En el centro de la ciudad de Tegucigalpa, concretamente en Guanacaste de la que toma nombre debido a un Guanacaste de gran altura que se encuentra en un redondel se encuentra Café Paradiso, un restaurante-café dedicado a las personas amantes de la lectu

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Por alguna razón se siente más íntimo y privado, a pesar de estar a la vista de todos/as. Tal vez es porque se siente más el estilo hogareño en esta parte del café.

Café Paradiso triunfa con su cocina simple y entrañable, llamando la atención desde la primera vista en el menú, con nombres de escritores y poetas famosos que representan sus platillos.

Lo que hace diferente este establecimiento es la forma en la que demuestran su admiración por jóvenes apasionados por los diferentes tipos de arte. Apoyando y colaborando de sobre manera con la venta y promoción, más de alguna vez te puedes encontrar con cuadros ubicados aleatoriamente en el lugar pertenecientes a diferentes artistas hondureños desconocidos que se encuentran a la vente.

En ciertas noches puedes escuchar poesía por todo el lugar, debido a que han invitado a alguien para que recite su más reciente trabajo, incluso de día te puedes encontrar a personas que han escrito sus libros y pasan de mesa en mesa contándote sus experiencias y ofreciéndote una copia del mismo.

Acompañada por un servicio amable y casi siempre eficaz junto con mucha música, la mayoría: rock en español, depende del ánimo de la persona que tenga a la mano el estéreo y las diferentes memorias USB (Universal Serial Bus) con música clasificada preparadas previamente para complacer al convidado, quien muchas veces es despistado debido a que se repiten las mismas canciones y no se molesta en cambiarlas.

Como pueden ver, este café no ofrece sólo el servicio que es inherente: también actúa como centro de reunión, como escenario de actividades culturales e incluso, como biblioteca para hacer trabajos.