Utilidad - Artículo de opinión.
Enviado por tomas • 15 de Febrero de 2018 • 1.153 Palabras (5 Páginas) • 401 Visitas
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¿Cuál es esa linealidad? La del llamado “éxito”. Los esfuerzos (vanos, en su mayoría) por destacar de la masa gris, de unos individuos que, adheridos a corrientes, modas y preferencias siempre cambiantes (“líquidas”, Bauman dixit), no hacen sino fomentar el estado presente y futuro de la desigualdad. Desigualdad entendida desde la lógica de las oportunidades y no de los resultados. Pues no es una cuestión tan sólo cuantitativa, sino también cualitativa.
Continúa la incesante corriente de desigualdad que separa entre los que pueden y los que no. ¿Los que pueden imaginar soluciones reales para el mundo real? No, los que pueden costear determinadas formas de vida y los que no. Y desde nuestra posición privilegiada en la historia (al menos en términos materiales), pretendemos “innovar, crear y emprender”. Emprender, dedicando recursos ociosos a revolcarnos en nuestro propio bienestar llamando a nuestras pequeñas rencillas “retos” y pretendiendo cambiar el “mundo”. Un mundo del que la mitad de la humanidad no forma parte.
Es una suerte que una mayoría de nosotros ya no trabaje para poder comer ni luche por su supervivencia. Somos eso que llaman clase media, que ahora parece peligrar en el Viejo Mundo. Y es ahora cuando nos indignamos, cuando protestamos, cuando demandamos más protección, frente a cualquier amenaza. Pero erramos al calificar de amenaza a los miles y millones de personas desplazadas por conflictos bélicos donde participamos directa e indirectamente. Acaso tímidamente condenamos desde la distancia una situación en la que no tomamos parte. Y mientras, pretendemos “cambiar el mundo”.
Nos sumergimos una vez más en la sesgada, más bien ciega, espiral de mera acumulación de bienes materiales. Y desechamos, convirtiendo el entorno de otros (insignificantes) en un vertedero. Sin escrúpulos deforestamos sus bosques, hacemos yermos sus campos y, en definitiva, destruimos su medio natural. Actuamos sin importar las consecuencias en el largo plazo. Claro, “maximizamos la utilidad de la comunidad”.
Pero si una parte de la comunidad nos amenaza, la tratamos de eliminar. Cuando China, por ejemplo, emprende un vertiginoso proceso de industrialización y puede acabar con las posibilidades de reducir a niveles aceptables las emisiones de CO2 que ponen en peligro la subsistencia de nuestro planeta, tan sólo siguiendo las “mejores prácticas” que nuestra historia presenta como “el camino al progreso”, decimos que es inaceptable.
Pero no nos damos cuenta de que somos nosotros los responsables de esta situación, no ellos. Nosotros hemos extendido nuestras prácticas, nuestra cultura, nuestro modo de ver el mundo por todo lo largo y ancho de la “comunidad”. Mientras tanto, en África el crecimiento vegetativo anual hasta 2050 se situará sobre el 1,6% anual, de acuerdo a las estimaciones de Piketty (2014). ¿Serán los que quedan por venir herederos de nuestra irresponsabilidad?
Debemos hacernos responsables del curso de una historia condicionada, irremediablemente, por nuestro pasado cultural más reciente. Debemos educar fundamentalmente, hacer comprender que el camino de un Norte industrializado y ya sin industria no es la única vía (si acaso es una vía) al bienestar. Debemos comprender que la “comunidad” va más allá de nuestras fronteras y que la suma total de sus utilidades no es positiva, sino más bien cercana al cero. Es el momento de emprender, sin comillas, de dedicar aquellos recursos ociosos a solucionar los retos de la parte de este mundo que sí los tiene. Podemos y debemos solucionar los problemas de nuestro pasado en un futuro que no podrá ser sino sin nosotros.
Leandro J. Urbano
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