FACTORES FÍSICOS MEDIOAMBIENTALES
Enviado por Oscar13 • 7 de Diciembre de 2022 • Ensayo • 10.579 Palabras (43 Páginas) • 271 Visitas
Factores Físicos Medioambientales
FACTORES FÍSICOS MEDIOAMBIENTALES
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OSCAR RAMOS FLORES
El ambiente físico en un sentido amplio engloba las condiciones externas que circundan nuestra vida y contempla aspectos tales como temperatura, sonido, olor e iluminación, los cuales constituyen rasgos estables del ambiente. Estos factores, percibidos generalmente de manera no consciente, tienen una indudable influencia interactiva sobre la persona y, en determinadas situaciones, pueden afectar negativamente nuestra salud y comportamiento. Es por esto que el conocimiento de los efectos del medio ambiente físico sobre la persona representa un área importante de investigación de la Psicología Ambiental.
El estudio de la incidencia de los factores ambientales se inició a principios de los años sesenta cuando, como consecuencia del progreso técnico y la industrializaci6n generada por este, se inicia la crisis de nuestro entorno. El deterioro de la calidad de nuestra atm6sfera, la contaminaci6n acústica, el agotamiento de algunos recursos naturales y en general la degradación del medio a causa del hombre son algunos de los problemas ambientales que están directamente relacionados con el trato desconsiderado que se ha tenido con el media ambiente, constituyendo una fuente importante de agresiones físicas, psicológicas y sociales. Ante esta situación la psicología ambiental se plantea el análisis de las consecuencias que para nuestra vida tienen los cambios de las condiciones físicas, con el objetivo de comprender nuestra interacci6n con el medio y de obtener informaciones útiles que ayuden a crear un medio ambiente adecuado a nuestras necesidades. A continuaci6n se introducen algunos temas de investigaci6n desarrollados por la Psicología Ambiental en relación a las variables físicas que tienen una mayor incidencia sobre la persona: las temperaturas, la contaminación atmosférica, la iluminación y el ruido, centrándonos de manera especial en este último factor.
1.- El medio ambiente atmosférico
El estudio del medio ambiente atmosférico incluye diferentes factores climáticos: temperatura, precipitaciones, humedad, presión atmosférica, viento, polución, etc. Estos factores, según han comprobado diferentes investigaciones, inciden en nuestro estado físico intelectual y emocional y, por tanto, en nuestra conducta. En relación a este tema se van a tratar dos variables importantes: la temperatura y la contaminación atmosférica.
- Temperatura ambiental
Comparado con el enorme rango de temperatura existente en el universo, el rango compatible con la vida es muy estrecho. El hábitat terrestre no siempre nos ofrece el rango óptimo. Es por eso que la exposición a temperaturas adecuadas en el medio sea de suma importancia para nuestro bienestar y supervivencia.
El frío y el, calor son cualidades subjetivas que se sustentan en procesos físicos bien diferenciados: los estímulos térmicos se registran, a través de los termoreceptores. Hay termoreceptores tanto en la superficie de la piel como en el hipotálamo. Los termoreceptores de la piel son terminaciones nerviosas libres que se hallan en la superficie y, por tanto, en situación óptima para recibir estímulos térmicos, respondiendo en función de la diferencia entre la temperatura de la piel y la ambiental. Es decir, estos receptores periféricos proporcionan la información proveniente del ambiente, reaccionando rápidamente a los cambios repentinos de la temperatura externa. Los receptores de la temperatura que hay en el hipotálamo desempeñan un papel importante en la regulación de la temperatura corporal. Si ésta aumenta, ciertos centros de hipotálamo inician reacciones de sudoración, jadeo, vasodilatación cutánea y descenso del metabolismo, aún en el caso de que la temperatura de la piel se mantenga constante. Por otro lado, el enfriamiento de la sangre induce procesos físicos involuntarios tales como escalofríos, incremento de la temperatura muscular de la absorción de oxígeno y de la producción de adrenalina. Mediante este termostato biológico el cuerpo humano mantiene una temperatura relativamente constante.
Se han realizado numerosas investigaciones (Griffiths, 1975; Rohles, 1975) con el fin de definir el rango de temperaturas que puedan determinar sentimientos de agrado y confort y que permitan establecer criterios dirigidos a conseguir ambientes térmicos adecuados en relación a los espacios habitados. Según se desprende de estos estudios, el bienestar térmico depende no solo de la temperatura, estando relacionado así mismo con la humedad, el movimiento del aire, el tipo de vestido que se lleve y el nivel de actividad física.
Por el contrario, las variables sociodemográficas sexo y edad no parecen tener ninguna influencia (Grffiths y McIntire, 1973). La figura 4.1 muestra el grado de molestia en relación a diferentes temperaturas, obtenido por Stevens, Mark (1970) partiendo de los resultados de diferentes investigaciones en le utilizó la técnica de la estimación de la magnitud coma medida de la sensación calórica. De acuerdo a estos investigadores la temperatura óptima se halla alrededor de los 22°C. Un resultado similar fue obtenido por Griffiths y MacIntyre (1972), utilizando la escala numérica de Bedfort en la medida de la sensación de calor. En esta escala las puntuaciones varían linealmente con la temperatura, comprobándose que el paso de un nivel a otro en la escala corresponde aproximadamente a 3°C. La temperatura óptima, obtenida mediante este procedimiento, se sitúa en torno a los 23°C para personas sedentarias con vestido ligero.
Por otro lado, los cambios abruptos de temperatura, en particular, si se alejan de la temperatura normal, se experimentan con gran placer. Esto puede darse en ambas direcciones, por ejemplo, cuando entramos en una habitación caliente luego de haber estado expuestos por mucho tiempo al frío de la cal1e, o cuando en un día de calor entramos en una habitación refrigerada, por lo que el calor y el frío pueden tener también connotaciones hedónicas.
Asimismo, se ha comprobado que la humedad de la atmósfera puede afectar a la sensación de calor. Griffiths y McIntyre (1973) comprobaron que a temperaturas agradables la humedad no afecta a la estimación del grado de calor, aunque sí tiene una incidencia significativa en el caso de temperaturas elevadas. En este caso, un incremento del 20 al 75 por 100 en el grado de humedad resulta subjetivamente equivalente a una elevación de 1,5°C de la temperatura. Generalmente, a temperaturas agradables se prefieren niveles moderados de humedad (50 por 100 de humedad relativa) mientras que temperaturas superiores a 28 °C se prefieren niveles de humedad más bajos.
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