“Estrategias didácticas para la comprensión y producción de textos narrativos”

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La importancia de saber escuchar puede no ser tan obvia, pero al reconocer que de las cuatro habilidades lingüísticas, esta se utiliza en un 55% ya que estamos más expuestos a recibir información que a transmitirla, entonces ser un buen escucha incidiría en la calidad del proceso comunicativo en cualquier ámbito, pues de este modo podemos elevar la autoestima dl que habla, comprender el mensaje e identificar sentimientos del interlocutor, además de evitar conflictos debido a malas interpretaciones.

Las estrategias que se utilicen en el aula para ser mejores escuchas deben reproducir situaciones reales, por ejemplo involucrarse en actividades como entrevistas, exposiciones, debates, lectura compartida, mesas redondas, visualización de videos, o reproducir textos orales atractivos para los alumnos y solicitar una actividad en respuesta a lo que escuchan para demostrar su comprensión. Estas pueden ir desde respuestas breves o extensas, de manera oral o escrita.

Leer es el hecho de interpretar el lenguaje escrito, sin embargo, como sucede con el saber escuchar, esta suele confundirse con el simple hecho de descifrar el código escrito, cuando el verdadero significado radica en la interpretación y atribución de sentido a lo que el autor nos comparte. Mejorar la comprensión lectora es un proceso arduo que requiere tiempo y constancia, además del uso de estrategias adecuadas; en primera instancia lo correcto es propiciar en el alumno el gusto por la lectura, sin imponer u obligar, lo segundo es dar la libertad de seleccionar textos contemporáneos de su agrado. Cuando el gusto ya se haya adquirido, en al aula pueden aplicarse actividades de análisis de textos, compartición de opiniones, reseñas, ensayos, etc. De esta manera estaríamos involucrando las otras dos habilidades lingüísticas de carácter productivo; hablar y escribir, mismas que pueden llevarse a cabo con base en los conocimientos previos de los alumnos o de acuerdo a actividades de recepción previamente realizadas en el aula. Estas deben ir de lo sencillo a lo complejo, es decir de manera progresiva, atendiendo el fondo y la forma, es decir lo que se dice y el cómo se dice. Resaltar la importancia del uso del lenguaje oral o escrito es importante para que los alumnos puedan identificar el propósito del trabajo áulico; la función poética, imperativa, expositiva, etc., son los usos que deben conocer y dominar de modo coloquial o formal, por ello el ahínco en el desarrollo de actividades productivas.

Podemos denotar el cómo cada una de las habilidades lingüísticas esta imbricada con la otra, son simbióticas y aunque el trabajo en el aula se enfoque por mejorar una en específico, implícitamente se estará trabajando con las demás. De acuerdo al enfoque de este trabajo; los textos narrativos, mismos que se definen como aquellos que cuentan un relato, son parte de la vida cotidiana de la vida de cualquier persona, contar un chiste, lo que nos pasó ayer o cantar una canción. A través de ellas se manifiestan vivencias, ideas y emociones, que al ser escuchadas o leídas pueden hacernos sentir identificados, aprender de ellas y comprender al otro, asimismo podemos expresarnos libremente. Fomentar este tipo de producciones en el aula debe figurar en los principales objetivos.

Finalmente, hemos de puntualizar la importancia de este análisis para la práctica educativa. El docente, como guía del proceso de enseñanza-aprendizaje dentro de un marco constructivista, debe actuar como un facilitador, una andamio para el alumno, para que él pueda adquirir saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales. Esto demanda ciertas competencias deseables en el docente, en este caso, situándonos en el área de Lengua, este debe poseer la competencia lingüística y comunicativa altamente desarrollada, pues es inconcebible fomentar algo que ni siquiera uno domina o posee, es decir que estaríamos predicando con el ejemplo. Pero no basta con ello, las estrategias didácticas serán la herramienta que permita la consecución de los aprendizajes esperados y las competencias a desarrollar en los alumnos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Rost, M. (2002). Teaching and Researching Listening. London, UK: Longman.

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