivel de producción que una empresa (o grupo de empresas) obtiene con niveles dados de capital, trabajo y tecnología disponible.

- El capital de una empresa se forma con la planta, los equipos y la cantidad de bienes primarios, semiprocesados y terminados que posee la empresa, a los cuales se les llama existencias o inventarios.

- El trabajo corresponde al número total de empleados y el número de horas que trabajen.

- La tecnología corresponde a la forma en la que se combinan capital y trabajo en la producción.

En el estudio a corto plazo, es posible suponer que el stock de capital y el nivel de conocimiento tecnológico de la economía son más o menos fijos. Es así como, en este corto plazo, las fluctuaciones de producto reflejan típicamente cambios en el empleo, el clima y factores transitorios (u shock) a la producción.

En el estudio a largo plazo, las variaciones en la producción también reflejan cambios en el stock de capital y en la tecnología.

Características de la función de producción:

- Un aumento en la cantidad de cualquier insumo (capital, trabajo o tecnología) hace subir la producción.

- En relación con esto, es importante decir que la productividad marginal del trabajo mide el aumento de la producción que resulta de incrementar el trabajo en una unidad. Este monto casi siempre es positivo.

- La productividad marginal de cada factor disminuye cuando se utiliza mayor cantidad del mismo y se mantiene fija la de los demás factores.

Tanto la función de producción como la productividad marginal se pueden representar de forma gráfica:

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Empresa: su objetivo es maximizar las utilidades, es decir, ingresos menos costos de producción, que en este caso son simplemente los salarios y algunos costos asociados c el capital (se consideran fijos y por lo tanto irrelevantes para las decisiones a corto plazo). Los ingresos de la empresa son solo la producción total multiplicada por el precio del producto.

Se concluye: La empresa que maximiza utilidades contrata trabajadores hasta el punto en donde el producto marginal del trabajo iguala al salario real (que es igual al salario nominal divido entre el precio del producto).

[pic 2]

[pic 3]

La oferta de trabajo y el equilibrio del mercado laboral:

En función del salario de mercado, una persona administrará su tiempo para trabajar, obteniendo ingresos, y descansar. El resultado de este proceso es la oferta de trabajo, donde la cantidad ofrecida depende del salario real. Salarios más altos no siempre implican una mayor oferta de trabajo. Esto sucede porque al aumentar los salariaos reales, las personas obtienen un mayor ingreso por su tiempo libre. De hecho, conducen a una oferta de trabajo menor o a no provocar ningún efecto sobre la oferta laboral.

La tasa de desempleo y sus bemoles:

Una parte del desempleo corresponde a la rotación normal y habitual existente en el mercado laboral, siendo la tasa natural del desempleo, cuanto más flexible es el proceso de determinación de salarios, más baja es la tasa natural.

Los mercados donde el trabajo llega a fluir libremente, es decir, cuando existen muy pocas trabas a la contratación o al despido de trabajadores, tienen menores tasas de desempleo que aquellos en los cuales subsisten estrictas regulaciones al respecto.

En todas estas mediciones, por otro lado, surge el problema de las consideraciones y criterios para clasificar a las personas que estén dentro del mercado laboral, por ejemplo: ¿Es posible incluir en el conjunto de empleados a una persona que trabaja pocas horas semanalmente?

Esto sucede, incluso dentro de un mismo país. Por eso en Chile la Encuesta Nacional del INE estimó que la tasa de desempleo en la región metropolitana era cercana al 8,6%, sin embargo para la Encuesta de Empleo de la Universidad de Chile esta cifra se elevaba hasta cerca del 13,3%.

Estas diferencias suelen justificarse por la dificultad de distinguir entre la inactividad (estar de manera voluntaria sin trabajo) y la desocupación (estar involuntariamente sin trabajo).

Diferencias en la medición del desempleo en el mundo

En muchos países la tasa de desempleo se calcula con una encuesta familiar mensual y a gran escala. Estas reciben el nombre de encuestas a la fuerza laboral. Ahora, si bien estas encuestas son las más utilizadas en naciones industrializadas, de todas formas se utilizan métodos de recopilación complementaria. Estas fuentes alternativas pueden ser conteos de personas registradas en el servicio de empleo público, información aportada por sindicatos, planillas de empleadores, conteos administrativos y el censo de la población.

“Estar desempleado” y “buscar activamente un empleo” son definiciones que, en el caso de mediciones no siempre son correlativas entre países. El caso claro es el de USA, donde estar desempleado se define como: no tener un empleo remunerado, y estar buscando uno durante las últimas cuatro semanas; o esperar comenzar uno en las siguientes cuatro; o haber sido transitoriamente despedido (aunque esperando volver al mismo puesto). Sin embargo esta definición no es vinculante para el resto del mundo.

También en estos índices suele segregarse el empleo dentro del mercado laboral, excluyendo por ejemplo, el esfuerzo de un padre o madre que solo se dedica a cuidar de su hogar y familia o la existencia de “trabajadores desencantados”, es decir, quienes dejan de buscar trabajo, porque consideran que no hay vacantes disponibles