Resumen de Kalecki: Tres formas de ocupación plena

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La idea de que la reducción de la tasa de interés estimula la aplicación de más capital por obrero se basa en el supuesto de que la producción planificada del empresario inversionista es algo dado. En éstas condiciones, una tasa de interés más baja hace rentable emplear más capital y menos mano de obra. Si suponemos, sin embargo, que el capital disponible para una empresa para financiar la inversión está dado, la reducción de la tasa de interés no tiene influencia en la elección del método de producción cuando se planifica la inversión. En realidad, las condiciones reales probablemente están representadas por algo intermedio entre éstas dos alternativas.

La idea de estimular la inversión privada con la reducción de la tasa de interés no parece ser un método muy efectivo, porque la tasa de interés a largo plazo cambia más lentamente y, lo que es más importante, no puede reducirse más abajo de ciertos límites. Por ésta razón, una forma más efectiva de ayudar la inversión privada sería reducir la presión del impuesto sobre la renta, en particular substituyéndolo por un ingreso sobre la renta modificado o un impuesto sobre el capital. En todo caso, según Kalecki, el estímulo principal para utilizar más capital por obrero lo proporcionan los nuevos inventos. La ventaja que ellos ofrecen, generalmente es tan alta que se aprovecha cualquiera que sea el nivel de la tasa de interés.

El método de estimular las inversiones privadas presenta ciertas deficiencias. El papel propio de la inversión privada es proporcionar las herramientas para la producción de bienes de consumo, y no proveer suficiente trabajo para emplear toda la fuerza de trabajo disponible. Tanto la inversión pública como la privada deben realizarse sólo en la medida que se consideren útiles. Si la demanda efectiva así originada fracasa en proveer la ocupación total, la brecha debe llenarse incrementando el consumo, y no amontonando equipo de capital público o privado indeseable.

Los efectos de los estímulos a la inversión privada dependen de la reacción de los empresarios, y es muy posible que cuando estén muy pesimistas pueden no responder incluso a alicientes considerables. Esto puede suceder, por ejemplo, si no sienten confianza en la situación política.

En conclusión, tanto por razones básicas y técnicas, una política que intente lograr la ocupación plena exclusivamente estimulando la inversión privada, no puede considerarse como satisfactoria.

III. REDISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

La idea subyacente en dicho método es que cuando el ingreso se desplaza de los perceptores de ingresos más altos a los de ingresos más bajos se incrementa el consumo total, porque los pobres tienen una propensión más alta a consumir que los ricos. Si, por ejemplo, aumentamos el impuesto sobre la renta a los ricos, y al mismo tiempo reducimos los impuestos indirectos sobre los artículos de primera necesidad o semi-necesarios en la misma medida, aumentamos la propensión media a consumir.

Suponiendo que sabemos previamente cuál debe ser el nivel de la inversión privada en la ocupación total, deben llenarse dos condiciones con el objeto de lograr la ocupación total mediante la imposición de un impuesto sobre la renta. Primero, debe fijarse el impuesto sobre la renta a los ingresos más elevados a un nivel tal que su estímulo para la demanda efectiva, en conjunción con el nivel de inversión, produzca la ocupación total. En segundo lugar, con el objeto de mantener la inversión privada al nivel requerido, o bien la tasa de interés debe fijarse lo suficientemente bajo, o una parte suficiente del impuesto sobre la renta debe aplicarse sobre una base modificada.

Un impuesto sobre la renta suficientemente alto proporciona una solución al problema de la ocupación total, con la condición de que una parte apropiada de él se aplique sobre una base “modificada”. El monto del gasto gubernamental necesario para crear la ocupación total es más elevado bajo el sistema de “impuesto sobre la renta” en comparación con el caso en el que se aplica el gasto deficitario, ya que los impuestos tienden a reducir el consumo de las personas gravadas, y así estimula la demanda efectiva sólo en la medida en la que recae sobre los ahorros.

La ventaja del sistema del “impuesto a la renta” sobre el de “gasto deficitario” puede verse en el hecho de que no sólo asegura la ocupación plena, sino que al mismo tiempo hace más igualitaria la distribución de los ingresos. Pero precisamente por ésta razón, la ocupación plena a través de los impuestos encuentre una oposición mucho más fuerte que en la “política de gasto deficitario”.

El método del impuesto a la renta presenta fundamentalmente dos problemas: el problema del salario y el de la “rebaja” de las ganancias brutas”. La redistribución del ingreso de las clases con ingresos más altos a las de ingresos más bajos aumenta la demanda efectiva. Por otra parte, la oferta de bienes de consumo puede incrementarse en una economía totalmente ocupada sólo a expensas de la inversión. Así, con el objeto de contrarrestar la tendencia a aumentar el consumo, el nuevo impuesto sobre la renta debe ser más alto de lo que es necesario para financiar sólo los subsidios, y el déficit presupuestario descenderá a la medida de éste exceso. También es posible redistribuir el ingreso mediante el control de precios. Si se reducen los precios de los bienes de consumo, mientras que los salarios siguen siendo constantes, habrá un desplazamiento de las ganancias reales hacia los salarios reales, aproximadamente equivalente al que se obtendría si los precios de los bienes de consumo fueran constantes y los salarios aumentaran en correspondencia. Así, una política semejante, siempre y cuando se acompañe de medidas para incrementar la inversión privada a un nivel adecuado, será tan efectiva como el impuesto sobre la renta para obtener la ocupación completa.

CONCLUSIÓN

Tanto la política de “gasto deficitario”, como la de “redistribución del ingreso”, a través del gasto gubernamental, son capaces de lograr la ocupación plena. Sin embargo, el método de “estimulación a la inversión privada”, presenta una serie de deficiencias y, por razones básicas y técnicas, no es capaz de llegar a la ocupación total.