Lengua y Literatura. Sinonimia

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- Escribir las palabras que faltan en los en los correspondientes recuadros. Para ello será necesario hallar los sinónimos de los verbos que figuran en la columna de la derecha.

Descubre la palabra que se forma en la columna azul (vertical) una vez completados todos los recuadros de forma horizontal.

Antes de finalizar la clase compartiremos la resolución del crucigrama.

Estrategias didácticas:

- Motivación y recuperación de saberes previos.

- Crear un ambiente abierto al diálogo.

- Guiar a los alumnos en la realización de la actividad.

Recursos didácticos

- Copia del cuento “El horno” de Joaquín Gómez Bas.

- Actividades que abordan el trabajo de sinonimia

- Pizarrón y tizas

Evaluación

Se realizarán registros anecdóticos por alumno[4], llevando a cabo la evaluación a través del método de la observación, teniendo siempre presente que evaluar no es clasificar, ni calificar, sino que es apreciar la totalidad del sujeto.

Bibliografía

- Diseño curricular para la Educación secundaria 2° año (SB)./ Dirección general de Cultura y Educación,2008.Página 358

- Cassany, Daniel. “Comprensión lectora”. En Enseñar lengua. Bs As. Edit. Grao. Bs. As. 1994.pp.193-256.

- Frugoni, Sergio."Sinónimos y antónimos" .En El mundo del sentido. Buenos Aires: Longseller, 2003.

- Revista Testigo (dir. SIGFRIDO RADAELLI), N 5. Buenos Aires, enero-marzo, 1970 (pág. 82).

Anexo 1

- Realiza la lectura del siguiente cuento. ¡No te olvides de rellenar los espacios vacios! (Al final del relato encontrarás la forma de hallar las palabras necesarias).

El Horno - Joaquín Gómez Bas

Era un invierno criminalmente frío. La ________ [5]se le ocurrió al abrir la tapa del horno y sentirse ___________ [6] en una ola de aire caliente, achicharrante. Sería un verdadero __________ [7] envasarlo y venderlo.

Lo puso en práctica en seguida. Salió a la calle con un carrito de mano y casa por casa fue adquiriendo a precios de pichincha centenares de botellas vacías. Ya en su casa, encendió el gas del horno y aguardó a que se elevara la temperatura interior. Cuando consideró ____________ [8] el punto conveniente, abrió, metió la cabeza dentro, aspiró el aire abrasante y lo sopló en la primera botella, que tapó ajustadamente con un corcho. Repitió el procedimiento con unas cuantas y salió a venderlas.

Hizo un negocio redondo. Las vendía en cajones de doce botellas cada uno y no daba abasto. Lo único en contra era que de tanto meter la cabeza en el horno había perdido, en reiteradas chamusquinas, el _______ [9] de la cabeza, de las orejas y del bigote. Sin embargo, no desistía. Ganaba mucho_________ [10] . No era cuestión de abandonar semejante ganga por pelos de más o de menos.

Un día sintió cierta ___________ [11]en una oreja y al intentar rascársela se le desprendió convertida en ceniza. Lo mismo le paso con la otra a la semana siguiente, y más tarde con la nariz, el cuero cabelludo, la piel de la cara y los párpados. Inexplicablemente, conservó hasta el final los _________. [12] Cuando éstos también se le cayeron le resultó imposible soplar el aire caliente dentro de las botellas. Y se le acabó el negocio.

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