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El constitucionalismo democrático y el pluralismo étnico-jurídico: la experiencia política de Ecuador y Bolivia

Enviado por   •  5 de Abril de 2018  •  11.384 Palabras (46 Páginas)  •  346 Visitas

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La naturaleza se solapa de tal manera que está ínsita en cada acción que esa sociedad genere. No existe separación entre la sociedad y la naturaleza. Ello no implica sin embargo un regreso a la noción de “buen salvaje” de la Ilustración europea del siglo XVIII, sino una apreciación diferente con respecto a la naturaleza. Una sociedad puede llegar a ser de avanzada tecnológica y productivamente hablando, y a la vez integrar a la naturaleza a su propia dinámica interna.

El concepto de Buen Vivir permite esto: una nueva visión de la naturaleza, sin desconocer los avances tecnológicos ni los avances en productividad, sino más bien forjándolos en el interior de un nuevo contrato con la naturaleza, en la que la sociedad no se separe de ésta, ni la considere como algo externo, o como una amenaza, sino como parte de su propia dinámica y como fundamento de su existencia a futuro.

Dentro de este nuevo paradigma, también se observa un cambio respecto de la noción de individualidad. Este concepto es una construcción política de la burguesía y éstos siempre han estado condicionados por relaciones de familia, de comunidad, de

sociedad. Su sentido de individualidad siempre estuvo en la perspectiva de

pertenencia a una comunidad determinada. El individuo separado de su comunidad es una creación de la burguesía. Las relaciones de poder que la burguesía forma actúan sobre los individuos para fragmentar cualquier solidaridad que éstos puedan generar con su comunidad y su sociedad. La noción que da cuenta de esa imposición del poder sobre los individuos y de su fragmentación, consta en la teoría económica moderna como homo economicus (hombre económico), Persky, Joseph. "Retrospectives: The Ethology of Homo Economicus." The Journal of Economic Perspectives, Vol. 9, No. 2 (Spring, 1995), pp. 221-231 que es el concepto de base para la moderna teoría económica del consumidor y que sirve de marco analítico para comprender la economía capitalista en su conjunto; y la noción de ciudadano como un individuo que ha suscrito un “contrato social” para crear al Estado-moderno.

Los pueblos indígenas que están lejos tanto de las nociones de consumidor, así como también de las de ciudadano, para formar parte de la discusión actual tienen que ser concebidos y vinculados como eso que los compele y los agrede, es decir, como consumidores y como ciudadanos.

El Estado plurinacional es la propuesta que los pueblos indígenas han generado para abrir el espacio de posibles humanos para que pueda caber la alteridad radical en la conformación de los Estados modernos, mientras que el Sumak Kawsay es la propuesta para que la sociedad pueda recuperar las condiciones de su propia producción y reproducció material y espiritual.

El tiempo lineal es una creación de la modernidad occidental y capitalista. Todas las sociedades han construido el tiempo de forma cultural y en esa forma el tiempo tiende puentes con su pasado y con su futuro, de tal manera que es “circular”. Los eventos de ahora explicarán y contextualizarán al futuro, porque estos eventos de ahora fueron ya construidos, de cierta manera, en el pasado.

En la modernidad capitalista se ha fracturado esa relación en la que el presente tiende vasos comunicantes con su propio pasado y con la forma de construir su futuro.

Esa fragmentación es clave para la valorización del capital. Solamente en el tiempo lineal tiene sentido y coherencia las tasas de interés y la acumulación financiera. Las tasas de interés anticipan en el tiempo una producción futura. La especulación financiera anticipa la producción en el tiempo a un nivel en el que fractura esa misma producción, de ahí la necesidad de las crisis como eventos de autorregulación del capitalismo.

El tiempo lineal es también el tiempo de la valorización del capital. La producción

mercantil se hace en un tiempo que se ha monetizado y que forma parte del “valor” (en cualquiera de las versiones económicas que se asuma a este valor).

La introducción del tiempo en la producción y circulación mercantil, ha sido uno de los aspectos más desarrollados por el discurso de la economía, sobre todo desde la reflexión de las tasas de interés y el capital financiero. Esta introducción del tiempo a lógica de la acumulación del capital, ha significado la racionalización de éste y, en consecuencia, la disciplinarización de las sociedades en función de esta

racionalización. Los procesos de taylorismo y aquellos de producción de “justo a

tiempo” del toyotismo, expresan, precisamente, la forma por la cual se racionaliza al tiempo como un recurso productivo. También dan cuenta de ello, la disciplina social dela puntualidad, de las agendas, y de los cronómetros. Si el tiempo es un recurso con un valor determinado, entonces el capitalismo lo optimizará dentro de una función costo/beneficio, y en esta racionalización los seres humanos deberán ser funcionales y disciplinados.

El Sumak Kawsay pretende devolver a la sociedad la forma por la cual se pueda

construir un tiempo social por fuera de la lógica de la acumulación del capital, es decir, devolverle a los seres humanos su tiempo personal e histórico, para que puedan vivir sus vidas plenamente. En la lógica del capitalismo y de la modernidad esto es imposible. El tiempo no les pertenece a los seres humanos, el tiempo forma parte de la acumulación del capital. Los seres humanos se resignan al tiempo del capital y sacrifican sus opciones personales y su tiempo porque éste no les pertenece. De hecho, la moderna teoría del empleo considera que aquello que los seres humanos venden en el mercado de trabajo no es su capacidad de trabajar sino el uso óptimo de su tiempo, por ello se denomina, precisamente “empleo” (por empleo de tiempo). Desde el Suak Kawsay es posible problematizar el tiempo del capitalismo y proponer una alternativa plausible y posible. Un tiempo que pertenezca a la sociedad y en donde ésta pueda construirse a sí misma sin tener que hipotecar su futuro en la lógica de la acumulación capitalista.

La pobreza es un fenómeno político que se expresa y manifiesta como un fenómeno económico. La pobreza evidencia la forma por la cual la burguesía administra políticamente la escasez. La pobreza es un fenómeno creado artificialmente por el orden burgués existente. La humanidad dispone actualmente de todos los instrumentos, las tecnologías e incluso las instituciones para resolver el problema de la pobreza. Pero esa resolución pasa por disputar a la burguesía el control de la escasez y por cambiar los parámetros

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