Los niños también tienen voz
Enviado por klimbo3445 • 2 de Mayo de 2018 • 877 Palabras (4 Páginas) • 306 Visitas
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El autor que me llamó más la atención y me gustó mucho fue Sara Allen, de la novela “Caperucita en Manhattan”. Ella me resultó más humano, y no solo por sus características, sino, porque yo personalmente me identifiqué mucho con ella. Ella era oprimida por sus padres, no le contestaban las suficientes preguntas de su curiosidad, sino, que con el silencio tuvo que ella misma expandir sus ideales y descubrir por sí misma. No la detuvo para caer en sus propias conclusiones y buscar información. No se dejó ser oprimida por los adultos, ella misma tuvo el valor para salir del cascarón en que la tenía su mamá; ella pudo crecee y buscar la libertad de la cual tanto su mamá intentaba alejarla.
La importancia de las novelas es ver la realidad que intenraron plantar, cómo los niños fueron silenciados, ocasionando que ellos tengan que salir del cascarón y crecer. A pesar de que ambas fueron con detalles diferentes y formas diferentes, tienen el mismo fin. En “El Camino”, la injusticia, el oprimir a los niños los llevó a ellos mismos aprender entre ellos, los llevó a incluso meterse en problema. En “Caperucita en Manhattan”, la forma en cómo bloqueaban a la niña a saber, a básicamente no dejarla aprender, dejarla con dudas, ese tipo de opresión sobre ella. No obstante, no podemos olvidar que igualmente en ambos se ve la guerra de los adultos entre ellos; se podía ver los desacuerdos y cómo todos querían tener la razón. El lenguaje fueron diferentes, se puede considerar que en “El camino” su lenguaje era lenguaje vulgar y “Caperucita en Manhattan” era un lenguaje culto. Sin obviar que la diferencia de conductas y ambiente, claramente no era el mismo tiempo.
Finalmente, puedo decir que recomendaría leer “Caperucita en Manhattan” me gustó demasiado. En ambas novelas, se ve tan drásticamente cómo opacan a los menores. Cómo dije anteriormenre, los niños también tienen voz. Deben ser escuchados, deben ayudarlos a su desarrollo, a su crecimiento tanto físico, personal. Si oprimen a los niños, mi pensar es que después los adultos no se pueden quejar de las conductas que den o cómo se expresen, etc., deben recordar que ellos mismos callaron su voz, provocando que los niños busquen su voz y se dejen escuchar por sí mismos. Vuelvo y recalco, los niños también tienen voz.
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