FILOSOFIA DE JOHN DEWEY

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Pues porque las actividades de la enseñanza tienen a convertirse en tareas rutinarias y empíricas.

El segundo punto esencial en el que Dewey insiste es que toda la filosofía y también la filosofía de la educación, debe ser empírica, es decir que se debe de someter a experimentación experimental propia de las ciencias empíricas. Es decir que la intelección científica y en la acción inteligente resultante, es según Dewey “El único recurso con que cuenta, en última instancia el género humano, para explorar en todos los campos”[3]

Dewey defiende su método de la investigación empírica como la única base de fundar las creencias y la actividad humana; se declara en contra de Kant, Aristóteles, el cristianismo, el nazismo, la iglesia, Marx, Martian, y todos los demás opositores de su postulado y que cualquier recurso pedagógico o metodología didáctica deben de fundarse en resultados obtenidos por pruebas empíricas. Este es uno de los puntos relacionados con las reformas a la enseñanza que más insiste Dewey y que nace de su afición a las “escuelas experimentales”, es decir que la educación tomada como una asignatura que revisa y dirige los procesos pedagógicos, debe tornarse científica.

Para Dewey, quien en su tesis presentó una idea totalmente novedosa, basado en la experimentación, consideró que la meta de la vida no es la perfección, sino el eterno proceso de perfeccionamiento (físico, emocional e intelectual), la educación en una constante reorganización o reconstrucción de la experiencia. Y a partir de las necesidades y experiencias de los alumnos se deben considerar sus aptitudes, pues si el profesor despierta entusiasmo en sus alumnos consiguió algo que ninguna suma de métodos sistematizados puede obtener. Es decir, descubrir, reflexionar, cuestionar, experimentar…con la orientación del profesor que presenta contenidos en forma de problemas, el alumno puede aprender haciendo, pues la teoría resulta de la práctica. El aprendizaje se da cuando los alumnos persiguiendo sus propios intereses hacen frente a problemas reales.

Dewey considera que trabajos cooperativos, asumir roles, intercambio de ideas, experiencias, sentimientos permiten al estudiante que el aprendizaje se obtenga cuando se comparten experiencias y eso solo es posible en un ambiente democrático, donde no hay barreras al intercambio de pensamiento.

La escuela es un espacio para preparar a la vida, es un espacio de producción y reflexión de experiencias relevantes de la vida social, debe reproducir la sociedad en miniatura para enseñar a los niños a vivir en ella, es decir que se debe preparar al niño para una ciudadanía plena. Considera que la movilidad en el aula, tiempos flexibles, no existen exámenes ni notas; eso es lo mejor que puede decirse de un proceso de educación es que pone al sujeto en condiciones de nueva educación. La escuela debe ayudar al desarrollo de los alumnos creando un deseo de crecimiento continuo, de seguir aprendiendo, y lograr que cada uno encuentre su felicidad en la mejora de las condiciones de los otros.

En el material de lectura, el autor hace un análisis del trabajo de Dewey, y hace referencia de dos incógnitas, las cuales encierran todo el trabajo. Estas preguntas son reflexiones de las influencia del autor acerca de la educación. La primer reflexión es el siguiente:

¿Cuáles son las actitudes, hábitos, creencias y rasgos de carácter que el proceso educativo debe imprimir y originar?, ¿Cuáles son las disposiciones fundamentales con respecto a la Naturaleza y a nuestros semejantes, que debe crear el proceso de la educación?

La respuesta, es sin duda exploratoria, dado que se apoya en la experiencia y es susceptible de nuevas revisiones a la luz de nuevas experiencias. La lista de las disposiciones enumeradas deberá evolucionar en la medida en que aumenten nuestros conocimientos sobre el hombre y su mundo y conforme vayan cambiando las circunstancias de la vida humana. Dewey propone que toda educación es moral, aunque también sea científica, y que la educación moral no constituye una actividad específica distintas de las otras actividades del currículo.

Disposiciones positivas y negativas, según Dewey:

Que deben cultivarse

Que no deben cultivarse

- Identifica la educación con el proceso mismo de la vida

- La educación se acrece "mediante las experiencias, gracias a ellas y para perfeccionamiento de ellas

- Habla constantemente de la formación del carácter, de los hábitos, de las actitudes y de las creencias, a través de la educación; e inclusive llega a definirla como "el proceso seguido para la formación de ciertas disposiciones fundamentales [...] con respecto a la Naturaleza y a nuestros semejantes [...]"

- La doctrina integral de Dewey asiente que la vida, el crecimiento, la reconstrucción de las experiencias y su enriquecimiento, la actualización de las potencias, etc., todo ello entraña consigo la formación de disposiciones de diversa índole.

- Para Dewey, toda la educación es moral, aunque también sea científica, y la educación moral no constituye una actividad específica distinta de las otras actividades del currículo

- No nos proporcionara siquiera una lista provisional o exploratoria de las disposiciones que Dewey entiende como "fundamentales".

- Dewey se convierte en adversario de muchas disposiciones que otros filósofos de la educación, clásicos y modernos han considerado como excelencias dignas de cultivo. Esta actitud de Dewey tal vez ha sido la que más indigna a sus opositores, y también la que disimulan o pasan por alto todos aquellos que piensan poder compaginar la teoría general deweyana de la educación con otra forma de teísmo más o menos tradicional.

- Dewey propone que las escuelas públicas deben mantenerse neutrales, no sólo neutrales entre católicos y protestantes o cristianos y judíos, sino neutrales también entre naturalistas y ateos o sobrenaturalistas y teístas

La inteligencia reflexiva:

Dewey concibe el hábito de la reflexión como el recurso constante a ponderar los problemas siempre que se presenta alguno y como el esfuerzo por presentirlos cuando existen. De manera análoga, el mejor indicio para Dewey de que se tiene bien formado el hábito de la reflexión consiste en saber cuándo conviene ponderar una cosa y cuándo no conviene. Es así como Dewey llega a insistir, antes que nada,