Caso N°1: Sistema de Pensiones

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La opción “B” propone crear un sistema de reparto basado en la solidaridad entre generaciones, es decir las personas que cotizan, o los “activos”, entregan fracción de sueldos para pagar a los jubilados de esa misma fecha, vale decir, a los “pasivos”. Todo esto con el fin de mantener la continuidad de poder adquisitivo de los jubilados; dicho en palabras coloquiales: los trabajadores deberán mantener económicamente a quienes están jubilados, y esperar a que las próximas generaciones laborales hagan lo mismo con ellos. Ésta opción no debería ser tomada pues al cotizar y entregar esta parte del dinero, no se estará asegurando el futuro de quién trabaja, sino el de otro, que pese a ser un alguien con quién simpatiza y afecta su felicidad, no es más importante que el bienestar de él mismo:“…todo hombre está mucho más profundamente interesado en aquello que le concierne más directamente, que en lo que concierna a cualquier otro hombre; saber, tal vez, acerca de la muerte de otra persona, con la cual no tenemos una relación especial, nos causará menos preocupación, y afectará menos nuestros estómago, o perturbará en menor medida nuestro descanso, que cualquier otro desastre insignificante que nos puede haber acontecido a nosotros mismos.”[3]

A modo de síntesis, podría decirse que el modo en que se debería resolver este problema vigente del Sistema de Pensiones, es de una forma más neutral, tomando en cuenta que todas las personas disfrutan la felicidad ajena, pero sin olvidar que “la mano invisible” de cada individuo es lo que finalmente mueve a la sociedad.

Bernardita Morel Cox, 19.889.485-0

Sección 12

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