ADMINISTRACIÓN, RECURSOS HUMANOS Y LEGISLACIÓN.

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Todo este proceso se desenvuelve en un universo finito palpable y medible llamado “ambiente laboral”. Este ambiente puede determinar en la psiquis factores tan importante como lo es el sentimiento de pertenencia al grupo, lo que puede determinar el sentido de compromiso y el grado de vinculación emocional con el objetivo planteado por la organización, determinando el grado de placer obtenido por sus actos, lo que incide en el alineamiento espontáneo hacia el fin perseguido por la empresa .

Dependiendo de la empresa o institución donde la función de Recursos Humanos opere, un administrador podrá desempeñar distintas responsabilidades que pueden relacionarse con aspectos tales como la administración de la nómina de los empleados o el manejo de las relaciones con sindicatos, el despido de un trabajador y calcular las indemnizaciones si procede, velar por el cumplimientos de leyes laborales, entre otros aspectos.

En consecuencia, en pos de ejecutar la implementación de la estrategia de la organización es fundamental la administración de los Recursos humanos, para lo cual se deben considerar elementos mínimos para un buen ambiente laboral.

Este marco mínimo o ambiente laboral lo encontramos establecido, directa o indirectamente, en las leyes, sean estas de orden general, como los tratados internacionales, o específicos, como son las leyes laborales. Así, mediante este marco mínimo, se logrará un marco de respeto y una mejor comunicación organizacional entre un liderazgo libre y eficiente, lo que influye positivamente en el trabajo en equipo. La relación entre quien presta el servicio y quien lo recibe basado en una cultura organizacional de derecho, donde las partes cumplan sus obligaciones raudamente, con seguridad y de manera óptima.

CUESTIONES PREVIA.

Para llegar a este reconocimiento que hoy nos parece tan natural, la conciencia humana necesitó evolucionar, creándose un mínimo básico de seguridad y un mínimo de respeto entre quien ofrece su trabajo personal y quien aprovecha el trabajo personal de otro, es decir, se evolucionó a un marco que permite que el trabajador lograra, en el ámbito laboral, un sentimiento de pertenecía y un sentido de compromiso.

Estas aspiraciones no son nuevas, o de la década pasada, sino que proviene desde las últimas décadas del siglo XIX. Algunos hechos como la caída del gremialismo, el surgimiento del capitalismo (tras la el desarrollo del comercio europeo de las especies), el pensamiento liberal que dio por resultados leyes como la Ley Chapellier ( Francia 1791, en plana revolución francesa Instauró el principio reconocido hasta hoy “Toda persona será libre de ejercer cualquier negocio, profesión, arte u oficio que estime conveniente”, prohibiéndose de esta menara la necesidad de ingresar o pertenecer a un gremio para poder trabajar, posteriormente se reconoció su existencia como medio de defensa del trabajador, lo que hoy se traduce en los sindicatos, pero manteniendo la libertad del trabajador para ejercer un trabajo y la libertad de asociación), entre otros hechos históricos.

Así, lo largo del siglo XIX fue cada vez más evidente la incapacidad del sistema socioeconómico liberal para mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras. Fue así como se fue abriendo paso la idea de la necesidad de la intervención del Estado para solucionar lo que empezó a llamarse «cuestión social», poniéndose en cuestionamiento el principio del liberalismo clásico el cual predicaba que el individuo era el único responsable de su propia condición moral y material. A ello también contribuyeron las críticas del movimiento obrero, la difusión del socialismo y el desarrollo del positivismo y de las ciencias sociales.[]

En la segunda mitad del siglo XIX ya existía una conciencia generalizada de que la pobreza de las clases trabajadoras se debía a las condiciones ambientales, sociales y económicas que sólo la intervención del Estado podría corregir. La Iglesia Católica también se sumó a la nueva corriente antiindividualista con la publicación en 1891 de la encíclica Rerum Novarum por el papa León XIII, «lo que contribuyó a facilitar el giro intervencionista entre las clases conservadoras» y que dio nacimiento al catolicismo social.

Otros sucesos fueron la migración campo ciudad y la industrialización, factores que dieron como resultado que naciera este marco mínimo que llamaremos DERECHO DEL TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL.

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