La transformación de la monarquía española y las reformas de Nueva España

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Alexander Von Humboldt. Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España.

Creo que el presente fragmento bien puede trasladarse a nuestros días y no notarse en él ninguna diferencia de épocas, pues describe perfectamente la actualidad de nuestro país y de la mayoría de los países latinoamericanos. No me cabe duda de que la mayoría de los mexicanos viven sólo para salir del día, y eso es algo que se da desde la estratificación social dividida por el mexicano mismo, que sólo se divide, que él sólo rige. Daré un ejemplo más claro: Siente el mexicano repulsión y desprecio por el indígena y el negro tanto como de su gobernante superior, pero él no se siente ni más ni menos que uno o que otro, no se siente nada, él mismo es juez de su país, pero no se incluye como una parte importante de las castas que él mismo decide dividir.

Eso mismo ocurría en el pasado, pues ya a inicios del siglo XIX las cantinas y pulquerías de la ciudad de México –que en un principio estaba destinada solamente a ser ‘’ciudad de ricos’’- se convirtieron en lugares donde los asistentes discutían y mostraban libremente opiniones en contra de las autoridades gobernantes.

EL CRECIMIENTO DE LAS HACIENDAS Y LOS CONFLICTOS RURALES

Ya hemos leído y estudiado que las enfermedades fueron devastadoras en la Nueva España, sin embargo, los indígenas lograron crear anticuerpos para combatirlas, además de tratamientos herbolarios. Además, los Virreyes ilustrados promovieron la higiene y el uso de la medicina en las clases altas, lo cual les benefició e impidió que las enfermedades siguieran proliferando.

¿Qué pasaría? Claramente el número de habitantes de la Nueva España, gozando una mejor salud, aumentaría, y serían insuficientes las tierras y los cultivos para abastecer a toda la población.

Es así como empezó una dura batalla por las haciendas. Los hacendados querían obtener la mayor productividad posible de sus tierras, para enriquecerse más. Fue imposible para los indígenas tener tierras, pues los hacendados usualmente eran españoles de clase alta que tenían manera legal de demostrar que la tierra era suya.

Concluyendo: Es simple: Los poderosos tenían derechos y los indígenas eran esclavos. Sin embargo, en este tema nos damos cuenta de que el espíritu revolucionario indígena poco a poco estaba despertando. En mi muy personal opinión, creo que ese espíritu ya lo tenían, pero hacía falta una pequeña flama que lo encendiera, y podemos observar que esa flama fue la expulsión de los jesuitas (sus ilustradores) y la prohibición de la esclavitud por parte de la corona. Es así como empezaron a ‘’despertar’’ y saber que tenían derechos y que tenían que luchar por ellos. Está claro que no pudieron hacer mucho, pues ellos eran minoría, y los españoles fácilmente podían controlarlos, pero aquí hay otra cosa: Los criollos se estaban uniendo a ellos (y lo comprobaremos más adelante hablando de Miguel Hidalgo)… Una guerra estaba a punto de estallar.

TEMA 4

La crisis política

Dije en las conclusiones anteriores que ya todo en Nueva España estaba ‘’saliéndose de control’’ en su mayoría porque los indígenas estaban ‘’despertando’’, y que una guerra estaba a punto de estallar. Si, la ‘’independencia’’.

Es una vil mentira considerar a Hidalgo como el Padre de la Independencia, porque se sabe según los escritos oficiales que él únicamente quería abolir la esclavitud indígena. Claro, gracias a su iniciativa los otros caudillos hicieron posible una ‘’independencia’’, pero no fue él propiamente quien hubiera tenido esa idea en concreto. Puedo dar el siguiente ejemplo del ‘’grito’’ más cercano posible al que en realidad pronunció Miguel Hidalgo:

"¡Viva la religión católica!,

¡Viva Fernando VII!,

¡Viva la patria y nuestra sagrada patrona la santísima Virgen de Guadalupe!

¡Muera el mal gobierno!"

Claramente está la frase: Viva Fernando VII. Es así como nos damos cuenta de que no quería propiamente una independencia del dominio español. Bueno, lejos de si querían independencia o no, hay algo que no nos cabe duda que sí querían: Justicia y libertad.

Lo que dio pie a los inicios de dichas guerras y revoluciones liberales fue, como sabemos, la ilustración. Las ideas ilustradas comenzaron en Europa y se trasladaron hasta nuestro continente con los grandes pensadores españoles (Benito Jerónimo Feijoo, Pedro Rodríguez, Gaspar Melchor de Jovellanos) y de los libros que se expandían alrededor del mundo. Los religiosos españoles promovieron el estudio de la filosofía moderna y los grupos de pensadores liberales.

Pero acababa de empezar otro problema que había de influir en gran parte del mundo antiguo: La invasión francesa a España.

Resumiré brevemente la invasión de España por parte de Francia:

En 1808, España fue invadida por Napoleón Bonaparte. Napoleón reunió a la familia real y obligó a Fernando VII a renunciar y a poner en el trono a su hermano José Bonaparte.

La monarquía le cedió el trono de una manera muy pasiva, pero fue el pueblo quien se vio muy molesto, y a su vez inició una insurrección popular, impidiendo la penetración del ejército francés en muchas provincias españolas. Ante estos acontecimientos, Inglaterra (que era enemiga de Napoleón) decidió apoyar a España, pero el emperador Bonaparte siguió ganando. Desde entonces, España tuvo como rey a José Bonaparte. Éste hecho contribuyó a romper el equilibrio de poder entre España y la Nueva España.

A principios del siglo XIX España entró en una grave crisis política, como era de esperarse, por la pérdida de su soberanía, motivada por la invasión napoleónica y la renuncia de Fernando VII, además de la instalación de José Bonaparte en el trono.

El pueblo español reaccionó en defensa de Fernando VII y convocó a juntas para defender sus intereses, celebrándose la primera en Oviedo, en 1808. Luego tuvieron que trasladarse a Cádiz. La junta Central Gobernativa fue reemplazada por un consejo integrado por 5 miembros que asumieron el gobierno de España y sus colonias en nombre de Fernando VII. También en América se formaron las Juntas de Gobierno, ante el vació de poder y crisis de la monarquía.