FACTORES HUMANOS INFLUYENTES EN LA TOMA DE DECISIONES.

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De acuerdo a esto, cuando se cree de antemano que algo será bueno, generalmente resultará serlo; y por el contrario, cuando se cree que será malo, resultará ser malo. Es por lo anterior que surge la pregunta: ¿Que tan poderosas son esas influencias? Será posible que dichas condiciones modifican realmente el propio sentido del gusto, de tal modo que, cuando esperamos que algo nos sepa bien o mal verdaderamente nos sabe así o si es solo un juego mental de nuestro cerebro. Todas esas expectativas que varían nuestra forma de pensar se conforman para crear los estereotipos. Es decir, una forma de clasificar información en espera de predecir futuras experiencias.

Como se sugería anteriormente el cerebro no puede partir de cero ante una nueva situación, por el contrario, debe basarse en lo que ha visto antes; lo importante es utilizar estas expectativas para que influencien nuestras percepciones y nuestro comportamiento de forma positiva y nunca de un modo que vaya en contra de las normas sociales establecidas en el mundo, o cualquier actividad que atente contra el equilibrio social de la humanidad. (Ariely, 2013)

Cuando no es posible despojarnos de nuestros prejuicios, de nuestros conocimientos previos y hasta de nuestros sentimientos, puede decirse que todos tenemos un pensamiento sesgado, y que en casos extremos nos hace ver y creer lo que nosotros mismos queremos. A partir solo del reconocimiento de todo esto, podríamos ser capaces de aceptar la idea de que en general los conflictos requieren una tercera parte neutral que establezca las normas y preceptos. Si no lo hacemos, se estaría atrapado en nuestra propia perspectiva, que no nos deja ver parte de la verdad, y se necesitaría esa tercera parte neutral que no esté disoluta por nuestras propias expectativas.

Logra concluirse que nuestro comportamiento puede basarse principalmente en nuestros sentimientos y nuestras ideas o conocimientos previos acerca del tema. Los seres humanos podemos proceder atendiendo solamente a nuestros sentimientos y emociones, dejando a un lado nuestra lógica y sensatez. Además, la toma de decisiones no constituye un elemental proceso racional de comparar las pérdidas y ganancias, lo bueno y lo malo, lo conveniente o lo no conveniente; resultan de una elección que incurre en los aspectos emocionales, derivados de la experiencia de situaciones similares, y a los aspectos asociados al contexto en el que se da la toma de la decisión. Las emociones gobiernan la toma de decisiones, facilitando y aligerando el proceso, reduciendo la complejidad de la decisión y atenuando el posible conflicto entre opciones similares. (Halty, 2009)

Carmen Sofía Pastrana Hernández

BIBLIOGRAFIA

Basado en el libro: Las Trampas del deseo, capitulo 1: La verdad de la relatividad y capítulo 9: El efecto de las expectativas.

Ariely, D. (2013). Las trampas del deseo. Barcelona: Planeta SA.

Halty, L. (2009). Fes21. Obtenido de Fes21: http://www.fes21.org/content/index.php/noticias-articulos/80-la-importancia-de-la-emocion-en-la-toma-de-decision-