La Ciudad Antigua.
Enviado por karlo • 19 de Septiembre de 2018 • 4.774 Palabras (20 Páginas) • 480 Visitas
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Un dato peculiar es la vestimenta de la novia, porque es una costumbre que ha trascendido el transcurso del tiempo, la joven vestía de blanco y llevaba el rostro cubierto con un velo y una corona en su cabeza.
Una vez adentro de la morada los esposos se acercan al hogar para realizar la tercera ceremonia de la institución del matrimonio, la cual consistía en rociar de agua lustral a la joven para que pudiera tocar el fuego, mientras se recitaban algunas oraciones, después compartían algunos alimentos en presencia del fuego sagrado. Se consideraba que los esposos entraban en comunión religiosa cuando compartían los alimentos frente al hogar.
El matrimonio como institución sagrada, según el autor, debe ser tan en la raza ino-europea como la religión doméstica, puesto que están íntimamente relacionadas dependiendo una de la otra. Por una parte, la religión enseño a los hombres que la unión en matrimonio era más que una relación de sexos y afecto, porque lo que verdaderamente los mantenía unidos el compartir una misma creencia y preservar el culto. Era un acto tan solemne que no admitía ni el divorcio ni la poligamia, fue hasta el derecho romano donde el matrimonio podía disolverse por usus o por coemptio, pero el matrimonio religioso necesitaba de otra ceremonia religiosa para poder disolverse.
Ahora, es importante recordar que el hombre era considerado una deidad cuando moría, por lo que dependía del cuidado de los vivos para que ofreciesen siempre la comida fúnebre, por lo que la descendencia era un principio fundamental de la religión doméstica. Las leyes en Italia y Grecia son un claro ejemplo de esto; en la Ley de Atenas se encargaba a los magistrados de la ciudad que velasen porque ninguna familia se extinguiese.
La mayor desgracia que podía ocurrir a estas familias es que su descendencia se extinguiera porque eso significaría un hogar apagado y que sus muertos cayeran en el olvido condenándolos a la eterna miseria. Por eso a lo largo de las generaciones existieron legislaciones para garantizar la procreación, por ejemplo la Ley en Esparta castigaba severamente a los hombres que no se casaban, lo que nos afirma que la institución del matrimonio era obligatorio porque se necesitaba heredar el culto religioso, y cabe destacar que los hijos bastardos o nacidos fuera de matrimonio no podían desempeñar el papel que la religión otorgaba a los hijos, puesto que el lazo de sangre no era suficiente ni mucho más importante que el lazo del culto.
Algunas medidas que se tomaron fue el divorcio en casos especiales, como la esterilidad en la mujer y la adopción en caso de esterilidad del hombre, además si la mujer quedaba viuda sin haber tenido hijos, la ley prescribía su matrimonio con el pariente más próximo de su marido, pero los hijos que nacían se reputaban hijos del esposo fallecido.
El nacimiento que tenía relevancia era el del varón puesto que las hijas no podían continuar con el culto, entonces el hijo era considerado el salvador del hogar paterno. Pero el nacimiento solo formaba el parentesco físico, ya que era necesario que el padre lo declarará su hijo para poder constituir un lazo moral y religioso.
Existía otro recurso para la familia que por alguna razón no podían procrear hijos naturales, la adopción era considerada una petición a la religión y a la ley de algo que no se pudo obtener de la naturaleza. La adopción y la emancipación estaban relacionadas, pues primero el joven al que se pretendía adoptar debía emanciparse por completo de su familia y religión para pasar a formar parte de una nueva familia a través de un rito muy parecido al que se realizaba al nacimiento de un hijo, el adoptado adquiría todos los derechos y obligaciones de un hijo natural.
En el derecho romano se regulaba el parentesco agnaticio puesto que no era suficiente el lazo de sangre si no que radicaba en el lazo legal del culto, porque no podían llamarse parientes aquellos que no tenían los mismos dioses. Por la línea de las mujeres no se podía ser pariente, pues como se mencionó anteriormente ellas no preservaban el culto, si no que dejaban el seno familiar para formar parte de otro, dándose entonces solamente el parentesco entre los varones. Posteriormente en la Ley de las XII tablas reconoce el parentesco cognitivo.
El parentesco tiene una función importante y es la determinación del derecho de propiedad, puesto que es una institución antigua basada en principios muy distintos del presente, a lo largo de la historia este derecho en algunos pueblos razas o pueblos jamás llegaron a establecerlos principios de propiedad privada, sin embargo existieron otras sociedades en donde la propiedad no se atribuía a la relación con la tierra sino con el ganado, o el producto agrario, un ejemplo de esto son los tártaros que consideraban un derecho de propiedad sobre los rebaños y no sobre el terreno, otro ejemplo es el pueblo germano quienes consideraban de su propiedad la cosecha pero no la tierra.
Sin embargo, en las civilizaciones como Grecia e Italia el derecho de la propiedad privada se aplicó primero a la tierra antes que, a la cosecha o rebaños, esto debido a que esto se debe a que en estas ciudades tenían por costumbre compartir sus cosechas, es decir que se consumía en grupo por lo que el individuo no era dueño de la cosecha, pero sí de la tierra. Si regresamos un poco a los antepasados de estas civilizaciones encontraremos que existen 3 cosas íntimamente relacionadas: la familia, la religión doméstica y el derecho de propiedad, esta última estaba implicada en la religión porque los dioses y ritos pertenecían a la familia, eran de su propiedad. Pero lo mismo sucede con las tierras, al momento de establecerse en un lugar, se entiende tácitamente, que el dios se instala allí y por lo tanto la familia se instala en ese lugar esperando perdurar en ese hogar, por lo que toma posesión de la tierra, ahora pasa a ser de su propiedad.
El domicilio era inviolable, estaba regulado por la ley romana debido a las creencias tan firmes sobre el fuego sagrado y el culto a los muertos, no podías enajenar la tierra ni venderla porque entonces como consecuencia abandonarías a tus dioses, la única forma era a través de un rito condicionado a dejar la porción de tierra en donde estaban los dioses de la familia para que esta regresara el día establecido a alimentar a los muertos. El derecho evoluciona y con la Ley de Solón se prohibía al hombre vender su propiedad, pero castigaba al vendedor con severa pena: la perdida de la ciudadanía. En la Ley de las XII Tablas se establecía que la deuda responde al cuerpo del hombre, porque la deuda es inseparable de la familia.
Así como el hogar y la tumba pertenecía
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