Maquiavelo aplicado a los negocios
Enviado por Rimma • 31 de Diciembre de 2017 • 3.625 Palabras (15 Páginas) • 584 Visitas
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aquellos que con adulaciones quieren ganarse su confianza. Solo se debe confiar en uno mismo.
Ser misterioso e impredecible:
Una de las condiciones sine-qua-nom para ser discípulo de Maquiavelo es ser variable, calculadamente impulsivo y caprichoso, inestable y disruptivo (cambio brusco), de tal forma que los competidores o enemigos sientan inseguridad y carezcan de iniciativa ante lo impredecible.
Ésta es una estrategia cuyos orígenes están en dos pensadores chinos y cuyas filosofías se resumen en las siguientes frases:
Sun Bin expresó que “cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido, puede ser vencido” Sun Tzu, de su lado, dijo que “Sé completamente misterioso y confidencial, hasta el punto de ser silencioso. De esta manera podrás dirigir el destino de tus adversarios”
Los terroristas hacen buen uso de esta táctica, también los dictadores y autoritarios; su comportamiento impredecible impide adelantarse a sus planes.
Por lo tanto, para que nadie sepa lo que se piensa hay que desarrollar una segunda y hasta tercera conciencia, donde, domo una caja china, se guarde los secretos inconfesables. Tampoco se debe hablar mucho ni antes que los subordinados o competidores, esa es una oportunidad para evaluar las verdaderas intenciones de los interlocutores. Dejar elegir solo al que o lo que conviene, aprender a delegar, pues la tarea principal, la de controlar, esa queda en las manos del Maquiavelo.
Crear dependencia, gratitud, elegir a los enemigos y manipularlos, no discutir, retirarse, pero no rendirse, trabajar en las debilidades, hablar de lo que los otros quieren, actuar sin vacilar y destruir totalmente a los adversarios, ser brutalmente honesto, ser lógico, desconfiado de todo y todos, y saber ganar.
Saber cuál es su talón de Aquiles:
Todos sabemos que tenemos un talón de Aquiles, la diferencia entre unos y otros es determinar cuál es y asumirla.
Saber cuál es nuestra debilidad es una enorme ventaja porque nos permitirá manejarla y controlarla independientemente de si es legal o ilegal, moral o inmoral, establecido o inadmisible.
En todo caso, lo adicional y fundamental en esta regla es reprimir a todo aquél o aquello que provoque al talón de Aquiles, pero esta respuesta solo es admisible en la vida de los negocios.
Sin duda, de acuerdo con el autor, el talón de Aquiles debe ser ocultado con todo sigilo y cuando no se pueda hacer, habrá que asumirlo solo y lejos de la zona de negocios o con aquellos que nos conozcan poco y de lo que conocen la mitad sea mentira.
2.3.- CAPÍTULO 3:
Acerca de algunos modelos estratégicos aplicados maquiavélicamente con el fin de hacerse rico y poderoso
Aunque pocos saben, los modelos estratégicos aplicados en los negocios tienen su origen maquiavélico y tiene un nombre “el arte de la guerra”.
Citando a Peter Drucker, un abogado y tratadista austríaco considerado el mayor filósofo de la administración en el siglo XX, Ríos señala que desde hace 50 años han recurrido a esta estrategia “los cráneos del capitalismo y del postcapitalismo” para lograr la rentabilidad de los negocios.
El clásico ejemplo de la tradicional competencia entre Coca Cola y Pepsi Cola, ayuda a explicar cómo en la guerra el fin es ganar y que de ser imperativo aniquilar al enemigo, con el fin de sobrevivir, hay que hacerlo.
Los estrategas de negocios, empezando por los griegos, ingleses, alemanes, estadounidense y demás, han indicado a lo largo de la historia que en la competencia, el triunfo empieza con una decisión, continúa con los medios (recursos materiales, espirituales, humanos e inhumanos) utilizados para cumplirla, pero fundamentalmente, tiene que ver con la vulnerabilidad del adversario y el poder que tengamos.
Ríos propone, de manera rápida y certera, de acuerdo con su experiencia cinco modelos estratégicos para vencer la competencia y, obviamente, hacerse rico.
A la primera estrategia la denomina Amenaza directa, a la segunda Presión indirecta, a la tercera Acciones sucesivas, a la cuarta Lucha total prolongada y a la quinta y última Lucha frontal.
Amenaza directa:
Esta estrategia se refiere a los recursos potentes con los que se cuenta para la guerra (un grupo de bravos halcones dispuesto a todo) y al modesto objetivo, que se verá obligado a aceptar las condiciones que se le imponga para que abandone su pretensión desmedida de ganar la competición.
Presión indirecta:
En este modelo los recursos son escasos, lo que reduce la libertad de acción, pero ante un objetivo modesto es suficiente con llevar adelante las decisiones tomadas mediante acciones más o menos amenazantes de carácter publicitario, la rebaja de precios y, si hace falta, la difamación pública de la competencia.
Acciones sucesivas:
Esta estrategia funciona cuando los recursos son escasos, la libertad de acción es reducida y el objetivo es importante. La decisión tomada debe cumplirse mediante una serie de acciones periódicas o continuadas que vayan golpeando al competidor. Estas acciones sorpresivas y de fuerza es una combinación de la amenaza directa y la presión indirecta.
Lucha total prolongada:
Aplicable en una situación en la que la libertad de acción es grande, pero dispone de escasos medios o son rústicos y torpes (poco dinero y ejecutivos inútiles). En este caso la acción adecuada es imitar la técnica de la guerrilla, es decir, dar donde más le duele y cuando menos se lo espere. La competencia, entonces, se verá obligada a realizar mayor esfuerzo y a desgastarse.
Lucha frontal:
Es el modelo de la “guerra relámpago”, se utiliza cuando los medios son potentes, el objetivo importante y la libertad de acción reducida. El conflicto es violento y de corta duración.
Lo que queda claro acerca de estos modelos es que son precisamente eso, guías de acción que deberán acoplarse a la caótica realidad en la que se compite y que podrían, inclusive, mezclarse o romper todos los modelos para lograr su efectividad y eficacia.
No obstante,
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