COMUNICACIÓN EN EL AULA CON RELACION AL PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE

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Los docentes realizan trabajos informativos, como también formativos en base a algunos paradigmas, primero el tecnológico, en él se destacan algunos aspectos fundamentales del proceso de aprendizaje. Y el otro paradigma, llamado comunicación, se da por la relación alumno docente.

Puedo decir que algunos docentes, en su trabajo, tanto dentro como fuera del aula, desarrollamos actividades sin pensar en la importancia que tiene la comunicación, lo que estaría afectando el proceso de aprendizaje de los mismos. Además, trabajamos como educador tecnológico y enseñante, como también como educador organizador y facilitador y, por último, como persona que pude comunicarse con sus alumnos y compartir con ellos información y experiencias.

Los docentes debemos fomentar la simetría en la construcción del conocimiento, ocupando un lugar también de aprendices con la permisión de incorporar saberes nuevos para reelaborarlos y siempre otorgarles sentido. Sin embargo, de aquí se deduce que los maestros poseemos ciertas responsabilidades y los estudiantes otras; por lo tanto, el punto de partida es la aceptación de roles asimétricos y diferenciales que muchas veces ejercen cierto poder que los hacen confrontar a modo de lucha. En el peor de los casos, priorizar esta asimetría sería totalmente perjudicial en la construcción de la instancia comunicativa y, por ende, del conocimiento significativo. Lo importante es aceptar y cumplir cada uno con sus obligaciones, pero que las mismas no impongan tensión porque desfavorecerán el proceso de enseñanza y aprendizaje.

En la relación entre docente- alumno, se transmite ideas, información, opiniones y a la vez sentimientos y emociones. Además, en el desarrollo de una clase no solo está presente los que el docente decimos, sino que también recibimos información del tono de voz, de la expresión facial, de la postura corporal y de la situación del contexto.

El aprendizaje significativo, se otorga en la medida en la que le damos importancia y dedicación a los mensajes y a los estilos de comunicación, para así lograr con facilidad la meta educativa que nos planteamos como docentes.

Con respecto al alumno, este tendrá las condiciones favorables para aumentar su intervención e involucrarse con los temas de cada clase, pensando en los aportes que pueden establecerse tanto del maestro como de otros sujetos. Para que haya entendimiento debe haber un ida y vuelta de opiniones, discusiones y aportes colectivo que también ayudarán a estimular el aprendizaje y motivar la construcción del conocimiento. Si tanto nosotros, los maestros como alumnos comprendemos los fundamentos del trabajo en el aula, cada uno aportará contenido y escuchará las contribuciones que otros pueden hacer.

Esta actividad implica, también, un acompañamiento del docente a los sujetos del aprendizaje donde se garantice un proceso didáctico eficaz, una inquietud por el razonamiento reflexivo y crítico; en pocas palabras, un camino hacia la construcción del conocimiento colectivo y significativo.

Las relaciones sociales y las formas de abordar el trabajo colectivo dentro como fuera del aula dependen de la comunicación; ésta ocurre cuando hay interacción recíproca entre el docente y el alumno.

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Siguiendo a Paulo Freire, si la educación es a la vez un acto político, un acto de conocimiento y un acto creador, entonces no puede sino hacer el mismo camino que la comunicación en el proceso de cambio social.

CONCLUSION.

En conclusión, debo resaltar la importancia de la comunicación en el ámbito escolar, ya que es influida por la interacción entre docente- alumno, lo cual implica, como dije anteriormente, una profunda comunicación y cooperación entre el alumno y el maestro.

Por eso, si descuidamos este aspecto solo podríamos pretender a tener, con nuestros alumnos, una relación insignificante que no repercutiría en el aprendizaje significativo.

Con respecto a la interacción alumno-docente es importante señalar que se da de forma organizada pues tanto el alumno como nosotros, los docentes, realizamos actividades ligadas a las normas que impone la escuela. Como sabemos, no se puede aprender si no hay alguien que oriente, no se puede enseñar si no hay alguien que quiera aprender.

Lo cierto es que la interacción alumno -maestro se ve influenciada de otros elementos, tales como los principios básicos, ya sea, el respecto, la confianza y la aceptación por parte de ambos, es decir de una relación cálida, amable que permita la atracción y proximidad con el saber, con el conocimiento.

También podemos reconocer que los docentes educamos, enseñamos, sustentado en técnicas y metodologías, las cuales requieren ser comunicadas. De lo contrario, la labor de enseñanza – aprendizaje carecería de importancia.

El alumno posee características específicas, como el ritmo de aprendizaje diferentes, por este motivo nuestra misión es, buscar algunas estrategias que nos permita reconocer la capacidad que cada alumno tiene, para así dar uso de los conocimientos que van adquiriendo día a día.