AMBIENTE INTERNO PLAN ESTRATEGICO
Enviado por Kate • 16 de Julio de 2018 • 6.138 Palabras (25 Páginas) • 408 Visitas
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4.1.1.2 FACTORES POLÍTICOS
El gobierno federal es un gran postor para el mercado de MIPYMES, poder convertirse en proveedor del gobierno proporciona beneficios monetarios, diversificación del negocio, adquisición de conocimiento de mercado y experiencia para la empresa, ya que este cada año adquiere amplios volúmenes de materia prima, refacciones, servicios, etc.; para los distintos programas sociales y proyectos planeados a lo largo de su gobierno. (SECRETARIA DE ECONOMIA, 2016)
Constantemente el gobierno federal desarrolla programas para el apoyo de MIPYMES por medio de distintas instituciones bancarias tales como Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext).
Dichos programas consistirán en el préstamo desde 100,000 hasta los 12 MDP con tasas fijas desde 7.5%, y hasta 40 MDP para PYMES importadoras y exportadoras. (FORBES, 2016)
La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) es la encargada de brindar protección y defensa a los consumidores, para la generación de una cultura de consumo responsable, a través de información oportuna y objetiva para la toma de decisiones. (PROFECO, 2015)
4.1.1.3 FACTORES ECONÓMICOS
Diversos factores afectan directamente a los productos y servicios que son propios del país y los que no los son, tal es el caso de la inflación; hoy en día estadísticas del INEGI informan que México en el mes de Septiembre se ubicó en 2.97% con respecto al resto del año, mostrando una variación mensual de 0.61%.
Arrancamos el año con grandes aspiraciones que fueron ubicadas en la realidad durante el segundo trimestre del año, cuando los recortes a las expectativas del crecimiento económico de México se hicieron notar.
Como ejemplo tenemos que el Fondo Monetario Internacional recortó el pronóstico de crecimiento para la economía mexicana de 3.0% a 2.4% para el 2015, y de 3.3% a 3.0% para el 2016. Puede parecer mínimo, sin embargo, esto representa un ajuste del 20% en las expectativas generadas y por lo tanto un recorte presupuestal a nivel federal.
Actualmente todas las miradas se dirigen al sector energético debido a una reforma que no ha detonado como se esperaba. Basta revisar el interés de potenciales participantes en la Ronda 1 y el precio del petróleo, que se encuentra casi 50% por debajo de lo que estaba hace 1 año cuando en julio, de 2014 se ubicó en 102.1 dólares por barril, mientras que el precio julio 2015 fue de 53.39 dólares por barril, según datos oficiales.
El impacto directo a la economía resulta de grandes dimensiones si tomamos en cuenta que el petróleo representa 24% de los ingresos totales del sector público y 6% del PIB, según cifras de la Secretaría de Hacienda.
Basta revisar que durante el 2015 se ha apreciado frente al peso en 10.17%, contra el real brasileño 24.51%, contra el peso colombiano 20.51%, y contra el dólar canadiense 12.08%.
Se piensa que el peso ha ido perdiendo valor, lo cual es erróneo, lo que en realidad sucede es que el dólar ha ganado valor con respecto a las demás divisas.
Existen muchos pros y contras con respecto al alza del dólar, uno de los beneficios es notable en las exportaciones, ya que el productor que antiguamente ganaba 17 pesos por dólar actualmente gana casi 20 pesos por el mismo peso en mercancía y desafortunadamente repercute en cuestiones como la deuda externa. (ZORRILLA, 2015)
Los impuestos a refrescos y alimentos calóricos no han tenido efecto al modificar los patrones de consumo, pues los cambios se encuentran asociados al incremento de precios, afirmó el Estudio de los efectos sobre el bienestar de la política de impuestos sobre alimentos y bebidas con alto contenido calórico, presentado hoy en Colegio de México (Colmex).
Según el reporte, en 2014 los consumidores redujeron en tres por ciento su consumo de alimentos y bebidas calóricas frente a 2013, pero más como consecuencia de los cambios de precio de estos bienes, que por un verdadero impacto del impuesto.
Entre 2012 y 2014 el consumo promedio per cápita de refrescos en los hogares disminuyó tan solo 5.37 ml diarios.
El estudio encontró que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a refrescos representó el 57 por ciento de la disminución en la compra, es decir un impacto de 1.65 por ciento de la reducción de tres por ciento en la capacidad de compra de alimentos y bebidas de los consumidores.
“Para los segmentos con menor poder adquisitivo, el IEPS a refrescos fue equivalente al 66 por ciento de la pérdida de su capacidad de compra de alimentos y bebidas en el año 2014.”, estimó el reporte.
La afectación el ingreso dedicado a alimentos y bebidas de los consumidores provocada por el IEPS se manifestó en proporciones mayores en los sectores de menores ingresos. (EL FINANCIERO, 2015)
El gravamen impuesto a las bebidas azucaradas y comida chatarra hace dos años ha ayudado a reducir las ventas y recaudado más de 2 mil millones de dólares para el estado, pero hay desacuerdo sobre su eficacia.
Al inicio de 2014, México impuso un gravamen del 10 por ciento de impuestos sobre las bebidas gaseosas —equivalente a 1 peso (0.06 dólares) por litro — y un 8 por ciento de impuestos sobre bocadillos altos en calorías en un esfuerzo por combatir la epidemia de la obesidad y la diabetes, que engulle el 55 por ciento del presupuesto nacional de salud. En México, 70 por ciento de los adultos y el 30 por ciento de los niños tienen sobrepeso o son obesos.
En octubre el Congreso ejerció por medio de votos reducir a la mitad el impuesto a las bebidas calóricas que contienen menos de 5 gramos de azúcar por cada 100 ml, a lo que Diputados contestaron que sería firmar sentencia de muerte debido a los altos índices de mortalidad provocados por la obesidad.
Un estudio comprobó que el alza de los impuestos ha contribuido a la clase más desfavorecida, aumentando por otro lado la venta de bebidas libres de impuestos, como el agua. (EL FINANCIERO, 2015)
El impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) de un peso por litro a bebidas saborizadas con azúcares añadidos (BS) y de 8% a alimentos “no básicos” (ADC) con alta densidad calórica (≥275 kcal/100 g), para reducir la prevalencia de sobrepeso, obesidad (SPyO) y diabetes, es una de las políticas públicas recientes más polémicas.
La recaudación es el indicador más poderoso sobre el funcionamiento de estos impuestos, mientras la recaudación aumente es imposible afirmar que el consumo
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