Una nueva Lectura: Metanoia en Atención Temprana

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al niño. En cuanto al modelo transaccional de Sameroff y Chandler, puede servir para entender la naturaleza recíproca del proceso colaborativo entre el profesional y familia, que es bidireccional. Este intercambio también es dinámico en el caso de las relaciones entre el niño y su cuidador o maestro y por esto el RBI entiende que los cambios van a ir en ambas partes. Además, el RBI también considera las bases biológicas del cerebro y se basa en éstas, por ejemplo, para determinar que los niños aprenden más en un contexto natural.

Por otro lado, cabe destacar que el RBI apuesta por un equipo transdisciplinar, es decir, existe un profesional de referencia, que tiene conocimientos de distintas disciplinas.

Finalmente, no solo se interviene ante la presencia de un trastorno o disfunción (prevención terciaria) sino que se ofrece la posibilidad de una intervención precoz, antes del diagnóstico o en situación de riesgo (prevención secundaria) e incluso se permite evitar la aparición de trastornos, por ejemplo, burn-out en el cuidador principal (prevención primaria).

Aplicaciones del EFC y el RBI en el aula

La mayoría de los principios y prácticas del EFC y el RBI se pueden aplicar en el aula. En la escuela se dan multitud de oportunidades naturales de aprendizaje y resulta mucho más interesante aprovecharlas en vez de crear situaciones artificiales para enseñar. Además, las rutinas me parecen fundamentales para fortalecer e introducir nuevas habilidades que, por lo tanto, serán funcionales y significativas, para los niños y para sus familias. En el aula esto se podría concretar en una agenda visual, por ejemplo.

Además, el artículo de McWilliam subraya la importancia del entorno familiar y es que la colaboración docente-familia es un componente de calidad para la práctica educativa. Es interesante dar protagonismo a la familia, juntamente con el docente, para evaluar los problemas del niño, qué podemos hacer desde la escuela y que se puede hacer en casa y cómo va evolucionando su hijo. De esta forma las familias serán protagonistas del aprendizaje de sus hijos. Además, la creación de un ecomapa puede ser de gran utilidad para los niños con ambientes más desestructurados.

Finalmente, me resulta muy útil plantear la evaluación, tanto del proceso como del resultado, especialmente con listas de verificación, por su facilidad de uso, su rapidez y porque se pueden adaptar fácilmente a cualquier niño de la clase.

Bibliografía

Boavida, T., & Aguiar, C. (2016). Effects of an In-Service Training Program: using the Routines-Based Interview. Topics in Early Childhood Special Education, 32(2), 67–77.

Dunst, C. J. (2002). Family-Centered Practices: Birth Through High School. The Journal of Special Education, 33(3), 139–147.

GAT. (2005). Libro Blanco de la Atención Temprana. Madrid: Real Patronato sobre Discapacidad.

Leal, L. (2008). Un enfoque de la discapacidad intelectual centrado en la familia. Madrid: FEAPS.

McWilliam, R. (2016). Metanoia in Early Intervention: Transformation to a Family-Centered Approach. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 10(1), 155-173.

McWilliam, R. (22 de Octubre de 2017). Early Intervention in Natural Environments: A Five-Component Model. Obtenido de Children’s Medical Services: http://www.floridahealth.gov