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“La inteligencia no es sólo el cociente intelectual: Las inteligencias múltiples como propuesta ante una concepción limitada del intelecto”

Enviado por   •  30 de Enero de 2018  •  3.753 Palabras (16 Páginas)  •  376 Visitas

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Por último, tenemos a David Wechsler quien crea las pruebas de “escalas de inteligencia”, tanto para niños como para adultos, en donde redefine el concepto de cociente intelectual, ya no se obtendrá haciendo una comparación entre la edad mental y la edad cronológica del sujeto mismo, sino que se hará una comparación del rendimiento del sujeto con el rendimiento mostrado en un grupo de referencia.

A su vez, rechaza el concepto de una inteligencia global, divide al intelecto en dos escalas, la verbal y la de ejecución (no verbal), que a su vez están divididas en diferentes parámetros que de evalúan en subtests. Finalmente se toma en cuenta el tiempo que pasa para modificar la prueba, en cada década el puntaje considerado como “normal” aumenta tres puntos.

Al final del día el objetivo de estas alternativas psicométricas es el mismo objetivo que la prueba de Binet y Simon tenía, poder hacer medición del intelecto humano. A pesar de que medir es inherente a la ciencia, “el fin general de toda teoría de la medición, trátese de la ciencia que se trate, es estimar los errores aleatorios de las mediciones, pues toda medición conlleva cierto error” (Muñiz, 1998: 1-21).

Evidentemente estas pruebas son de gran utilidad en su propio contexto, ya se ha mencionado, sin embargo, no puede ir más allá de la predicción del éxito en el ámbito escolar o laboral, los seres humanos son mucho más que eso, y al salir al mundo social, nos damos cuenta de que la inteligencia medida por un test no es suficiente, aun así, la cultura occidental le da un peso enorme al valor del CI y justo eso puede generar una mayor problemática.

El pensar en la inteligencia desde su perspectiva clásica, es limitante, siguiendo esa lógica, una vez que se identifica qué tan bien se desarrolla una persona en un contexto, se debería tener la capacidad de predecir cómo se desarrollara esa persona en otros contextos, si se es inteligente en una situación, eso implicaría que se sería inteligente en todos aspectos de la vida, pero no sucede así.

Darle una denominación a una persona con base en los resultados que arrojó una prueba, puede tener implicaciones negativas. Crea expectativas que los sujetos tratan de cumplir, pues esa etiqueta se convierte en una especie de profecía auto realizada, si se es el súper dotado se esperara que siempre haga todo bien, si se es el retrasado, nunca se esperara que logre algo con éxito.

En el otoño de 1994 se editó el libro “The bell curve” de Charles Murray y Richard J. Herrnstein (1994), en éste, se plasmaba la situación ya antes descrita; básicamente, en el libro se expone que la inteligencia en la población está representada estadísticamente por una campana de Gauss, existiendo así, muy pocas personas presentan una inteligencia muy alta o muy baja, en comparación a los muchos que forman la norma. Además, argumentan que existen ciertas variaciones en el intelecto de las personas debido a rasgos genéticos heredados de generación en generación.

Esa información no representaba nada particularmente nuevo, sin embargo, lo que generó la gran polémica fue que los autores afirmaban que muchos de los malos tragos por los que pasaba la sociedad americana eran provocados por los comportamientos de las personas con los niveles más bajos de inteligencia, al ser más “propensos” a cometer delitos, las personas con bajo intelecto expresaban una forma de patología social. No conformes con esto, de manera muy sutil se le insinuaba al lector que estas diferencias genéticas también tenían que ver con aspectos raciales, posicionando a los blancos en una mejor situación.

¿Por qué es de relevancia mencionar a “The bell curve”? A pesar de que recibió duras críticas, el libro reflejaba el pensamiento de una gran parte de la sociedad occidental, que gusta de utilizar la cantidad de intelecto de una persona como una justificación ante actitudes discriminatorias. El asignarle una cantidad a una cualidad humana tiene implicaciones más grandes que el que los datos lleguen a estar sesgados.

Situaciones como esta fueron una fuerte motivación para replantear todo el concepto detrás de la inteligencia humana. Una de las propuestas más populares y en la que se concentrara este ensayo, es la teoría de las “inteligencias múltiples” de Howard Gardner (1994), psicólogo cognitivo estadounidense. En su teoría propone una nueva visión del intelecto y de cómo éste debe ser percibido. Se introduce una nueva definición de inteligencia: “Potencial biológico y psicológico para procesar información de cierta manera que haga posible resolver problemas o elaborar productos que sean valorados en una cultura o comunidad” (Gardner, 2011).

Gardner (2003) refuerza está aseguración explicando que a pesar de que los seres humanos presentan caracteres similares en la estructura de su mente debido a los aspectos fisiológicos ligados a ésta, se presentan diferencias notables entre una cultura y otra de las que habitan, por lo que sería inadecuado pretender que podemos encasillar la visión de la inteligencia en un solo modelo bajo el cual se tendría que evaluar a todos.

Dicho de otra manera, como seres humanos, todos poseen un repertorio de recursos que se utilizan de manera distinta para resolver diversos problemas, Gardner (1994) inició haciendo una consideración de dichos problemas y el contexto en que estos se encontraban, además de la significación social que estos pudieran tener, analizando esos problemas que los humanos resuelven y los productos creados por ellos mismos a los que se les da importancia, se puede deducir qué es lo que califica como inteligencia.

Ese hecho abrió las posibilidades de pensar en el intelecto como, un aspecto multifactorial, ya no se trataría de hablar de una sola inteligencia, sino nos referiríamos a un listado de inteligencias múltiples. Esta aseveración fue la que le dio el carácter de revolucionaria a la teoría de Gardner (1994), pues a pesar de que existían visiones multifactoriales del intelecto antes, no proponían distintos tipos de inteligencia como tal, sino que proponían un listado de características que debía poseer la inteligencia, es decir, que sólo se hablaba de una descripción de esa concepción única.

Esta teoría, a pesar de tener ya más de veinte años que salió a la luz, siempre ha estado bajo constantes modificaciones, Gardner (1994-2011) introdujo en una primer parte siete tipos diferentes de inteligencia, para después, años más tarde añadir una octava y más recientemente considerar la adición de dos tipos más, lo que sumaría un total de diez diferentes tipos de inteligencias, las cuales se detallarán en

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